Aun cuando pudiera pensarse que es lo mismo hablar de un niño prodigio que de un niño genio existen diferencias entre ambos, sin embargo lo más importante será enfocarse en apoyarlos para el mejor desarrollo de estos pequeños superdotados y el aprovechamiento de sus talentos.

Yamel Andreina Delgado Díaz, psicóloga egresada de la UNAM y especializada en atención a recursos humanos, mujeres y niños, señaló que las diferencias entre un niño prodigio y un genio es que el primero es precoz en cierto campo mientras que el segundo revoluciona en una área del conocimiento, es superdotado y los resultados de su trabajo dependerán de su motivación, creatividad y compromiso.

Agregó que un niño prodigio, según la doctora en psicología Ellen Winner, es un niño precoz que domina un campo que ya se ha inventado y que a lo largo de la historia se han visto niños prodigio que han destacado en actividades como música, ajedrez y natación, entre otras.

Los niños superdotados no se adaptan a las condiciones comunes de la sociedad. /Foto: Especial.

Añadió que lo que pasa con los niños con talentos diferentes a sus iguales es que no se adaptan a las condiciones comunes que tiene la sociedad porque ésta no está lista para ellos.

“Son niños solitarios que no se juntan con sus compañeros porque sus juegos se les hacen poco atractivos y porque sus intereses están encaminados a otras cosas. Desde pequeños tienen claro que les gustaría estudiar y no son carreras comunes como doctor, bombero o abogado, no, ellos piensan en estudiar nanotecnología o cosas más complejas y saben bien de qué tratan”.

Señaló que se ha detectado que a los niños con talentos diferentes regularmente se les “diagnostica” en la escuela como niños con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad.

Como sociedad nos falta preparación para entender que todos los niños tienen diferentes talentos, que no todos van a sobresalir en matemáticas, que cada uno tiene su propia habilidad y se le debe apoyar para que la desarrolle”.

Agregó que el doctor Howard Garnder, esposo de la doctora Winner, propuso la teoría de las inteligencias múltiples que pueden verse reflejadas en las aulas y los maestros deben poder identificarlas y potencializarlas.

“Yo sí creo que existen diversos tipos de inteligencia y que se deben rescatar los talentos de esos niños diferentes, pero no a manera de explotación, como desafortunadamente ha pasado algunas veces a lo largo de la historia donde algunas personas explotan las habilidades extraordinarias de un niño o simplemente lo exhiben cuando lo deberían de apoyar a desarrollar ese talento para que no quede solo como atracción temporal”.

Es importante apoyarlos para el desarrollo de sus capacidades y aprovechamiento de sus talentos. /Foto: Especial.

Destacó que los factores importantes para detectar el talento en un niño son en primer lugar sus papás y luego los maestros que deben estar preparados para no etiquetarlos.

Lo que hace que en ocasiones un niño talentoso se aisle son las etiquetas ya que lejos de reconocerlos son considerados como inquietos o inadaptados al grupo. Debería haber escuelas especiales para trabajar con este tipo de niños y seguirlos motivando y reconociendo sin explotarlos”.

Mencionó que en países europeos como Finlandia, su sistema de educación permite que los chicos ingresen a las clases que les gustan y fortalecen sus talentos mientras que en México si un estudiante saca 6 en matemáticas y 10 en música se le manda a regularización para que suba la calificación en lugar de dar atención especial al talento que está demostrando.

Nos falta mucho por trabajar con estos niños para que sus talentos no se pierdan y sean enfocados de manera constructiva, que sepan que existen más niños con su propia experiencia y que pueden desarrollarse en diversas áreas, incluso la ecológica, ya que muchos desde pequeños tienen cierta capacidad para el cuidado de animales, plantas y el medio ambiente”.

Habló de la importancia de que los papás detecten a este tipo de niños y los puedan canalizar, y que los niños sientan que tienen el apoyo que requieren, que sus talentos no queden solo en curiosidad, en algo atractivo, porque si no se les atiende cuando crezcan ya no destacarán, ya no serán extraordinario y su habilidad se perderá.

“Hay mucho trabajo por hacer, hace falta impulso para que el talento se conserve, creo que antes de llevar a los niños a terapia primero deberían ir los papás para tener la aceptación de sus hijos y que éstos ganen confianza en sí mismos antes de sentirse etiquetados como inquietos, groseros o latosos; recomiendo a los maestros no etiquetarlos como chicos con déficit de atención porque son niños muy hábiles que aunque pareciera que no están poniendo atención podrían reproducir la clase que el maestro dio de manera textual porque ellos tienen esa capacidad y una memoria extraordinaria“.

Yamel Andreina Delgado Díaz, psicóloga egresada de la UNAM. /Foto: Especial.

Recomendó a los docentes estar preparados y ver qué estrategias requieren ese tipo de niños y ayudarles, canalizar su potencial y no encasillarse en una sola forma de evaluación sino a estar abiertos a que hay otras maneras diferentes y no solo la tradicional.

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