El Teatro Juárez se engalanó con la presencia del químico y poeta Roald Hoffman, quien dictó una conferencia sobre las conexiones que hay entre la química y el arte como parte del eje temático “La ciencia del arte. El arte de la ciencia”.
Ante de iniciar los asistentes recibieron un obsequio especial del ganador del Premio Nobel de Química 1981, un libro que reúne varios de sus poemas. Enseguida apareció en el escenario el director general del Festival Internacional Cervantino, Jorge Volpi, quien se congratuló de tener en la fiesta del espíritu a un hombre que tiene una estrecha relación entre el arte y la ciencia.
Roald Hoffman quien nació en 1937 en Zloczów, Polonia (hoy Ucrania) escapó junto con su madre de lass atrocidades de la Segunda Guerra Mundial y llegó a Estados Unidos en 1943. Estudió química en la Universidad de Columbia y su doctorado en la Universidad de Harvard.
Después de escuchar su breve reseña de vida, el químico de 78 años apareció en el escenario y saludó al auditorio, en su mayoría joven. Posteriormente empezó a mostrar una serie de imágenes en torno al arte antiguo destacando el uso de pigmentos químicos.
Añoró el proceso de la fotografía análoga, donde era necesario revelar las imágenes en un cuarto oscuro utilizando una serie de químicos que en contacto con el papel fotográfico daban vida a lo que el fotógrafo había captado con su lente. Habló sobre las características y las diferentes del arte y de la química, destacando que la ciencia se dedica a cuestiones universales y el arte a particulares.
