Doce mineros descarnados y un monje hacen vivir su peor pesadilla a los visitantes a la Mina Infernum, ubicada 100 metros debajo del monumento al Pípila.
De martes a domingo a las 7 de la noche en punto se abren las puertas, donde el mito y la imaginación se amalgaman para vivir una noche de pesadilla.
Grupos de 4 visitantes entran a lo más profundo de las entrañas de la tierra en el corazón de la cañada, la obscuridad y el silencio dan la más cálida bienvenida a los valientes que se atreven caminar en un laberinto de terror y escalofrío.
Mientras se recorre la mina, los zapatos poco a poco se llenan de polvo, la temperatura sube, la silueta de un monje aparece y desaparece en la nada.
Al ir ingresando aparecen los mineros descarnados, suman 12 espectros, quienes tratan de atrapar a los visitantes, aunque no lo logran infunden terror, un grito emerge de esta boca de lobo, hasta el más valiente se estremece. Esto es parte de las sorpresas.
Esta mina museo estará abierta hasta diciembre, todo se ha logrado gracias al trabajo conjunto de los integrantes de la Asociación de Bomberos Voluntarios A.C.
Daniel Barrera, capitán de la Asociación de Bomberos, recordó que las excelentes recreaciones fueron posibles gracias al mecánico de la asociación.
“Él tuvo la oportunidad de tomar un curso de maquillaje artístico, él nos empezó a ayudar y a enseñar a las compañeras.
“Para caracterizar a los personajes, se requiere de aproximadamente dos horas de trabajo, es un trabajo muy profesional”, refiere Daniel Barrera.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *