Con información de Martha Silva, Agencia Reforma y Agencia El Universal.
Guanajuato.- La imposición de aranceles del 25 % para México que anunció la Casa Blanca que se impondrán a partir de este sábado primero de febrero, puede generar un entorno de recesión en nuestro País.
En México los aranceles podrían restar hasta dos puntos porcentuales al crecimiento de la economía, lo que llevaría el crecimiento económico a un -1 %.
Aumentaría la incertidumbre financiera, reduciendo la inversión y restando entre 0.5 y un punto el Producto Interno Bruto, incluso sin aplicar los aranceles.
México podría responder con aranceles a productos estadounidenses, desatando una guerra arancelaria con impacto en el comercio y el empleo.
El economista Alejandro Gómez Tamez explicó que si Trump le pone aranceles a México nos vamos a recesión. “Si México le pone aranceles a Estados Unidos vamos a tener inflación y recesión”.
También estimó que es posible que Estados Unidos aplique la medida de cada país, diferenciados para Europa, por el comercio de autos y así, país por país y producto por producto.
Detalló que los sectores más afectados serían automotriz, acero y aluminio, dispositivos médicos, agroalimentos y eléctrica.
El especialista refirió que la Calificadora Moody’s advirtió que de aplicarse los aranceles, se interrumpirán los flujos comerciales por 340 mil millones de dólares.
En Estados Unidos habría sectores afectados como los productores de maíz o carne de cerdo, pero está muy por debajo de lo que representa para México.
De tener un problema inflacionario por una guerra comercial, se tendría una alza en las tasas de interés en México, que a nadie le conviene y una depreciación del peso.
Respecto a la planta de General Motors Silao, Gómez Tamez no cree que se lleven la producción de Guanajuato, pero lo que sí puede ocurrir es que se desincentivan otras inversiones.
Adiós al proceso de globalización
Antes de que se hiciera oficial el ordenamiento de aranceles de 25 % a México, Gómez Tamez, señaló: “Si Trump cumple todas sus promesas de aranceles, se llevaría la tasa arancelaria promedio de Estados Unidos a los niveles de la Segunda Guerra Mundial… se destruye todo el proceso de globalización”.
La inflación en Estados Unidos, aumentaría en 0.7 %, se regresaría a niveles del 3 %. A la familia promedio le costaría entre dos mil 500 y tres mil dólares adicionales.
Agregó que con la depreciación cambiaria que tuvo México ya se absorbió 20 % de impacto, a diferencia de cuando el súper peso estaba en 16.50. “No es lo mismo un arancel con súper peso, a uno con el tipo cambiario actual, eso es también un factor a considerar”.
Señaló que parte de la especulación respecto a los aranceles, es para forzar la renegociación del T-MEC para que sea este año.
La información fue compartida por el especialista como parte de la ponencia “Futuro económico y expectativas, retos y oportunidades 2025”, convocada por el Grupo de Asesores en Economía y Administración (GAEAP), en las instalaciones de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG), ante empresarios, este viernes.
Sería un tema desastroso

Si este 1 de febrero se materializa el anuncio de Donald Trump de imponer un 25% aranceles a las importaciones desde México sería catastrófico, no solo para la economía mexicana, también para la de Estados Unidos, impactando en el costo de los productos, la pérdida de empleos y al nivel de producción de las propias empresas estadounidenses.
Así lo aseguró Sergio Ponce, director general de la Cámara de Comercio México-Estados Unidos (USMCOC, por sus siglas en inglés) capítulo Guanajuato.
Sería un tema desastroso si se pusieran los aranceles. ¿Por qué? Imaginándose en la economía con un 25% de aranceles, eso generaría en Estados Unidos una inflación de 4.5% y un aumento del 24% en el costo de varios productos. Esto en las empresas norteamericanas generaría desempleo, (…) un aumento de la inflación, un incremento en el costo de sus productos, en la generación del desequilibrio y una delimitación de su cadena de valor.
