Con información de Eribaldo Gutiérrez y Salma Hernández.
Guanajuato.- En los últimos cinco años, en el estado, los casos de cáncer de mama aumentaron tres veces, al pasar de 77 en 2020 a 230 casos diagnosticados en 2024, según datos de la Secretaría de Salud de Guanajuato (SSG).
La buena noticia es que el cáncer de mama se puede detectar a tiempo y ganar la batalla, como lo hizo Tatiana Elizondo Aguirre de 45 años quien, fue diagnosticada en noviembre del 2020.
Tras casi cinco años de un proceso de sanación, Tatiana compartió a AM cómo el cáncer transformó su vida, pues decidió “vivir el cáncer a su manera“; actualmente es conferencista compartiendo su testimonio en México y Estados Unidos.
La curación del cáncer depende de que la etapa en la que se diagnostica sea muy temprana, por eso se insiste en la prevención; a partir de los 25 años se recomienda que las mujeres se realicen una exploración clínica y a partir de los 40 años hacerse una mastografía, aún sin tener síntomas.
Así lo informó en entrevista con AM, Araceli Ramírez Vázquez, responsable del Programa de Prevención de Cáncer de la Mujer de la Jurisdicción Sanitaria 7 quien también destacó la importancia de eliminar factores de riesgo como dejar de fumar, de consumir alcohol, hacer ejercicio y tener una dieta balanceada.
Atribuyen aumento a más estudios realizados
La SSG detalló que en los últimos cinco años, en Guanajuato se han detectado 877 casos nuevos de cáncer de mama, de los cuales, 77 se registraron en 2020, 155 en 2021, 199 en 2022, 216 en 2023 y 230 en 2024.
Se atribuye este aumento al incremento de exploraciones clínicas y mastografías, realizadas ya que la finalidad es detectar el cáncer a tiempo y evitar su diagnóstico en etapas avanzadas, subrayó la dependencia.
Asimismo, precisó que en el primer trimestre de 2025 se han detectado 69 casos nuevos en toda la entidad.
León suma 54 casos este año
En lo que va del año, en León se han confirmado 54 casos de cáncer de mama, cerca del 60% (32) se diagnosticaron en etapa temprana, lo que significa que tienen mejor pronóstico con el tratamiento, mientras que en el 40% de los casos el pronóstico es reservado.
Así lo informó en entrevista con AM, Araceli Ramírez Vázquez, responsable del Programa de Prevención de Cáncer de la Mujer de la Jurisdicción Sanitaria 7 quien, detalló que en lo que va del año en curso se han realizado cerca de siete mil mastografías gratuitas en el Hospital General de León y el Hospital Materno Infantil.
“Una mastografía no es un diagnóstico, hay que realizar una biopsia. Todas las mujeres que tienen resultados en su mastografía con algún hallazgo de anormalidad, el siguiente paso es hacer una biopsia, el resultado de este estudio nos confirma o descarta el diagnóstico de cáncer.
La curación del cáncer depende de que la etapa en la que se diagnostica sea muy temprana, por eso insistimos en la prevención y no solicitar atención médica hasta que haya un síntoma como nódulos, secreción por el pezón o bolitas en los senos”, advirtió.
Añadió que el promedio de edad de estos casos está en los 54 años y subrayó que inicialmente el cáncer de mama no presenta síntomas en fases tempranas.
Ramírez Vázquez destacó que en los centros de salud se realiza durante todo el año una campaña de prevención del cáncer de mama basada en dos acciones principales: la exploración clínica de mamas para mujeres de 25 a 39 años y la realización de mastografía para mujeres de 40 a 69 años.
Básicamente capacitamos a las mujeres para que hagan una técnica adecuada de autoexploración, les enseñamos a identificar los factores de riesgo que pueden cambiar. Es una campaña gratuita en todos los centros de salud, no es necesario agendar cita, basta con ir a la unidad en la mañana o tarde de lunes a domingo”, explicó.
