El pasado 31 de julio se conmemoraron 400 años del Patronazgo Ignaciano. Este acontecimiento tan importante para los guanajuatenses ocurrió en 1616 cuando en Guanajuato se encontraba el grupo religioso conocido como Jesuitas, que se establecieron en el Oratorio de San Felipe Neri (conocido como La Compañía).
En los últimas semanas, investigadores e historiadores se han dado a la tarea de compartir con el público cómo surgió esta tradición que se ha distinguido por ser una de las más populares del terruño, la cual inicia desde la tarde del 30 de julio y culmina la noche del 31 de julio.
Se sabe por exhaustivas investigaciones que en los primeros años se realizaban varias misas durante todo el día, aunque se desconoce cuándo comenzó a subir la gente al Cerro del Hormiguero y Cerro de la Bufa para participar en una misa de acción de gracias.
Con el tiempo se sabe que la gente fue invitada a subir al cerro a pasar la tarde y disfrutar los alimentos con todos los miembros de su familia y los amigos. Con el paso de los años creció este encuentro con juegos mecánicos, la venta de antojitos mexicanos y la presentación de grupos musicales que hoy en día ya se encuentran documentados en crónicas y fotografías.
Este año, con motivo de su IV centenario del Patrocinio de San Ignacio de Loyola, se develó una placa conmemorativo en el patio del Antiguo Hospicio Jesuita y se presentó un libro que reúne varios los hechos históricos que dieron origen a esta festividad religiosa y celebración familiar.
