“Me empecé a ahogar un poquito y mi corazón se aceleró y pensé: ‘Dios, quizás me está dando una sobredosis'”.

El año pasado, Demi Lovato contaba en un documental su historia de adicciones y rememoraba una de sus peores noches en la que había tomado cocaína y varias barras de Xanax. Salió ilesa, y poco tiempo después eligió la sobriedad.

Aguantó seis años en los que peleó su propia batalla interior y contó su experiencia. Pero este martes tuvo que ser ingresada de urgencia tras presuntamente sufrir una sobredosis en su casa.

Esta vez no se quedó en una sensación, ocurrió de verdad. Otro episodio en una vida de altibajos que se ha ido desarrollando frente a los reflectores desde que le llegó el huracán de la fama gracias a Camp Rock, de Disney.

Demi no se libró del cliché y se convirtió en otra celebridad infantil que al crecer cayó en las adicciones. Pero en lo que se distingue de varios colegas es que ella no ocultó sus problemas durante años, aparentando una perfección irreal. De hecho, siempre ha intentado dar un paso al frente para mostrar sus errores al mundo.

Empezó en televisión en el espectáculo infantil Barney y sus Amigos, y también se le conoce como una de las chicas del Club Disney. Su fama llegó casi de la noche a la mañana, cuando apareció como protagonista de la película Camp Rock (2008) junto a los Jonas Brothers.

El filme fue su introducción a un mundo de fama y fortuna que incluía a su mejor amiga y excompañera en Barney, Selena Gómez; a los Jonas y a Miley Cyrus. Pero también la introdujo en el mundo del trabajo duro.

En 2010 estrenó la segunda parte de la película, consiguió su propia serie (Sonny With a Chance) y lanzó dos discos: Don’t Forget (2008), que debutó en el número dos de la lista Billboard 200, y Here We Go Again (2009), que llegó al número uno y vendió más de 100 mil copias en la primera semana.

Se fue de gira al menos tres veces y comenzó a experimentar con las drogas. Y también, quizás, con las mentiras.

“Solía decir: ‘No es mi culpa que me vean como modelo a seguir. Sólo soy una actriz que consiguió un trabajo en Disney Channel’. Estaba intentando de convencerme de que lo que estaba haciendo no estaba mal”, le dijo al programa matutino Good Day L.A. en 2013, su primer año sobria, cuando renegaba de sus adicciones.

Contaba que, en esa época, no le hacía caso a sus padres y dejó de interesarse por las consecuencias de sus actos. La cocaína se convirtió en su droga preferida y conseguía meterla en aviones, autobuses, hoteles y estudios de grabación.

Se criticaba a sí misma, pero nunca intentó fingir. Después de dejarlo, decidió hablar para motivar a otras personas adictas y se unió a la iniciativa Be Vocal: Speak up About Mental Health, con la que defendía el derecho a tratamiento de personas con enfermedades mentales como ella, que sufre depresión bipolar y bulimia.

Luego estrenó su documental y este año, cuando empezaron a surgir rumores de que estaba bebiendo a raíz de una foto en la que aparecía con un vaso de cerveza, lanzó la canción “Sober”.

“Mamá, lo siento, ya no estoy sobria. Y papi, por favor perdóname por las bebidas derramadas en el piso”, decía en una de sus estrofas.

“Sober” se lanzó como un sencillo sin disco, sólo para descargar en línea, el 21 de junio. El 30 la interpretó por primera vez en Lisboa, durante el Rock in Rio, frente a miles de fans que ya se la sabían de memoria y que la hicieron emocionarse hasta que se le quebró la voz.

Disfrutaban del espectáculo, pero ella estaba de gira otra vez, promoviendo su sexto disco, Tell Me You Love Me (2017). Norteamérica, Sudamérica y Europa, casi sin parar. Una receta para el desastre.

Su último espectáculo fue el pasado fin de semana en California, en una feria.

“Mierda, se me olvidó la letra”, dijo al público después de un intento fallido de cantar “Sober”.

Las siguientes citas programadas con su público son el 20 y 22 de septiembre en la Ciudad de México y Monterrey, respectivamente. Pero Demi tendrá que valorar si puede enfrentarse a la fama de nuevo o antes tiene que hacer una pausa en su vida para encontrar el camino perdido.

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