Ciudad de México.- Después de ser acusado y encontrado culpable por los delitos de tráfico y suministro de droga, el comediante Pepe Magaña reveló detalles durante su paso por el Reclusorio Norte.

Magaña asistió como invitado al programa Montse & Joe, conducido por Montserrat Oliver y Yolanda Adrade, donde se sinceró y platicó algunas interesantes anécdotas de aquel lugar en el que conoció al narcotraficante Rafael Caro Quintero.

En primer lugar el humorista negó que haya vendido droga, sin embargo, terminó en prisión, lo cual le trajo secuelas psicológicas pues estar encerrado durante 3 años le provocaba estrés, por lo que un doctor le aconsejó que hiciera ejercicio para relajarse, sin embargo, al estar haciendo algunas de sus rutinas sufrió del acoso de otros internos. 

Magaña narró cómo fueron sus tres años de encierro. Foto: Instagram.

Adaptarte a un lugar como esos es lo peor que puede haber en el mundo, entonces empecé a correr el circuito del dormitorio. Empecé a correr y pasaba por un dormitorio que a lado estaban unos que volvían a caer en el bote, eran reincidentes, que me gritaban: ‘Quiero culo famoso'”, contó. 

El comediante, quien interpretó a famosos personajes como: “La Pepis” y “El Profesor Villafuerte”,  este último del clásico de la televisión “Cachun Cachun ra, ra”, expresó que ya  aprendió de sus errores y que ahora intenta retomar su vida junto a una nueva pareja. “Me tomó mis whiskys y nada más. Tengo mi novia, le llevó 34 años, nos llevamos muy bien, tenemos 2 años y medio (juntos). En la locura uno hace muchas cosas, pero vas aprendiendo y aceptas que hiciste cosas mal, de chavo de loco, jamás vendí droga, que quede bien claro”, aclaró. 

El comediante reveló qué famosos lo fueron a visitar a la cárcel. Foto: Especial.

José Buenaventura Magaña López, nombre real del humorista, también reveló que su amiga Carmen Salinas, lo visitó en la cárcel, así como Rafael Inclán, quien acudía cada semana a ver cómo estaba el histrión, quien actualmente padece de distrofia muscular. 

Pepe Mahaña confesó que considera al Rafael como un padre: “Inclán se formaba cada ocho días, entonces se pasaba dos-tres horas para entrar a verme, y un día que hacía mucho calor y entró todo acalorado y rojo, y me dice: ‘Qué bueno que te llamas Buenaventura, si te llamaras mala suerte a dónde te iría a ver'”, contó.

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