Los ventarrones de temporada y la tierra que levanta, afectan desde febrero a los comerciantes del tianguis La Plaquita, quienes han perdido varios miles de pesos por el deterioro a su mercancía.
Al mediodía, La Plaquita parece una exhibición de papalotes: los fuertes aires de abril levantan las lonas atadas a postes con las que se tapan del sol, algunas han volado con todo y mercancía.
Pero no sólo eso, los ventarrones levantan un terregal de la cancha de futbol que va a parar a la comida, ropa o artículos que se comercian, en muchas ocasiones dejándolo inservible.
“Casi todos los domingos desde finales de febrero es lo mismo, se hacen fuertes remolinos”, y si el aire no se lleva todo sí lo deja cubierto de tierra, asegura Martha, comerciante del lugar.
“Sí es molesto, porque se viene todo el aire, se levanta el toldo y vuela la ropa o se llena de tierra, toda la gente se queja”, aseguró Juana Medina, otra comerciante.
Ignoran el problema
Por su parte, Isabel Sánchez Ledezma, representante de los Comerciantes Democráticos, la agrupación más afectada, aseguró que se han pedido soluciones a la Presidencia Municipal pero no han obtenido respuesta.
“Hasta hace un mes no teníamos postes para amarrar las lonas, lo hacíamos con palos y en ocasiones hasta los mismos puestos volaban. Mucha gente ha perdido mercancía porque el aire se la lleva o porque la tierra la deja inservible”.
Señaló los vendedores de ropa y calzado nuevo, que con el terregal tienen que lavar la ropa, con lo que deja de ser nueva, así como los vendedores de comida, que aunque tapen los alimentos en ocasiones las mismas cazuelas son arrastradas por el viento.
Cuando los comerciantes fueron trasladados a La Plaquita hace casi un año, se prometió que se levantaría una barda para aminorar los ventarrones, hasta el momento no se ha construido.