Agregó que si la usuaria es candidata a la toma de mastografía se le programa una cita en el Hospital General de León o en el Hospital Materno Infantil que son los dos hospitales de la SSG en León que tienen mastógrafo.
Resaltó que el cáncer de mama no presenta síntomas en fases tempranas, por lo que es importante realizarse revisiones médicas antes de tener síntomas como nódulos, secreción por el pezón o bolitas en los senos.
Hay que cambiar esta cultura de ‘no siento nada, no voy al médico’. A mayor edad aumenta el riesgo de desarrollar este cáncer, el hecho de ser mujer es un factor de riesgo contra los varones que también pueden tener cáncer de mama, de cada 100 casos confirmados podemos tener un caso en un varón.
“También tener antecedentes de cáncer en la familia es un factor de riesgo. Invitamos a las mujeres a acercarse a los centros de salud y participar en estas actividades. La autoexploración debe ser rutinaria, una vez al mes, entre el séptimo y décimo día que inicia el periodo menstrual”, explicó.
Las mujeres interesadas en aprender cómo la técnica de autoexploración pueden acudir a su centro de salud más cercano.
“Voy a vivir el cáncer a mi manera”

Han pasado cinco años desde que Tatiana supo que tenía cáncer de mama, tras un tratamiento que consistió en quimioterapias, radiaciones, cuatro cirugías, la última apenas el pasado 4 de octubre, dijo sentirse con muchas ganas de vivir y exhortó a las mujeres a enfrentar los miedos ante una enfermedad como el cáncer.
El cáncer no nos va a definir, se sufre mucho pero también te cambia la vida para bien, te haces más consciente de la vida y hay una frase muy cierta que dice: valiente es quien no tiene miedo, sino quien se enfrenta a él”, expresó.
Enfatizó que no en todos los casos de cáncer de mama es necesario realizar una mastectomía o retirar las mamas, mientras que las mujeres que pasan por este proceso es importante que sepan que hay jornadas gratuitas de reconstrucción.
En mayo del 2020, Tatiana cumplió 40 años y decidió realizarse varios estudios, los cuales no indicaron ningún problema de salud, el médico le aconsejó hacerse una mastografía dentro de seis meses.
Un día que estaba dormida me estaba sobando y sentí una bolita, se me hizo muy raro porque acababa de hacerme el estudio, al día siguiente fui a un laboratorio particular donde me hicieron la mastografía, se veía la bolita.
“Cuando fui por los resultados, el doctor me dijo que era altamente sospechosa, la bolita era como asimétrica y eso es un indicio de que pudiera ser cáncer… un día antes mi vida era normal, tenía mis planes y al día siguiente me dicen que puedo tener cáncer”, recordó.
Tras más estudios se confirmó que era cáncer, sin embargo, pese al miedo porque en su familia ha habido antecedentes de cáncer y familiares que fallecieron por esta causa, Tatiana confesó que sintió muchas ganas de vivir.
“Era pandemia, no tenía seguro social, ni trabajo fijo porque era maestra de inglés. Empecé a tocar puertas, fui a un centro de salud donde me refirieron al Hospital Materno Infantil y ahí supe que había diferentes tipos de cáncer de mama y que no siempre te quitan las mamas.
“Del Hospital Materno me refirieron al Hospital de Alta Especialidad del Bajío, gracias a Dios en los hospitales públicos me atendieron, todo fue legal y bien”, contó.
El 24 de diciembre del 2020 comenzó las quimioterapias; cuando empezó a perder el cabello le dijo a su papá que se iba a rapar y le pidió a un primo que es fotógrafo que le ayudara a documentar todo este proceso.
“Llegué a la estética y ya estaba toda mi familia, también se raparon mi papá, mi hermano y mi primo. Lo que pensé que iba a ser un momento durísimo fue un momento de fiesta.
Me dije: ‘voy a vivir el cáncer a mi manera’ y desde el primer día empecé a documentar todo y me empezó a fotografiar y eso me alentó mucho porque me motivaba, me concentraba en otras cosas y no en la enfermedad”, compartió.
