En apariencia, la vida de Gisele Bündchen luce siempre perfecta, pero en realidad ha tenido momentos de mucho dolor.

En sus memorias “Lessons: My Path to a Meaningful Life”, a publicarse el 2 de octubre, la supermodelo más exitosa del mundo, felizmente casada y madre de dos, se abrió sobre sus luchas con la salud mental.

La brasileña reveló que hace 15 años, cuando su carrera despegó, sufrió de su primer ataque de pánico en un turbulento vuelo de avión. Esto provocó que desarrollara miedo a los túneles, elevadores y otros espacios cerrados. Luego tuvo más ataques de pánico, incluso en su propia casa, y eventualmente contempló el suicidio.

“Tuve la sensación de sentirme como, ‘Si salto de mi balcón esto terminará, y nunca más tendré que preocuparme de esta sensación de que el mundo se me cierra'”, le contó Bündchen a People.

Entonces buscó ayuda profesional y le prescribieron Xanax, pero que no quería depender de los medicamentos, así que decidió cambiar sus hábitos alimenticios, de bebida, acudió al yoga y a la meditación para combatir el estrés.

 

Adiós a lo tóxico… y a DiCaprio

Pero el cambio que atravesó no solo fue en el ámbito personal, sino que también afectó a su círculo más íntimo. Después de casi cinco años de relación con Leonardo DiCaprio y tras sentir que se encontraba “sola” en todos estos cambios, ella decidió terminar su noviazgo.

“Todos los que se cruzan en nuestro camino son maestros, entran en nuestras vidas para mostrarnos algo sobre nosotros mismos. Yo creo que eso es lo que fue él”, concluye refiriéndose al actor, quien hasta la fecha no ha “sentado cabeza”.

Admite una cirugía

Respecto a su físico, la modelo también confesó que tras amamantar a sus dos hijos, Benjamin (de ocho años), y Vivian (de cinco), se dio cuenta de que sus pechos habían reducido su tamaño y no tenían la misma proporción.

“Siempre fui elogiada por mi cuerpo y sentía que la gente tenía expectativas que ya no podía cumplir. Me sentí muy vulnerable (…) Todo lo que quería era que fueran iguales y que la gente dejara de comentar sobre eso”.

Para solucionarlo, se sometió a un aumento de pechos, pero se arrepintió rápidamente de su decisión: “Cuando me desperté, pensé: ‘¿Qué he hecho?’ Sentí como si estuviera viviendo en un cuerpo que no reconocía. El primer año, usé ropa holgada porque me sentía incómoda”, reveló.

Una familia feliz

Quien la ayudó a superar ese y otros duros momentos fue su esposo y padre de sus dos hijos, el jugador de fútbol americano Tom Brady, con quien lleva casada casi diez años.

“Él solo dijo ‘te amo’ y que me veía hermosa. Definitivamente esa fue una lección: lo que no te mata te hace más fuerte. Pero desearía haberlo aprendido de otra manera”, dijo.

Carrera envidiable

A pesar de que el año pasado la supermodelo perdió el trono como la mejor pagada y se despidió de las pasarelas en 2015, su carrera dentro del mundo de la moda está lejos de llegar a su fin. Actualmente, sigue siendo portada de revistas y trabaja para importantes marcas como Versace, Intimissimi o Stuart Weitzman, entre otras.

La hija de un maestro y una cajera de banco, que creció junto a cinco hermanas, ha trabajado desde los 14 años en una industria bastante difícil.

“Sentí que tal vez era el momento de compartir algunas de mis vulnerabilidades, y me di cuenta, que no cambiaría nada de lo que he vivido, porque creo que soy quien soy debido a esas experiencias” afirmó la exángel de Victoria’s Secret, de 38 años.

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