Con información de José T. Mendez
Irapuato, Guanajuato.- El nivel de violencia que se está viviendo y que ha sorprendido a la ciudadanía es consecuencia de que no se está trabajado con los niños y jóvenes, quienes se han convertido en autores de hechos delictivos, mencionó Enrique Díaz Díaz, obispo de la diócesis de Irapuato.
“Nos ha sorprendido esta violencia que es signo de lo que estamos haciendo y viviendo, platicaba yo con algunas personas cercanas a los jóvenes y niños, adolescentes y la preocupación era por los dos lados, la violencia que alcanza a los niños y la violencia que niños van ejerciendo”, dijo.
El religioso refirió que muchos delincuentes son niños o adolescentes de 14 a 16 años y cuando ha visitado las cárceles que en muchos de los lugares de mayor seguridad son jóvenes de 19, 20 años, que llevan una historia larga de homicidios.
La preocupación es por dos lados, si son víctimas colaterales de daños de esta violencia que nos alcanza, pero también ya son muchos sujetos de violencia que niños ya están entregados a la violencia, que han sido captados por el crimen, que los transforman en halcones o en sicarios también algunos adolescentes”, indicó.
Monseñor comentó que aunque hay víctimas colaterales, también son víctimas de la violencia, por lo que se tiene que seguir cuestionando seriamente en el camino que se lleva.
El obispo recordó que desde que llegó a Irapuato y en el recorrido que le hicieron al segundo día pasó de incógnito por la colonia conocida como ‘La Pérdida’ y le tocó ver a dos jóvenes robando.
Entonces la violencia ha sido muy grave y tenemos que seguir preocupados, si las autoridades, pero también padres de familia, escuela y también nosotros como iglesia, ¿qué está haciendo la autoridad?, porque es algo que se está propagando más fuerte y también que estamos haciendo cada uno de nosotros para resolver la violencia”, concluyó.
El pasado viernes, cinco jóvenes que se encontraban en una calle de la colonia Álvaro Obregón, mejor conocida como la Pérdida, fueron atacados a balazos, donde fallecieron dos adolescentes mientras eran trasladados a un hospital para recibir atención médica.
Invita arzobispo de León a no perder la fe
En el marco de la festividad de la Epifania del Señor, de los Reyes Magos, el Arzobispo de León Jaime Calderón Calderón hizo un llamado a los fieles católicos a no perder la fe, a pesar del clima de incertidumbre y violencia que vivimos.
El pastor de la Diócesis de León presidió la ceremonia Litúrgica de los Reyes Magos en la Catedral Metropolitana de León y posteriormente en la parroquia de San Judas Tadeo, donde puso en marcha el Año Jubilar de la Esperanza, donde señaló que la violencia es un flagelo que genera miedo, desánimo y desesperanza.
Exhortó a los fieles católicos a ser peregrinos de la esperanza, “porque quien no escucha a Dios, no va a escuchar a los demás, y va a hacer de su vida y de sus intereses lo que su egoísmo le permita”.
También manifestó en su mensaje que otro de los grandes flagelos en los que vivimos es la pobreza, lo que genera que por falta de oportunidades muchas personas tengan que emigrar a otros países.
Vivimos en un pueblo que tiene mucho por trabajar; que bueno que nuestras autoridades se preocupen por que haya trabajos dignos y que no haya necesidad de que tengan que emigrar por necesidad, por falta de oportunidad, si lo quieren hacer que sea por su voluntad”, acotó el Prelado.
Hizo énfasis en que la esperanza es el camino a la paz y la salvación.
“La esperanza es la brújula de la vida. Quien no tiene esperanza, camina sin rumbo.
La esperanza de tener vida eterna, y cada domingo nos renovamos”, señaló el Prelado.
Recordó que “somos peregrinos en esta vida, hay que tomar la vida en serio, pero nuestra meta está en el Señor. La esperanza es el horizonte en el cual tenemos que caminar”.
“Aquí, en este mundo terrenal, se juega la vida y la salvación. Quien no tenga a Dios lleva una vida en la oscuridad y refleja una situación de tristeza”, subrayó el Arzobispo.
Dijo que la violencia y las guerras están generando mucha desilusión y desesperanza a la humanidad, por generar dolor, odio y sufrimiento.
En la homilía de medio día, en la parroquia de San Judas, recordó que durante la pandemia del COVID fallecieron más de 300 sacerdotes, y la diócesis más afectada fue la de Puebla, donde murieron más de 30, pero esta enfermedad hizo más daños en los estados del Centro del País.
Puntualizó que el COVID fue una difícil experiencia para todos, porque murieron muchos familiares o personas cercanas, pero nos hizo más solidarios.
Fue una experiencia difícil, pero surgió lo mejor de nosotros, con más actitud, mayor solidaridad, como no se veía antes, salió lo mejor de la gente”, agregó.
También hizo énfasis en seguir luchando y trabajando en favor de los más necesitados, pues la vida pasa y los gobernantes también.
“Por más grande y poderoso que sea un país o un imperio, debemos recordar que solo Dios es el dueño de la vida y de la historia. Los reinos terrenales van de paso, y así lo hemos visto a lo largo de toda la historia, como el Imperio romano”.
También hizo un llamado a no ser esclavos de las personas.
Esto nos enseña que nunca hay que darle un empoderamiento a ningún humano, es Dios el dueño de la historia y el centro, y solo a él se debe la gloria y la esperanza … ningún imperio, ningún rey debe ocupar el lugar de Dios”.
Recordó que la Iglesia ha sido muy atacada bajo el argumento que se adora a Santos y a la Virgen María, cosa que desmintió.
“Nosotros no adoramos a los Santos, ni a la Virgen, solo a Dios, a la virgen la veneramos. Dios es el centro de la vida… Dios siempre actúa en favor de quien tiene fe”.
En la Catedral de León recordó que la Epifanía es una festividad donde se manifiesta la gloria del Señor, donde el Mesías es presentado como el Salvador.
También se hizo una relación de lo que será el año litúrgico en la Diócesis de León, la celebración que se llevará a cabo, sobre todo, en Semana Santa y que culmina en noviembre próximo.
HLL
