Mal les fue a los expositores de la Feria del Libro y Festival Universitario. Muchos de ellos afirmaron que vendieron poco, apenas para cubrir sus gastos.
En el stand de Conatril, empresa que se dedica a la producción y venta de atriles –objetos que sirven para colocar en forma cómoda los libros y así poder disfrutar más de la lectura- Ricardo Torres dijo que “nunca nos había ido tan mal en Guanajuato”.
Conatril tiene 10 años de participar en la Feria, en ese tiempo han tenido altas y bajas, pero este año fue el peor. “Yo creo que fue por el cambio de fechas; ya que en las ediciones anteriores la exposición se iniciaba 7 días antes de la Semana Santa y concluía el Domingo de Resurrección, entonces, abarcaba unos días de vacaciones”.
Por otro lado, en la Alianza Francesa la situación no fue distinta.
“De plano estuvo solo, aunque sí vendimos algo, el libro más solicitado, como siempre fue “El Principito”, de Antoine de Saint Exúpery, pero nada más”, dijo la joven que atendía el local. Aquí también pudieron vender 15 libros de literatura para jóvenes.
Tal vez para demostrar el desánimo de los libreros, a las 11:20 horas los locales de la Casa de la Cultura de Guanajuato, de Conaculta y el de la UG estaban cerrados, también el de Santillana.
Ricardo Vidal, del Libro Club de Salamanca, fue más optimista: “no nos fue tan mal, logramos recuperar los gastos, pero coincido con el resto de mis colegas, el cambio de fecha nos perjudicó; ya estábamos acostumbrados a que durante la Semana Santa, cuando hay más turismo, las ventas mejoran; así son los negocios, uno invierte, arriesga y las cosas no salen tan bien como quisiéramos”.
Este domingo, último día de la feria, a las 12 horas, Joel Sánchez, de Nostra Epoca, había vendido 5 libros de yoga y de terapias alternativas para conservar la salud; “es muy poquito, espero que en el transcurso del día esto se componga y podamos recuperar algo más”.
