U

n par turistas denunciaron al Ministerio Público haber sido víctimas de robo en el interior del restaurante Casa Ibarra, en San Fernando; al parecer, encargaron a un mesero que le cargara el teléfono, pero el aparato ya no le fue devuelto.

Al pedirlo, les dijeron que supuestamente ya no estaba; el personal administrativo se presume que las agredió verbalmente y físicamente por exigirlo.

Según versión de la hija de la afectada, vinieron a la Capital por asuntos de trabajo desde el jueves. Alrededor de las 15:00, decidieron ir a comer a dicho restaurante.

Se sentaron en una mesa en el exterior y, debido a que desde la plazuela, no podía conectar para cargar su teléfono celular, un equipo con valor de 7 mil pesos, le solicitaron al mesero poner a cargarlo dentro, y éste accedió.

“Le entregó mi mamá su celular al joven, quien dijo que lo llevaría dentro para conectarlo; nosotras sin ninguna preocupación seguimos disfrutando y, al terminar de comer, nos retiramos. Alcanzamos a caminar apenas unos 50 metros, cuando mi mamá se dio cuenta de que lo olvidó y fue por él. Después de 15 minutos, ella no regresaba; de pronto, un mesero fue a buscarme, al acercarme, mi madre estaba muy preocupada porque supuestamente el celular lo había robado algún otro cliente del lugar, pero en ese momento estaba sólo una pareja, y seguía ahí”, narró la hija.

Al exigir que le entregaran el celular y cuestionar cómo pudo ocurrir el robo en el interior del lugar, llegaron al parecer los dueños del establecimiento, con quienes comenzaron a platicar; sin embargo, éstos se tornaron agresivos.

“(Se trató de )Un señor y una señora, y no sé si eran sus hijos, quienes pensamos que nos ayudarían, pero no fue así. Al intentar dialogar con ellos, comenzaron a atacarnos verbalmente con insultos y gritos; sobre todo a mi madre, y se puso muy exaltada por todo lo que le decían, al no aceptar que alguien del lugar lo había tomado; ya que los meseros ni siquiera se acercaron para decirnos qué sucedió con él. El señor nos empujaba, y yo, al tratar de conectar mi celular para encenderlo y detectar con una aplicación la ubicación del celular de mi madre, me arrebató el cargador, me lo arrojó y nos corrió de allí.

“Debido a que mi madre se alteró mucho y a que no llegamos a nada, decidimos irnos y buscar ayuda con un policía, quien nos dijo solamente que acudiéramos al Ministerio Publico”, mencionó la joven.

Interpusieron una denuncia por robo, la cual quedó asentada en la carpeta de investigación número 87101.

Las afectadas resaltan que pensaron que su día de paseo sería grandioso, pero se convirtió en el “peor de toda su vida”, al ser robadas, agredidas verbal y físicamente, sin poder defenderse ante los administrativos del restaurante Casa Ibarra.

La ubicación del celular apareció a varios establecimientos de donde fue la última vez que estuvo encendido.

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