A 400 años de la publicación de la edición príncipe de la segunda parte de “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” y como parte del XXV Coloquio Cervantino Internacional y las V Jornadas Cervantinas Artísticas, se inauguraron tres exposiciones en el Museo Iconográfico del Quijote: “En un lugar de la Mancha” de Rocío Sandoval, “Don Quijote para los niños” ilustraciones pintadas en hojas de maguey del artista José Luis Romo y “El Quijote de 1615”, exhibición del fondo antiguo y fondo reservado de la Biblioteca Cervantina Eulalio Ferrer.
Aunado a ello, se develó una pieza de Don Quijote realizada por el artista de David Manzanares; el bloque de piedra que data de hace más de 200 años, fue rescatado después de la remodelación del museo. La escultura de cantera verde se encuentra a un costado de la puerta principal.
La expresión artística de David Manzanares está relacionado con sus raíces indígenas y la riqueza de la cultura mexicana. Como artista plástico ha tenido más de 20 exposiciones individuales y colectivas. Sus obras forman parte de importantes museos.
Enseguida se inauguró la muestra “En un lugar de la Mancha” de Rocío Sandoval que está conformada por obras pintadas en amate, tule y piel muy fina. Después de cortar el listón de inauguración, la artista invitó al público a conocer su obra, “ es el espejo de mi alma, abran su corazón, su espíritu”.
“Su búsqueda de nuestras raíces prehispánicas la ha llevado a encontrar diferentes aspectos del alma y del espíritu de nuestros pueblos. Ha desarrollado diferentes fuentes de exposición en fibras naturales como el amate, tule, piel, corcho, entre otros”.
Agradeció al director del museo, Onofre Sánchez Menchero, por el espacio para exhibir su obra; en ese momento recordó que la última vez que expuso en la casona quijotesca fue hace más de 20 años.
Su exposición está conformada por obra trabajada en técnicas mixtas. En la sala se encuentra un texto que esta relacionado directamente con los títulos de las piezas, de tal manera que la artista logra una conexión entre las letras y su arte.
Enseguida se inauguró la muestra “El Quijote de 1615” que resguarda el pequeño libro edición Calleja, que perteneció a don Eulalio Ferrer. Este “librito, por su tamaño, de apretada letra” que nutrió de esperanzas los días y noches de un joven Eulalio, representa la Fundación tanto del Museo Iconográfico del Quijote como la Biblioteca Cervantina “Eulalio Ferrer”de cuyo acervo ya forma parte gracias a la generosa donación que hizo de este tesoro la familia Ferrer Bohorques. También se encuentran en exhibición ediciones antiguas y especiales.
“Mientras llega el sueño, me he refugiado en Don Quijote. Es mi libro de cabecera en el sentido literal de la palabra. Apoyo mi cabeza sobre el macuto en que guardo este librito, por su tamaño, de apretada letra, edición Calleja de 1902. Hijo al azar, nunca imaginé la dosis de esperanza y el aliento que su lectura, apenas iniciada en la edad escolar, me habría de proporcionar aquí, en este campo arenoso y maloliente, entre tantos miles de confinados, con su densidad humana diversa y agobiante”.
Por último, pero no menos importante, se inauguró la muestra “Don Quijote para los niños”, ilustraciones en pencas de maguey que forman parte de la edición trilingüe de una versión infantil del Quijote. El artista José Luis Romo agradeció a todos los que estuvieron involucrados en el proyecto literario que estará disponible para el público infantil en español, inglés y otomí. El libro se presentará como parte de la programación del XXV Coloquio Cervantino Internacional y V Jornadas Artísticas que se llevarán a cabo del 25 al 29 de mayo.