“A Estados Unidos le interesa mucho demostrar que es la economía número uno y tiene que competir con los chinos. La única forma de que ese país pueda lograr eso es fortaleciendo la cadena de valor en Canadá y México y haciendo de América del Norte algo fuerte que le compita a China”.
El asesor de negocios para empresas binacionales considera, no obstante, que el Presidente estadounidense solo lanza amenazas como una estrategia de presión en las negociaciones para temas como la seguridad y la migración.
Y que, al final de cuentas, Trump solo está buscando gestionar su legado, que se reducirá a la reestructuración del TMEC, especialmente en los componentes automotrices, pues no puede reelegirse y los cuatro años no se dan para más.
Algo que fortalece a México con los Estados Unidos es justo la cadena de valor que hemos logrado por más de 30 años de trabajo en conjunto. Entonces, no creemos, que este sábado primero de febrero a las 12 de la noche nos digan que hay 25% de aranceles con productos (mexicanos) de exportación”.
Ponce explicó que la USMCOC es la única cámara binacional que existe entre ambos países y se fundó hace 50 años por empresarios norteamericanos y mexicanos que querían explorar la relación de negocios.
El especialista destacó que “los aranceles se ponen cuando existe un sistema proteccionista, para generar que internamente haya mayor flujo y que tus empresarios, tus empresas, tu economía local, crezca y pones aranceles para evitar que entre un producto que pueda ser más barato”, algo contraproducente para Estados Unidos en la economía actual.
Lo que necesita ese país, afirmó, es fortalecer la cadena de valor con sus países aliados (Canadá y México, en este caso).
Afirmó que ya algunas empresas estadounidenses han expresado su oposición a los aranceles, ejemplo de eso es American Axle, la compañía norteamericana más grande en México después de General Motors, que ha comentado que se afectaría su planta productiva de Silao, no solo en los empleos, también en su producción, cuando son los principales proveedores para la industria de las motos, para Ford y para empresas asiáticas.
Sergio Ponce reconoció que Trump es fuerte porque ahora tiene mayoría en el Congreso, “pero tiene la mayor debilidad, que él no puede competir por otros 4 años. Solo le quedan estos cuatro. Entonces, el TMEC es su bebé, es la herramienta estratégica que debe cuidar, porque va a ser su legado y no lo va a cancelar, simplemente va a hacer mejoras en los aspectos que el TMEC no pudo hace 6 años”.
Para que al final se diga “que gracias a él se logró una mejor gestión de recursos en el tema automovilístico, obviamente en el tema migratorio y en seguridad”.
Sugirió que la industria mexicana elimine los productos intermedios (con componentes chinos) y que mejor las empresas chinas produzcan en territorio mexicano para que puedan llegar a Estados Unidos sin restricciones.
Ponce recomendó que en México “mostremos que tenemos productos y servicios de calidad y que el gobierno federal escuche al sector empresarial”.
Tiempos difíciles si Trump impone aranceles

Canadá responderá de forma inmediata y contundente si Estados Unidos sigue adelante con su amenaza de imponer aranceles, dijo este viernes el primer ministro Justin Trudeau, advirtiendo a los canadienses que podrían enfrentarse a tiempos difíciles.
Dice que quiere una acción más fuerte de esos países para detener el flujo de migrantes ilegales y el mortal opioide fentanilo a Estados Unidos.
Trudeau, en un discurso ante un consejo asesor sobre las relaciones entre Canadá y Estados Unidos, afirmó que el país se encontraba en un momento crítico.
No lo endulzaré: nuestra nación podría enfrentarse a tiempos difíciles en los próximos días y semanas”, agregó.
Viola el T-MEC
La embajadora eminente Martha Bárcena Coqui advirtió que imponer a México un 25 % en aranceles, como amenaza el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es violatorio al Tratado entre México, Canadá y Estados Unidos (T-MEC), con lo cual, indicó, casi `mataría´ el proceso de revisión del tratado comercial.
