Durante su visita al Templo de San Pedro Apóstol, incendiado por vándalos, el Arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras, lanzó un llamado a los feligreses para estar unidos y participar en la reconstrucción del inmueble.

Fue el miércoles por la mañana que el templo ubicado en Lomas de Marfil I, fue incendiado presuntamente por vándalos.

Ayer al mediodía arribó el Arzobispo de León, quien sostuvo una reunión con los vecinos para invitarlos a estar unidos en momentos donde se pierde el respeto al espacio sagrado.

Juan Carlos Delgado Zárate, presidente del Centro Comunitario San Pedro Apóstol A.C., informó al Arzobispo que en este inmueble se han invertido alrededor de 3 millones de pesos.

“Las pérdidas el día de ayer (miércoles) son por el orden de los 800 mil pesos”, comentó Delgado Zárate, quien mostró fotos de cómo se encontraba el inmueble antes del incendio.

Al respecto, el Arzobispo de León dijo que antes de volver a utilizar el templo como casa de oración, tendrá que realizar un desagravio en los próximos días.

“Padre Santo ayúdanos, queremos rehacer tu casa, queremos bendecirte, queremos alabarte”, indicó el Arzobispo, quien presidió junto a los colonos una pequeña oración.

Cuestiona a sociedad

Alfonso Cortés agradeció la presencia de los colonos, a quienes pidió tener calma pese a ser un acontecimiento muy doloroso.

“Esto es un signo de la descomposición social que existe, esto es un signo de esa debilidad, de esa ruptura que hay en la sociedad, donde se llega a perder el respeto a lo sagrado”, comentó.

El Arzobispo pidió a los católicos estar unidos, salir de la pasividad y trabajar para volver a reconstruir el templo; y les recordó que como católicos no están solos, ya que cuentan con el respaldo de la Diócesis de León.

 

Temor entre vecinos

Feligreses del templo de San Pedro Apóstol dicen tener miedo de los delincuentes que los acechan, pues “ya no respetan ni la casa de Dios”.

“Yo lo que me pregunto es cómo estos jóvenes terminaron así, dónde están sus padres o dónde estuvieron cuando era niños, ya es más difícil que estas personas que no respetan ni la casa de Dios, puedan volver a ser personas de bien”, dijo Refugio, vecino de la zona.

El incendio fue el acto delictivo definitivo para acabar con el templo, el cual ya había sufrido de varios robos y actos de vandalismo incluso en el mismo altar.

“Esas son personas que ya no tienen límites, no le tienen miedo a ninguna figura de autoridad mucho menos la de Dios, y eso me entristece, si hicieron eso son capaces de todo”, apuntó Verónica, otra vecina.

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