San Antonio, Texas.- El Tribunal Federal de San Antonio dictó sentencia contra los responsables de la tragedia ocurrida en junio de 2022, en la que 53 migrantes perdieron la vida dentro de un tráiler abandonado en Texas, en el tercer aniversario de los hechos.
Felipe Orduña Torres y Armando González Ortega fueron los primeros de varios acusados en ser sentenciados por el caso de tráfico de personas que más víctimas ha dejado en la frontera entre Estados Unidos y México. Recibieron penas que, en la práctica, los mantendrán tras las rejas de por vida.
Orduña Torres, identificado como el líder de la célula operativa en territorio estadounidense, fue condenado dos cadenas perpetuas más una sentencia adicional de 20 años. Su principal colaborador, González Ortega, recibió una sentencia de 87.5 años de prisión.

Además de las penas privativas de la libertad, ambos deberán pagar una multa de 250 mil dólares cada uno.
La investigación federal detalló las horribles condiciones en las que los migrantes, provenientes de México, Guatemala, Honduras y El Salvador, fueron transportados.
Habían pagado entre 12 mil y 15 mil dólares cada uno para ser introducidos de contrabando en Estados Unidos, según una acusación en el caso.
Llegaron a la ciudad fronteriza de Laredo, Texas, cuando fueron abordados en un tráiler cuyo sistema de aire acondicionado era insuficiente para las tres horas que toma el viaje a San Antonio.
A medida que la temperatura aumentaba dentro del camión, los migrantes gritaban y golpeaban las paredes pidiendo ayuda o intentaban abrirse camino hacia afuera, dijeron los investigadores. La mayoría se desmayó.
Cuando el tráiler fue abierto en San Antonio, 48 personas ya estaban muertas. Otras 16 fueron llevadas a hospitales, donde cinco más murieron. Entre los muertos había seis niños y una embarazada.
Los informes revelaron que viajaron en un espacio insalubre, sin ventilación ni agua, y que en el tramo final del trayecto fueron sometidos a temperaturas que superaron los 38 grados Celsius.
Los guanajuatenses muertos en la tragedia
Entre las víctimas fatales se encontraban 27 mexicanos, de los que siete eran originarios de Guanajuato. Dos de ellos, Ricardo y Jesús, así como un menor de edad que sobrevivió, Pedro Daniel, eran de la comunidad Miranda en el municipio de San José
Iturbide.
La noticia de sus muertes devastó a sus familias, quienes, en medio de su dolor, optaron por el silencio. A pesar de su hermetismo, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) intervino para apoyar en la repatriación de los cuerpos de Ricardo y Jesús, y para facilitar la visita de un familiar a Pedro Daniel, quien aún permanece hospitalizado.
JRL
