Juan Emilio tiene parálisis cerebral diagnosticada hace ocho años, lo que no ha detenido su deseo por acercarse a la religión tanto como la idea arraigada de la Iglesia y la sociedad de que es un incapaz.
Bajo de peso y con problemas en órganos vitales, Juan Emilio nació hace nueve años en una clínica particular donde no recibió la atención adecuada. Tras varias cirugías y meses en incubadora, fue llevado a casa por sus padres.
Pasó un año y Juan Emilio no lograba sentarse por sí mismo. “Pensamos que era la espalda, la columna. Un traumatólogo nos dijo que tenía parálisis cerebral infantil”, recuerda Patricia Aracely García Guerrero, mamá de Juan Emilio.
En días pasados se acercó a la Parroquia de la Asunción para que Juan Emilio se preparara para hacer la primera comunión, pero se topó con que “los niños en su condición no necesitan más que el bautizo”.
Aunque no se le negó el sacramento, el cura dijo que “en su situación” Juan Emilio no necesita más que el bautizo.

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