Una mujer feliz, así es como sus amigos describen a la diputada federal del PRI, María Esther Garza Moreno, quien desde los 14 años de edad comenzó su actividad altruista.
Quienes conocen a la legisladora, dicen que es una persona muy tenaz y cuando se propone algo, no descansa hasta que consigue la meta.
Además, sus amigos la identifican como una persona persistente y alegre, con muchos amigos no de la política, sino de siempre.
Actualmente “Tey”, como le conocen sus amigos, pasa bastante tiempo en la Ciudad de México por su cargo como legisladora.
Y aunque participa en infinidad de clubes sociales, entre sus gustos está recorrer zonas como Embajadoras donde se detiene para comer las tradicionales gorditas de chicharrón prensado y nopales.
¿Qué zona es la que más le gusta de la ciudad?
A mí me gusta mucho el Jardín de las Acacias, me gusta porque todavía se siente ese toque provinciano, me gusta ver cuando los niños salen del colegio para correr a los brazos de sus papás.
Ahora que estoy mucho tiempo en la Ciudad de México, paso por sus escuelas y estos aspectos como en Guanajuato ya no se ven.
Creo que la ciudad de Guanajuato es para disfrutarla, pero cuando uno vive aquí como que no nos damos cuenta de las maravillas que tenemos.
¿Extraña Guanajuato?
Sí, cuando uno camina por la Presa de la Olla, se observan esos edificios señoriales, maravillosos, además que la gente se va saludando, así que cuando uno llega a su destino, uno llega contento.
Mientras que en el Distrito Federal, uno va en el coche, las personas van serias, nadie se voltea a ver, cada quien va en su mundo.
¿Le gusta leer?
Sí, aunque leo poco por mi trabajo como legisladora, así que la última novela que leí se llama Contadora de Películas.
¿Cuándo fue su primer contacto con el altruismo?
Hace 56 años.
¿Cómo fue este primer contacto con el altruismo?
Tenía 14 años, era muy curioso, porque nosotros íbamos a una iglesia donde vivíamos y el sacerdote jesuita nos pidió que si íbamos a dar doctrina a una vecindad muy grande en Tepito, se llamaba La Casa Blanca.
Ahí enseñamos a rezar a los niños, era muy interesante porque entraban los más grandecitos que habían robado algo y lo metían abajo del manto de la Virgen de Guadalupe y corrían.
Después, mi esposo fue presidente municipal de Salvatierra y como presidenta del DIF nos metimos de lleno a trabajar por las familias vulnerables.
Posteriormente en otra etapa de mi vida formamos el grupo de Mujeres Pro Guanajuato y el Grupo Amor a la Vida, donde atendemos a jóvenes con problemas de drogadicción.
¿Cuántos jóvenes ha atendido en el Grupo Amor a la Vida?
En todos los años de servicio hemos atendido a cerca de 4 mil, en el país somos el primer lugar en cumplir con las normas de salubridad. De aquí han salido abogados y arquitectos, jóvenes que en su momento se han recuperado y salido adelante.
Ahora vamos por el anexo de alzheimer, donde hemos invertido entre 6 y 7 millones, aunque falta mucho por hacer.- refiere “Tey”, quien desde adolescente comenzó en el mundo del altruismo.