Al participar en el coloquio “El otro lado: Nuevas perspectivas de la relación México-Estados Unidos“, que organiza la UNAM, El Colegio Nacional y El Universal; la exembajadora de México en la Unión Americana advirtió que la administración de Donald Trump es desmantelar, no solo el T-MEC, sino el régimen internacional de comercio.
Enmarcado en su política comercial de ‘América Primero’, nos indica que el objetivo de la administración Trump es desmantelar el régimen internacional de comercio, no solo obviamente el T-MEC, sino la OMC y la OCDE (..) La prioridad es regresar la inversión y la producción a los Estados Unidos, no a la región de América del Norte”
Futuro promisorio en relación México-EU
Leonardo Lomelí Vanegas, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) asegura que la renegociación del T-MEC y de otras áreas de cooperación regional pueden ser una oportunidad para el fortalecimiento de la relación binacional entre ambos países.
Hay un futuro promisorio para las relaciones entre México y Estados Unidos. También para la integración económica y para una mayor relación académica con América del Norte. Si nosotros vemos en una visión de largo plazo el potencial de la región, llegaremos a la conclusión de que sería muy costoso para Estados Unidos ignorar la importancia que tiene la relación con México, económica y comercial”, afirmó.
Durante su participación en el coloquio El otro lado: Nuevas perspectivas de la relación México-Estados Unidos en la UNAM, el también economista e historiador explicó que contrario a lo que se prevé, a largo plazo, la integración económica y comercial de América del Norte se profundizará con la consolidación de diferentes áreas de cooperación regional como el sector automotriz.

Más allá de la retórica de Donald Trump, Lomelí Vanegas explicó con el esbozo de las relaciones actuales operativas de México con Estados Unidos, Canadá y China que “hay muchas áreas de cooperación regional para enfrentar retos globales (…) que es algo que parece difícil en este contexto, pero creo que en el largo plazo va a prevalecer esa visión“.
Entonces, creo que es contraproducente para los propios intereses de Estados Unidos el no cuidar esta relación y el no apostar por una mayor integración económica de América del Norte”, expuso Lomelí Vanegas.
Para el rector de la Máxima Casa de Estudios, los principales retos, además de los que se desprenden del comercio, son en temas como estado de derecho, seguridad, migración, el intercambio comercial entre China y el papel que juegan las cadenas de suministro en el porcentaje de partes de las exportaciones mexicanas de productos de ese origen a Estados Unidos.
Sobre esta línea, propuso también fortalecer la relación con Canadá, la cual ha sido distante y, en esta coyuntura, puede favorecer a ambos países en la renegociación del T-MEC.
Hay un potencial de estrechar relaciones con Canadá. (…) Creo que hay que tratar de intensificar más la relación con Canadá, por supuesto en lo académico, en lo empresarial, pero también en lo económico. Hay que buscar una mayor relación de complementariedad con Canadá y reforzar su papel como un aliado estratégico en la renegociación del tratado.
“Vimos que cuando empezaron los primeros escarceos retóricos, hubo un momento en el que prevaleció en Canadá la idea de, ‘pues nada más negociamos nosotros con Estados Unidos y sacamos a México’, pero yo creo que hoy predomina la visión de que es preferible que México y Canadá se unan en esta renegociación y que de esta manera enfrenten este reto”, propuso.
UNAM continuará con su compromiso social
Aseguró que la UNAM, que tiene sedes en Estados Unidos, continuará con el compromiso social que mantiene en proyectos relacionados con la sostenibilidad, equidad e innovación. Incluso adelantó que se apoyará más a las comunidades mexicanas en Estados Unidos y la población migrante.
Hay la intención de la universidad de apoyar más a las comunidades mexicanas en Estados Unidos e involucrarnos más con la población migrante, de apoyarla en esta coyuntura tan difícil, de seguir insistiendo en la importancia de investigaciones que fortalecen la integración regional y alianzas con sectores académicos y no académicos para promover políticas que potencien la educación pública, la ciencia, la transferencia tecnológica, la cultura y la cooperación internacionales.