Al finalizar las quimioterapias, le quitaron ambas mamas y tuvo la oportunidad de que le realizaran una reconstrucción inmediata a través de una jornada de reconstrucción por parte de la Fundación Breast Reconstruction Network (B.R.N).
“Me convertí en la primera mujer guanajuatense en tener una mastectomía bilateral con reconstrucción inmediata, después tuve tratamiento con radiaciones, posteriormente me quitaron los ovarios y la matriz porque era muy alta la posibilidad de que me regresara el cáncer”, compartió.
“La enfermedad me llevó a esta oportunidad”
En junio del 2023 en el Hospital Comunitario de Las Joyas le hicieron la cirugía para el tatuaje de pezón, en esa ocasión la Secretaría de Salud de Guanajuato la invitó a un evento a compartir su testimonio.
“Cuando me hicieron la reconstrucción me pusieron algo que se llama matriz dérmica acelular que produce una empresa americana, cuando esta empresa vio mi testimonio en ese evento me invitaron a dar mi testimonio en un congreso en Miami.
“Conocí a una persona que me conectó con Conferencistas México, me contrataron para dar mi testimonio y de ahí empecé a dar pláticas y empezó también la experiencia con Toastmaster, una organización sin fines de lucro que te enseña a hablar en público”, platicó.
En agosto de este año representó a México en Filadelfia, Estados Unidos en la final de un concurso de oratoria organizado por Toastmaster y en noviembre participará en otra competencia de oratoria en León.
La enfermedad me llevó a un lugar que jamás imaginé, pero vi una posibilidad ante una adversidad, esto me ha cambiado la vida y quiero cambiar la percepción del cáncer porque cáncer no significa muerte”, concluyó.
Para anotar
Desde 1988, cada 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de la lucha contra el Cáncer de Mama; la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció esta fecha con el fin de concientizar a la población acerca de esta enfermedad y promover que más mujeres se realicen un diagnóstico oportuno para su prevención.
“Rompí el ciclo”

Tras haberse encontrado un bulto en el pecho derecho en 2023, Citlaly Sarahí Navarro Chávez logró vencer al cáncer en 2025 ganando la lucha a la enfermedad que le quitó la vida a su mamá y otras mujeres de su familia.
Cuando inicié con todo el tratamiento fue en 2023, ya que me había salido una tumoración en mi seno derecho y me lo empecé a tratar porque no era normal, porque se sentía un bulto ahí, fui al Seguro y me empezaron hacer los estudios, pero nunca me dijeron que tenía que hacer radioterapias y quimios y a los cuatro meses me volvió a nacer”, dijo.
Comentó que en 2024 decidieron volver a operar, pero en esta ocasión su médico le dijo que le retiraría toda la mama, no quería que regresara por el antecedente que presentó y ahora sí tuvo ocho quimioterapias.
Refirió que para ella esto fue una experiencia muy acogedora, ya que contó con muchas personas que fueron su soporte y le estuvieron ayudando emocionalmente, además de su familia y desde luego su esposo quien la llevaba al tratamiento.
Tuve miedo de que me pudiera pasar algo, pero no, yo estaba confiada de que sí me iba a ir bien, porque en ese trayecto vi a mi mamá y a una amiga que había fallecido y me sentí reconfortada, tuve una recuperación muy buena (luego de la operación) y estuve recuperándome en casa con apoyo de mi esposo. Durante el proceso decidí que no me iba a dejar decaer, por lo que hice un negocio que es de pasteles y gelatinas”, agregó.
Expresó que esto lo hizo ya que las personas que la apoyaron le llegaron a comentar que en este proceso de sanación su mente sería crucial, por lo que el negocio lo llevó de la mano con sus hijas con las que vendía en la Central de Abastos.
Tras haber cumplido todo el proceso de operación y quimioterapias, volvió a su trabajo donde se ha desempeñado de manera formidable, sin embargo, aunque le dijeron que ya no tiene cáncer, no debe faltar a las revisiones cada seis meses.
