“Es una dicha muy grande ser padre. Empezó mi esposa con los dolores de parto el 12 de febrero del 2002 a las 9 de la noche. Fue una travesía porque nos mandaron a caminar, me acuerdo que llegaron mis suegros, mis futuros compadres”, platicó Pepe Ramírez, al recordar el día en que nació su hija.
“Yo oí que lloró un bebé y les dije ya nació”, el doctor les dijo que era una niña que pesaba 3 kilos 600 gramos y de 52 centímetros de altura. “Nunca espere el varón, no estoy deseoso de un hijo, mi hija cumple todas mis expectativas de padre, le gusta lo que yo hago, me acompaña a donde yo voy, se ha sabido compaginar con su mamá y conmigo”.
Respecto al nombre, comentó que su esposa quería un varón y durante el embarazo el bebé se movía mucho en el vientre, su esposa le decía: mira tu sirenito, mira tu sirenito. Y le dije que si era niña le iba a poner Ariel como la sirenita, que significa León de Dios. “Desde que estaba en el vientre tuvimos mucha comunicación con la niña”.
También recordó que cuando tenía 28 días de nacida, le dio tosferina. “Dios sabe en que momento y lugar ponerte ese tipo de pruebas”, dijo al revivir la triste situación.
“Yo la cuidé los primeros seis meses porque su mamá trabajaba en la mañana, yo siempre fui enemigo de que fuera a una guardería”. La cambiaba de pañal, le daba el biberón, la bañaba, en fin la atendía como lo que es, su padre.
En una ocasión, la pequeña Ariel le pidió a sus papás un hermanito .“Ella estaba en el kinder y le dijo a su mamá que quería un hermanito, y su mamá le dijo que tenía muchos muñecos para jugar con ellos”. La niña le contestó: mamá los muñecos no hablan.
Desde que entró al kinder la llevó a la escuela, procura estar presente en sus eventos. Él y su esposa son partícipes en sus actividades, “queremos hacerle saber que tiene unos papás que la apoyan en todo”.
Compartió que desde que entró a la escuela se ha destacado por sus excelentes calificaciones “es una niña muy destacada, muy responsable, lo que se propone lo logra, la hemos dejado ser”.
Una niña muy vivaz, le gusta ser líder y participar en labores sociales, algo a lo que se dedicó cuando fue reina infantil del Club de Leones Marfil. “Para mí es todo mi hija, es mi razón de ser. Le doy gracias a Dios por permitirme ser padre”, finalizó.