“(…) Creo que más allá de la retórica y más allá de la preocupación que esto genera, al final, me parece, que va a ser algo cultural y que la tendencia de largo plazo se irá haciendo un fortalecimiento de la integración económica de América del Norte. No hacerlo sería perder más competitividad en un mundo crecientemente globalizado y colocar a la región en desventaja frente a otras economías”.
Efectos en México y Canadá

El impuesto del 25% que el presidente Donald Trump planea aplicar a las importaciones de Canadá y México a partir del sábado podría hacer subir el precio de todo, desde la gasolina y las camionetas pickup hasta los aguacates para el dip de guacamole para las fiestas del Super Bowl.
Los aranceles también serán causa de represalias. Doug Ford, el primer ministro —equivalente a gobernador— de Ontario, ya prometió contraatacar y retirará el alcohol estadounidense de los estantes de las tiendas de la provincia canadiense —una amenaza que no es vana: Canadá es el segundo mercado mundial de las bebidas destiladas de Estados Unidos, detrás de la Unión Europea de 27 naciones.
Los aranceles de Trump amenazan con hacer estallar el acuerdo comercial que él mismo negoció con los vecinos de Estados Unidos en su primer mandato. Su tratado entre Estados Unidos, México y Canadá —”el acuerdo comercial más justo, más equilibrado y beneficioso que jamás hayamos firmado”, declaró alguna vez Trump— supuestamente aportaría previsibilidad al comercio en Norteamérica al dar a las empresas la confianza para realizar inversiones.
Pero cuando se trata de Trump —el autoproclamado “hombre arancelario”— y su pasión por imponer impuestos a los productos extranjeros, nada es predecible ni está realmente resuelto.
Los aranceles a esos niveles y en ese rango destruirían efectivamente el acuerdo que el propio Trump negoció y del que siempre se jacta”, señaló Scott Lincicome, analista comercial del libertario Instituto Cato.
El Presidente dice que los gravámenes del 25% están diseñados para presionar a los dos vecinos de Estados Unidos para que hagan más para detener el flujo de inmigrantes indocumentados y de fentanilo hacia Estados Unidos.
Michael Robinet, de S&P Global Mobility, y muchos otros analistas sospechan que la amenaza arancelaria también tiene el propósito de lograr que Canadá y México acepten las demandas de Estados Unidos de realizar cambios en el T-MEC cuando llegue el momento de renovarlo el año próximo.
Robinet, director ejecutivo de consultoría automotriz en S&P Global, opinó que duda que Trump siga adelante con aranceles generalizados del 25% a todas las importaciones canadienses y mexicanas, lo que él califica como un enfoque de “shock al sistema” que congelará la economía norteamericana en un “invierno arancelario”. En cambio, agregó Robinet, Trump podría posponer o implementar gradualmente los aranceles, o eximir inicialmente a algunas industrias para mostrarle a Canadá y México cuánto peor podrían ponerse las cosas si no se sale con la suya.
Trump presionó a México y Canadá para que aceptaran el T-MEC hace cinco años, en parte para reducir el gran déficit comercial de Estados Unidos —la brecha entre lo que ese país vende y lo que compra.
No ha resultado así
El déficit de Estados Unidos en el comercio de bienes con México se ha ampliado de 106.000 millones de dólares en 2019 a 161.000 millones de dólares en 2023, el último año completo para el cual hay cifras disponibles. Esto se debe en parte a que México ha reemplazado a China —atrapada en una guerra comercial en curso con Estados Unidos— como fuente de muchas importaciones hacia Estados Unidos: muebles, textiles, zapatos, computadoras portátiles y servidores de computadora, entre otros artículos.
La brecha comercial en bienes con Canadá también se ha disparado: de 31.000 millones de dólares en 2019 a 72.000 millones de dólares en 2023. El déficit refleja en gran medida las importaciones estadounidenses de energía canadiense.