El haber superado la enfermedad para ella representa cortar un vínculo con ella, puesto que su mamá y más familiares fallecieron de esto mismo. “Yo rompí con esa enfermedad, porque mi tía Paty, mi tía Estela, mi mamá Lilia, fallecieron de cáncer de mama”, relató.
Para ella el recibir la noticia de que ya no había cáncer en la biopsia que le hicieron a su seno, fue algo de no creer, pues al estar viendo los resultados en ninguno de ellos venían las palabras que era cáncer y ninguna que dijera maligno o tuviera metástasis, ya que se le retiraron también ocho ganglios linfáticos.
“Quiero estar viva”

Perdió un seno, pero no perdió las ganas de vivir la vida. Mary Zúñiga, quien ahora es sobreviviente del cáncer de mama, libró la batalla más grande de su vida y ahora se dedica a ayudar a las mujeres y a sus familias gracias a sus estudios en tanatología y logoterapia.
Desde hace 11 años, Mary Zúñiga, se detectó una bolita en su seno derecho que después de varios estudios y de haber creído que era benigno, se enteró que en realidad se trataba de cáncer de mama.
Al principio me decían que era grasa y así pasó aproximadamente un año hasta que me empezó a doler. Me dijeron que sí era un tumor, pero que era benigno, que medía dos centímetros. Pasó el tiempo y me hicieron una cirugía ambulatoria y del pedacito que me sacaron lo mandaron a analizar y fue entonces que me dijeron que era cáncer. Mi cáncer era de nivel tres y me tenían que quitar el seno derecho”, contó.
Para Mary, ser diagnosticada con cáncer de mama y tener que desprenderse de una parte de su cuerpo fue la “batalla más grande de su vida”, pero siempre tuvo presente que quería vivir para sus hijas y su familia.
“Fue difícil porque me sentía triste, aparte de que era una parte de mi cuerpo que me gustaba mucho, pero dije: ni modo, si me lo tengo que quitar es para estar viva”, comentó.
Mary explicó que al verse sin su seno derecho, fue una situación impactante que después tuvo que procesar y aprender a vivir con ello.
Me fui mentalizando cuando me bañaba, yo decía: ‘es que yo me amo y yo quiero estar viva, entonces no importa’. Trataba de visualizarme, pero no fue lo mismo cuando me vi sin mi seno. Fue muy impactante y me dio mucha tristeza cuando desperté de la cirugía y ya no vi mi seno”, compartió.
Para todas las mujeres que están pasando o pasaron por esta misma situación, Mary resaltó que “por algo pasan las cosas y, a veces, es difícil que lo entendamos, pero si tomamos las medidas necesarias todo se puede”.
Mary actualmente sigue disfrutando de su vida y ahora forma parte de la Asociación Civil “Grupo Reto”, que se dedica a ayudar a las mujeres que padecen esta enfermedad.
También se profesionalizó en tanatología y logoterapia y brinda ayuda a las mujeres y sus familias que están pasando por este padecimiento.
“No es una sentencia”

“Cuando te dicen cáncer piensas que es una sentencia. Pero la verdad no”, así lo considera Rosa María Rico, sobreviviente de cáncer de mama. También pidió a las mujeres que se den el tiempo de irse a revisar ante cualquier síntoma o bolita que detecten, pues el cáncer es reversible si se detecta a tiempo.
Hace poco más de tres años, la hija de Rosa María hizo una cita para que se revisara como casi cada año. Dijo que cuando le hicieron el estudio no sintió miedo de nada, “solamente sé que el cáncer no duele, no se siente. Por eso debemos hacernos estudios año con año, principalmente mujeres porque también sé que hay en hombres”.
Me decían que esos tumorcitos que yo palpaba en mi seno eran normales, que no me afectaba, yo seguí insistiendo porque tengo una hermana menor que sí le alcanzaron a cortar su seno. Me hicieron la biopsia ya con mis resultados y eran positivos a cáncer”.
