León, Guanajuato. – A cuatro años y medio de la partida del cantautor Armando Manzanero, su hijo, el músico y productor Juan Pablo Manzanero, ha encontrado en la música una forma de sanar su corazón y rendir tributo al legado de su padre.
El resultado es “Desde el cielo”, un disco emotivo, íntimo y profundamente catártico, que recupera la voz del maestro Manzanero y la entrelaza con nuevas interpretaciones y colaboraciones de artistas cercanos a su historia musical.
Para mí realmente es un honor celebrarlo. Ya pasaron cuatro años y medio desde su partida y mi corazón ha ido sanando poco a poco. Me tardé mucho en reaccionar porque fue un duelo muy difícil. En menos de dos años perdí a mi madre y a mi padre, y eso fue algo fuerte, doloroso. La música me ha ayudado a renacer… especialmente la música de mi padre. Este disco es el resultado de ese proceso”, platicó vía zoom con AM desde Mérida.
La idea de hacer el álbum no surgió de una decisión racional, sino de un momento simbólico que encendió la chispa creativa.
“No lo decidí con la cabeza, fue el corazón el que me dictó el camino. Cuando se iban a cumplir dos años de que mi padre trascendió (él se fue un 28 de diciembre de 2020), decidí que en lugar de hacer una misa luctuosa, lo celebraríamos con música. Él nació el 7 de diciembre, así que esa fecha la usamos para conmemorar su vida, no su ausencia”, platicó.
En ese contexto, Juan Pablo tomó una decisión aparentemente sencilla, pero profundamente simbólica: mandó afinar el piano de su padre.
“Fue un regalo para él. Después de dos años sin tocarlo, cuando el técnico terminó su trabajo tuve que probarlo. En cuanto puse mis manos en las teclas, me solté a llorar. Ese piano no lo había tocado desde que él se fue. Fue un momento muy duro, pero también el inicio de algo hermoso”, resaltó.

Crea himno del duelo
En esa catarsis nació una canción que no forma parte del disco, pero que dio nombre al proyecto: “Desde el cielo”. Juan Pablo la describe como un himno personal de duelo y amor, y cuyo video se puede ver en YouTube. A partir de ese momento, se propuso recuperar grabaciones de su padre, reinterpretarlas y construir un disco con todo el amor posible.
Tenía grabaciones inéditas, su voz, fragmentos, maquetas. Me puse a trabajar con eso, a buscar artistas con los que pudiera conectar desde el corazón. Así surgió este disco, que para mí es más que un homenaje: es una manera de decirle a mi padre lo mucho que lo admiro y lo amo”, reiteró el artista.
El disco incluye duetos y colaboraciones con artistas como la exvocalista de Presuntos Implicados: Sole Giménez, Lola Ponce y Lisette, con quienes Juan Pablo ha mantenido una relación artística y personal cercana.
Uno de los momentos más significativos del álbum es la canción “Te espero”, interpretada por Sole Giménez y Armando Manzanero, una pieza que el maestro escribió durante los meses de confinamiento por la pandemia de COVID-19.
“Mi padre estaba fastidiado de estar encerrado, se sentía como un león enjaulado. Le pedí a Sole que le llamara, que le pidiera una canción para grabarla a la distancia. Ella lo hizo, y nació ‘Te espero’, la última canción que compuso en vida. Es preciosa. La grabación de su voz no es de estudio, es de demo, porque ya no alcanzó a grabarla formalmente. Falleció en diciembre y pensábamos grabar en febrero. Aún así, suena mágico”.
El disco se grabó en estudios entre España, Londres y México, algo que representó sacrificios.
“No creas que fue fácil. Yo vendí mi coche para producirlo. No tenía el dinero para hacer tremenda producción. Hasta mi suegra me prestó y le sigo debiendo. Sony Music me empujó al final para terminarlo. Grabamos muchas versiones hasta que quedaran como yo las imaginaba”, compartió.

Show escénico
Más allá del disco, Juan Pablo trabaja en un espectáculo escénico con el mismo nombre. El show está pensado para recorrer distintas ciudades y países, y para que otros cantantes también puedan interpretarlo.
“Mi interés es poder presentarlo en Bellas Artes, y luego llevarlo a donde nos inviten: España, Argentina, Chile, Colombia. Está diseñado para que lo puedan cantar otros artistas, hombres, mujeres, nuevas generaciones. Mi único interés es celebrarlo y exaltarlo, no solo como hijo, sino como artista que lo admira profundamente”, agregó.
Todos los músicos, ingenieros y arreglistas que participaron en el álbum tienen algún vínculo con el maestro Manzanero. El resultado, dice Juan Pablo, fue un proceso de reconstrucción colectiva y amorosa.
Era como volverlo a vivir, a recordarlo. Cada persona que tocó en este disco tenía una historia con mi padre. Fue un trabajo de amor colectivo. Y eso se siente”.
Una vez terminado el disco, vino el momento más difícil: escucharlo completo, en soledad.

“El más feliz de que terminara fue Javier Garza, el ingeniero de mezcla. Pobre… soy su vecino y lo volví loco, cada rato le caía a su casa a pedirle cambios. Cuando ya estuvo listo y lo lanzó Sony en plataformas, pedí a mi esposa y mis hijos que me dejaran solo. Me senté al piano… lo escuché, lo lloré, lo celebré. Era nostalgia, felicidad y amor, todo junto.”
Con “Desde el cielo”, Juan Pablo Manzanero le habla a su padre y al público desde un lugar profundo del alma. El disco no solo preserva el legado de un grande, sino que abre un canal para seguir compartiéndolo con nuevas generaciones.
Fue un proceso que todavía estoy asimilando. Un ensayo de catarsis. No me la creo aún. Pero sé que está hecho con todo el amor del mundo”, finalizó.
LCCR
