Basta con visitar el Centro Histórico, el mercado, el panteón o incluso el basurero de Dolores Hidalgo para observar a decenas de niñas y niños trabajando o acompañando a sus padres en el trabajo.
En la ciudad al menos 120 menores trabajadores en situación de calle y con riesgo de caer en adicciones son atendidos por los programas Prever y DIM del DIF municipal.
Niños reciclando latas, vendiendo chicles, flores; trabajando de cargadores en el mercado, elaborando ladrillos o en cerámicas, son el “pan de cada día” en Dolores.
El área de atención a menores del DIF ha identificado 17 puntos en la ciudad donde se concentra la mayor cantidad de menores trabajadores en riesgo, entre ellos destacan el basurero, semáforos, el panteón, las avenidas Sur, José Alfredo Jiménez y Mariano Balleza, las colonias Lindavista, 15 de Septiembre, Centro, y la comunidad El Llanito.
Hilaria Torres Torres, encargada del programa Prever, señaló que el DIF tiene capacidad para atender a 41 menores, a los que cada mes se da un apoyo de 250 pesos en efectivo para estudio, un total de 10 mil 250 pesos mensuales.
Mientras en el programa DIM (Desarrollo Integral del Menor Trabajador en Situación de Calle), a cargo de María Eustolia Sánchez Márquez, apoya a 79 menores con becas de 235 pesos en efectivo y 200 pesos en despensa, un total de 34 mil 365 pesos mensuales.
Los menores en situación de calle enfrentan el riesgo de convertirse en adictos. Según el personal del DIF en Dolores los menores empiezan a consumir alcohol desde los 8 años y estupefacientes desde los 11.
El trabajo del DIF no se limita a los menores, ofrecen pláticas en escuelas y a padres de familia en colonias; sin embargo consideran que a veces no dan frutos.
“Hace varios meses hablamos con la gente del basurero para que dejaran de llevar niños, se quedó muy formal de que el encargado iba a vigilar que no ingresaran menores pero parece que no hicieron caso”, lamentó Hilaria Torres.
La Ley Para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LPPDNNA) obliga, además del DIF, a las autoridades federales, estatales y municipales, y a padres de familia y tutores a garantizar la vida digna de los menores.
