León, Guanajuato.- Netflix está a punto de estrenar “Las Muertas”, serie limitada creada y dirigida por Luis Estrada (“La Ley de Herodes” y “El Infierno”), basada en la novela homónima del escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia.
La producción revive la oscura historia de Las Poquianchis, las hermanas González Valenzuela, cuyo imperio del lenocinio y la violencia se extendió en los años 50 y 60 por León, Purísima del Rincón, San Francisco del Rincón y Lagos de Moreno, convirtiéndose en uno de los casos criminales más escalofriantes de México.
En la obra literaria, Ibargüengoitia recurre a nombres ficticios para contar los hechos: Pedrones es León, Concepción de Ruiz es San Francisco del Rincón, San Pedro de los Corrientes es Lagos de Moreno, Cuevano es Guanajuato, Las hermanas Baladro son la representación de las hermanas González Valenzuela.

Orígenes del imperio del horror
El dominio de Las Poquianchis comenzó en los años 50 en la esquina de Sonora y Bolivia, donde operaban casas de asignación en León.
Uno de sus centros de operaciones más conocidos fue el bar “El Poquianchi”, ubicado en la Loma de San Ángel, entre Purísima y San Pancho, una zona que en aquellos años era vista como el “Guadalajara de Noche”.
Ahí, entre fincas de adobe y ladrillo quemado, hoy convertidas en llanteras y comercios, las proxenetas reclutaban a jovencitas con falsas promesas de trabajo, las sometían bajo el sistema de “tienda de raya” (donde las deudas eran impagables) y las mantenían bajo condiciones de hambre, golpes y explotación.
Cuando las jóvenes cumplían 25 años o ya no eran útiles para el negocio, eran asesinadas por colaboradores de las hermanas, mientras que algunas prostitutas más antiguas se convertían en celadoras y cómplices de los crímenes.

Final de las Poquianchis
La historia llegó a su clímax en 1964, cuando Catalina Ortega, una de sus víctimas, logró escapar y denunciar los abusos.
La policía encontró en el rancho Loma del Ángel, en Purísima, a decenas de jóvenes desnutridas y enfermas, lo que derivó en la captura de las hermanas González Valenzuela.
Posteriormente fueron condenadas a 40 años de prisión por delitos que incluyeron homicidio, lenocinio, corrupción de menores, secuestro, aborto forzado, tráfico de personas y soborno.

De la realidad a la ficción
Jorge Ibargüengoitia transformó estos hechos en “Las Muertas”, publicada en 1977, donde con su estilo irónico y mordaz retrató la podredumbre moral detrás del caso.
Ahora, Luis Estrada lleva esa obra a la pantalla con locaciones en el Cerro del Cubilete (Silao), Mineral de Pozos (San Luis de la Paz), Guanajuato capital y San Miguel de Allende. También se grabó en San Luis Potosí y Veracruz.
Con “Las Muertas”, la historia de Las Poquianchis vuelve a colocarse en el centro de la conversación cultural, recordando que detrás de la leyenda negra hubo decenas de mujeres víctimas de un sistema de impunidad y corrupción que les arrebató la vida en Guanajuato y Jalisco.

CYPS