Rosa comentó que en cuanto recibió la noticia, sintió que el mundo se le venía encima porque además tenía otra hija pequeña a la que tenía miedo de dejar sola. Ella tenía cinco tumores en el seno, muy profundos, un cáncer de mama en fase dos. Así que el oncólogo le programó cinco quimioterapias y 15 radioterapias.
“Sí tenía mucho miedo. No te explican qué es una quimioterapia. Tenía mucho miedo porque nadie te dice que tienes que ir a sentarte en una silla todo el transcurso del día. En mí primer quimioterapia sentía que mi cuerpo se quemaba, que me moría. Pero a la vez me motivaba porque decía tengo dos nietos, tengo una hija a la cual tengo que ver, un proyecto que me costó desde abajo y eso me motivaba a salir adelante”, dijo Rosa María.
Con mucho apoyo de su familia, su fuerte temple y las ganas de vivir, logró superar el cáncer y ya tiene tres años en remisión. Aunque sigue en tratamiento y observación para que no regrese.
Ya tengo tres años que superé ese cáncer, agradezco a los doctores, a mi hija y a mi familia. Mucha gente se deja vencer por el cáncer, por eso es que se necesita mucho apoyo de la familia…Por eso le digo a las mujeres que pensemos en nosotras y que acudan a revisarse”.
“Dios me dio otra oportunidad”

“Once años después, sigo aquí”, son las palabras de Silvia Jacinto Martínez, una mujer de San Francisco del Rincón que venció el cáncer de mama y cuya detección describió como una “casualidad”.
Hace once años, la vida de Silvia cambió por completo, pues en 2014 una mastografía rutinaria la llevó a recibir una de las noticias más duras: tenía cáncer de mama.
Sin embargo, hoy, más de una década después, Silvia puede decir con orgullo que venció la enfermedad, en una historia que es más una lección de fortaleza, fe y esperanza, pues tan solo pocos días de haber sido diagnosticada fue canalizada a cirugía.
Después del procedimiento, llegaron las quimioterapias, un proceso que ella describe como “lo más feo”, pues cada sesión era una prueba física y emocional, con traslados desde San Francisco a León, horas de espera, náuseas, vómitos y debilidad extrema.
No soportaba la luz, me encerraba en mi cuarto. No podía comer nada, ni agua. Pero el doctor me decía ‘coma, es lo único que le va a ayudar’. Y así, a la fuerza, comía algo para seguir adelante”, comentó.
Detalló que las secuelas físicas también fueron dolorosas, pues la cirugía le dejó sensibilidad en el pecho y el brazo, y las quimioterapias le quemaron las venas, para después resistir a las radioterapias.
No obstante, a pesar del sufrimiento, Silvia nunca se rindió pues aseguró que su familia fue su fortaleza, una parte importante en el proceso de recuperación, ya que se encargaban que no dejara de comer y darle ánimos.
Durante cinco años llevó el tratamiento completo, hasta que finalmente los médicos le dijeron que estaba libre de cáncer.
Sentí gusto, pero también miedo. Conocí compañeras que lo habían superado y después regresó. Yo tenía ese temor, cualquier piquete o dolencia me asustaba. Pero mire, bendito Dios, este octubre cumplí once años de haberme operado”, relató.
A sus 67 años, Silvia se considera una sobreviviente y un ejemplo de vida, aunque lamenta que hoy muchas personas no reciban la atención médica o los medicamentos necesarios. Ella confía en que su testimonio motive a otras mujeres a no rendirse y revisarse a tiempo.
“Yo me salvé porque me hice una mastografía por decisión propia. Si no, nunca me hubiera dado cuenta. Les digo a todas las mujeres: háganse su estudio, aunque no sientan nada. El cáncer no avisa. Y si lo están pasando, que no dejen de comer. Aunque no se sienta el sabor, hay que comer para tener fuerzas”, recordó.
Con serenidad y gratitud, Silvia concluyó: “Fueron años muy difíciles, pero sigo aquí. Dios me dio otra oportunidad y quiero aprovecharla. Si mi historia puede ayudar a alguien más, con eso me doy por bien servida”.
AAK
