Sol Becerra, joven estudiante de 19 años compite por obtener un lugar para viajar al espacio dentro de un programa de la NASA para democratizar el espacio. Foto: Gerardo García.

León, Guanajuato.- Desde pequeña, Mayra Soledad Becerra Lemus, conocida como “Sol”, ha sido curiosa, decidida y apasionada por la ciencia. Hoy, a sus 19 años y como estudiante de la Universidad de Guanajuato, está decidida a conquistar el espacio como parte de una misión conjunta entre la NASA y Blue Origin.

Participa en la convocatoria internacional SERA Space Age, que busca “democratizar el acceso al espacio” mediante la selección de seis jóvenes para abordar el cohete New Shepard. Pero para llegar ahí, necesita votos, patrocinadores y el respaldo de la comunidad científica y ciudadana de México.

Donde me estoy postulando es una misión espacial, una iniciativa que busca democratizar el espacio, porque el espacio es de todos y para todos (…) Son cuatro fases, estamos en la fase 0, pero se planea que concluya en 2026”, dijo.

Sol Becerra estudia el tercer semestre de la Licenciatura en Física en la UG. Cada logro acercándose a los diferentes programas estudiantiles de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés) le ha costado mucho a ella y a su familia, pero sus sueños y metas no tienen límites.

“Habitar una estrella”

Como estudiante de la Escuela de Nivel Medio Superior Centro Histórico León (Prepa oficial) Sol supo aprovechar el encierro por la pandemia para “colarse” a cuanta reunión en Webinar, Zoom, Meet o conferencia virtual había, especialmente si se trataba de ciencia o tecnología, fueran locales, estatales o nacionales.

Un paso decisivo en su vida fue tomar clases con el doctor Andrés González García, quien la impulsó a competir en la Olimpiada Nacional de Física y por esa razón profundizó sus conocimientos en astronomía.

Sin embargo, fue la novela de “El Principito” la que la llevó a enamorarse del cosmos, para dar paso a interesarse en esa rama de la ciencia con un libro-documental de National Geographic pero también en la interpretación de un futuro lejos de la Tierra, con series de televisión como Star Trek. Y libro que recomendaba el profesor Andrés, libro que ella “devoraba”.

La novela de “El Principito” fue la que la llevó a enamorarse del cosmos. Foto: Gerardo García

durante la preparación a la Olimpiada de Física también se inscribió en su primer Torneo de hábitats espaciales organizado por SPACEPORT México, una iniciativa dirigida por científicos, investigadores, empresarios, enfocados en la difusión, el desarrollo estratégico de la industria y el comercio espacial.

La competencia, que busca desarrollar la innovación y la imaginación en el sector espacial, “nos dan la misión, estás en el año 2075, o el 3010, vas a tener que construir un hábitat como si fueras a vivir en Júpiter, o en la Luna o en Marte, con las condiciones de cada planeta (…) Nos dan los requisitos, tanto de material de construcción, la parte física, de diseño matemático, en 3D, todo lo que tiene que tener (técnicamente) y la parte humana, para que sea habitable”.

El proceso se compone por cuatro fases: Fase 0 ‘Campaña de pioneros’; Fase 1 ‘Candidatura a Astronauta’; Fase 2 ‘Acción colectiva’; y Fase 3: ‘Selección de la tripulación’. Para poder avanzar desde la fase 0, Sol deberá ser votada a nivel internacional, pero hasta el martes 09 había casi 20 mil postulantes de varios países, algunos muy fuertes, como la India, Francia y por supuesto, Estados Unidos. Por eso, pide registrarse y votar a través de este enlace especial en Telegram.

Lo esencial es invisible

Mayra Soledad Becerra Lemus reconoce que ha tenido que vencer muchos obstáculos para llegar a donde está: proviene de una familia de escasos recursos, en la colonia La Piscina, al suroeste de León.

Confiesa que incluso, cuando comenzó a participar en las actividades de la NASA, ni computadora tenía, pero con el apoyo de sus papás ha podido destacar y soñar en grande. Cuando ellos tuvieron oportunidad, inscribieron a Sol en una secundaria privada para impulsar su potencial, sin embargo, la situación económica los llevó a reconsiderar y a partir del segundo año fue a escuela pública. 

Tiene dos hermanos y una hermana pequeña, a quien espera inspirar para que busque su propio camino en la ciencia.

Ha tenido que luchar contra el machismo incluso con otros estudiantes o profesores, uno de los cuales “Me dijo ‘es que eres mujer y no sirve como para esta parte de la ciencia sino como administración, organizar papeles o eventos, eres muy buena en eso pero en esta parte de ciencia como que no te veo’, yo me quedé ‘¿Queeeeeee?’”.

Sin embargo, confiesa que el ejemplo de la ingeniera Katya Echazarreta, la primera mujer nacida en México en viajar al espacio, la ha inspirado y la empuja a vencer sus límites.

Ya desde ahora, Sol busca desarrollar actividades de divulgación científica: es fundadora de grupos como “Corazón Científico: ciencia inclusiva” para personas con alguna discapacidad o divergencia mental, y  “Plan Curie” para impulsar el interés de mujeres y niñas en la ciencia.

La joven recién regresó del Centro Espacial Kennedy, en Florida, Estados Unidos, donde realizó una estadía de algunos días y se siente aún más comprometida con contribuir al desarrollo de la industria aeroespacial en México.

Sin embargo, requiere del apoyo de la sociedad, por lo que además de votos busca patrocinadores.

DAR

 

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