Jim Morrison siempre le dio fuerza a las palabras a través de la poesía, creía que todo lo que venía de ellas daría libertad, y en cierto sentido, así terminó su vida. 

“El Chamán del Rock” (sí, ese que dijeron que visitó a María Sabina en México para probar sus néctares espaciales), le dio a su último álbum el toque del blues, a modo de despedida; a pesar de la relación tensa que existía entre los miembros de la banda, él sabía que era ahora o nunca de mostrar lo que en sus entrañas permanecía. 

L.A. Woman salió a pesar de los pronósticos. FOTO: ESPECIAL

Agobiado, harto de cumplir expectativas, Morrison se dio cuenta que estaba atrapado, así que después de la grabación, París se convertiría en el último intento de escapar, de emular a aquellos artistas y escritores que influenciaron su vida. De salir de esa obscenidad, y volver al origen, a través de la muerte. Morrison, sin querer, le dio a L.A. WOMAN la inmortalidad. 

Escapando de sí mismo. FOTO: ESPECIAL

¡ESTO VA A SER UN DESASTRE!

L.A. WOMAN se negaba a nacer, al menos del modo tradicional, pues su productor de confianza Paul Rothchild, no quiso participar después de escuchar devastado física y moralmente a Jim, finalmente, The Doors se lanza a la producción, junto con Bruce Botnick. 

El local de ensayos se convirtió en un estudio acondicionado entre 1970 y 1971.

En este disco, Morrison se despide de Los Ángeles, relata el descubrimiento de América, y le da énfasis a la soledad y la muerte

Se dice que María Sabina fue la chamana de confianza de Jim Morrison. FOTO: ESPECIAL

“Riders on the Storm”, es una poesía a modo de catarsis, donde recrea esa sensación de su alma, invadida por un chamán indio, algo de lo que habló en “Peace Frog”. 

Tanto Morrison, como Hendrix, jugueteaban con su lado oscuro, uno que sin saberlo, le dio personalidad al rock;  curiosamente grabó en un baño, sin pretensiones y dejando ser a su voz, grabando cada chillido y expresión que salía a contentillo. Después de muchos años, se sentía libre.

Una pieza sobresaliente es “Crawling King Snake”, una versión de un tema que popularizó John Lee Hooker.

 

 

Como buen bluesman, Jim quiso versionar a su gusto esas viejas letras, el de la “serpiente arrastrándose”, emulando a sus maestros del blues. 

L.A. Woman es el último disco con el que Ray Manzarek, el guitarrista Robby Krieger y John Densmore en la batería, se inmortalizaron.

Tras su fallecimiento el 3 de julio de 1971, sus discos se vendieron como espuma, L.A. Woman fue un material de culto, y que lo convirtieron en la celebridad del cementerio.

La tumba de Morrison. FOTO: ESPECIAL

En el panteón de  Père-Lachaise en París, Francia, la tumba más buscada no es la de Oscar Wilde, sino la de Morrison. Es quien se lleva todas flores, y hasta fue blindada para evitar  actos de vandalismo (o fumar uno que otros cigarrillo prohibido).

 

 

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