México.- Acompañado de especialistas, el conductor de Televisa, Juan José Ulloa, asistió al programa “Hoy”, donde habló del momento más angustiante de su vida, cuando su bebé de 10 meses, Mateo, estuvo a punto de morir cuando se atragantó con un poco de comida.

Le contó a Andrea Legarreta qe todo pasó el 1 de mayo cuando la familia comía, y él bebé, en un momento de berrinche, gritó, pero al ver que el grito no venía de regreso, el conductor entró en angustia.

Yo pensé que estaba muerto. Fue horrible, estos fueron muchos minutos que se van como segundos donde intentas de todo”, contó Ulloa entre lágrimas.

Recordó que estaban en familia, comiendo, pero Mateo hizo un berrinche y al gritar, se le atoró la comida en la garganta, lo que le impidió respirar, pero al ver que del color azul pasó al morado, la angustia aumentó.

 
 
 

 
 
 
 
 

 
 

 
 
 

1 de mayo 2020… Acabo de vivir el peor momento de mi vida. Mi hijo Mateo, “Hannito” (como le dice su hermano) de solo 10 meses se estaba muriendo en mis brazos. Se atragantó con un poco de comida enfrente de mi. Estaba comiendo, hizo un berrinche y al gritar, la comida le obstruyó la garganta. Primero pensé que era solo el llanto “atorado”, pasaron segundos y al ver que el grito no venía de regreso llegó el miedo En segundos pasó de la vida al color azul y del azul al morado. En esos momentos, por supuesto ya lo tenía en brazos tratando de ayudarlo. Fueron segundos de un terror absoluto, confusión total. Golpeamos de frente, en el pecho, el estómago, pasamos a la espalda y mi hijo se moría. Dejó caer los brazos, sus labios de un negro fúnebre brutal, quedó casi inconsciente; todo era desesperación, impotencia y confusión, eso fue lo peor, no saber qué hacer. Afortunadamente nunca dejamos de luchar por él, aunque no se movía, yo veía sus ojos y supe que seguía conmigo. En un momento metí el dedo a la garganta, toque la comida y jalé como de derecha a izquierda, de lado a lado, en un solo movimiento… De un cachete a otro, pues., Al final fue cosa de Dios, estoy totalmente seguro, convencido de que la verdad fue el puro instinto de hacer algo y el deseo ferviente de que regresara, de que no se me fuera.. Comenzó a llorar, a respirar y ahorita vivo eternamente agradecido con Dios y la vida de haber podido hacer algo. Dicen que son 40 segundos antes de que pierdan la conciencia y que después de eso todavía hay tiempo de hacer algo, pero hay que saber qué. Por eso se los platico buscando alertarlos, la vida de los bebés se va en segundos. Aquí le dejo un par de ligas que explican claramente los pasos a seguir en caso de obstrucción. Los bebés pueden incluso perder la conciencia y seguir vivos, pero insisto, hay que saber qué hacer porque la confusión genera miedo y el miedo paraliza… Espero sinceramente que nadie haya vivido una experiencia así y deseo con todo mis corazón que si te llega está historia y sigues las ligas te puedan ayudar en caso de que te pasara algo así. Abrazo sincero a todos. https://youtu.be/PFCJa_ytZqo https://youtu.be/TYd3-Il0vag

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Lo volteo, y le empiezo a pegar, dice Gaby (su esposa) que le estaba pegando tan fuerte que por eso me lo quitó, ella va y les digo: ¡se está muriendo, hagan algo!& yo pensé que estaba muerto”, recordó entre lágrimas.

Aunque recuerda que después del susto su esposa le dijo que sintió que con su mirada, su hijo se estaba despidiendo de ella, el conductor piensa lo contrario, que más bien la mirada de su hijo era de: ayúdame.

Yo lo veía y veía su mirada (y me decía): “aquí estoy, estoy echándole todos los kilos, haz algo, dependo de ti, no puedo toser, no me puedo agachar, tengo 10 meses, haz algo””.

Durante el terrible momento incluso buscaron ayuda con el cuerpo de seguridad, le marcó a su suegro que es doctor, pero al ver que no había respuesta se decidió y volvió a intentar hacer algo por su bebé.

Gracias a Dios era jamón partido y pasta, el milagro se da porque él solito, sin darle respiración empezó a darme señales de vida, él solo se levantó y lo vi, empezó a llorar despacio”, recordó afectado.

Juan José recordó que siempre lo tuvo en brazos, tratando de ayudarlo, realmente fueron segundos de un terror absoluto. La experiencia también fue compartida por la pareja para darlo a conocer a otros padres y sepan qué hacer en caso de que les suceda.

Golpeamos de frente, en el pecho, el estómago, pasamos a la espalda y mi hijo se moría. Dejó caer los brazos, sus labios de un negro fúnebre brutal, quedó casi inconsciente; todo era desesperación, impotencia y confusión, eso fue lo peor, no saber qué hacer”.

Al final todo quedó en un gran susto, pues el conductor logró sacarle la comida y está seguro que fue obra de Dios, de que fue su instinto el que usó para ayudarle al pequeño Mateo a superarlo.

Comenzó a llorar, a respirar y ahorita vivo eternamente agradecido con Dios y la vida de haber podido hacer algo”, dijo visiblemente consternado aún.

¿Qué se debe hacer ante un caso así?

El doctor urgenciólogo Edgar Díaz habló de lo que sí se debe hacer en un caso como el de Juan José Ulloa. Explicó que cuando se tiene una obstrucción parcial, el bebé puede toser, pero si no llora, no respira y no tose, es el momento de actuar.

Si el bebé dejó de responder, sobre una superficie, le empezamos a dar compresiones en el pecho como si fuera la reanimación cardiopulmonar y si vemos dentro de la boquita un objeto que esté a nuestro alcance, retirarlo, si no lo vemos, no metemos los dedos”, recomendó.

Manuel Soriano, intensivista pediátrico, explicó que lo primero que le ayudó a Juan José Ulloa fue que hubo un líder, porque la importancia del líder es para mantener la calma de los demás.

Eso fue muy importante, es una de las retroalimentaciones que podemos obtener”.

Agregó que es importante que los piecitos se mantengan entre el brazo por si el bebé se desvanece, no se caiga y así se evita un segundo accidente.

Hay que evitar la técnica de barrido y hacer la técnica de pinza, y si lo puedes agarrar, sacarlo porque de lo contrario lo puedes impactar más, hacemos las compresiones en el pecho hasta que salga y se siguen intentando las técnica de pinza”, explicó.

Los especialistas señalaron que se cuenta con menos de cinco minutos para recuperar a una persona de un atragantamiento, y máximo 10 para que se recupere.

 

 

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