“El T-MEC no ha cumplido con los objetivos que Trump estableció para él. Nuestro déficit comercial con Canadá y México es mayor de lo que era, considerablemente“, sostuvo Lori Wallach, directora del programa Rethink Trade (Repensar el Comercio) en el American Economic Liberties Project (Proyecto Estadounidense para las Libertades Económicas), una organización no partidista en contra de los monopolios y la concentración económica de poder, quien desde hace mucho tiempo ha sido crítica de los pactos de libre comercio de Estados Unidos. “Muchos empleos se han deslocalizado a México desde el T-MEC“.
Cuando llegue el momento de negociar la renovación del T-MEC el año próximo, se espera que Estados Unidos presione para que se establezcan normas que incentiven más a las fábricas a producir en Estados Unidos. Y podría buscar medidas enérgicas contra los productos chinos que se envían a través de México a Estados Unidos para evadir los aranceles que Trump y el expresidente Joe Biden impusieron a Beijing.
Estados Unidos hace ahora muchos más negocios —tanto exportaciones como importaciones— con Canadá y México que con China. En 2023, el comercio estadounidense de bienes y servicios con Canadá y México ascendió a más de 1,8 billones de dólares, en comparación con los 643.000 millones de dólares con China. Debido al T-MEC —y al acuerdo comercial regional que reemplazó en 2020—, la mayoría de los productos cruzan las fronteras de la región libres de aranceles.
Las amenazas de aranceles del 25% causan malestar en las salas de juntas corporativas. Si Trump sigue adelante con esto, los aranceles aumentarán de 1.300 millones a 132.000 millones de dólares al año para las importaciones de México a Estados Unidos y de 440 millones a 107.000 millones de dólares para las de Canadá, según la firma de consultoría e impuestos PwC.
Y nadie sabe si Trump realmente apretará el gatillo o cuánto tiempo permanecerán vigentes los aranceles si lo hace.
“Realmente ha sumido a la industria en este torbellino de ansiedad”, aseveró la abogada comercial Chandri Navarro, asesora sénior de Baker & McKenzie. “Lo que le gusta a la industria es la certeza. Tomas decisiones de producción, decisiones sobre la cadena de suministro, decisiones de compras a cinco años“.
Trump ve los aranceles como una solución para la mayoría de los problemas de la economía. Argumenta que recaudan dinero para los recortes en los impuestos a las ganancias y corporativos, alientan a las empresas a trasladar la producción a Estados Unidos y ofrecen una palanca útil para presionar a otros países para que hagan concesiones sobre el comercio y otros temas.
Funcionarios del gobierno de Trump también dicen que los críticos de los aranceles potenciales no deberían verlos de manera aislada, y argumentan que sus otras políticas, incluidas la reducción de impuestos y la flexibilización de las regulaciones, fortalecerán la economía.
Las empresas se apresuran a prepararse. Algunas compraron bienes y los enviaron a Estados Unidos con anticipación para evitar los aranceles. Otras calculan qué parte del costo pueden trasladar a sus clientes.
“Desafortunadamente, va a afectar a muchos consumidores“, advirtió Dave Evans, cofundador y director general de Fictiv, una empresa de San Francisco que ayuda a sus clientes a gestionar las cadenas de suministro de plásticos y metales. “Vimos esto en su primer mandato. Las empresas no absorben por completo un arancel“.
Canadá y México también se preparan
Chrystia Freeland, la exministra de finanzas que representó a Canadá en las negociaciones del T-MEC, ha pedido represalias si Trump sigue adelante con los aranceles.
Ser inteligente significa tomar represalias donde duele”, dijo Freeland, quien se postula para reemplazar al primer ministro Justin Trudeau. “Nuestro contragolpe debe ser dólar por dólar —y debe estar dirigido de manera precisa y dolorosa: los productores de naranjas de Florida, los productores de lácteos de Wisconsin, los fabricantes de lavavajillas de Michigan y muchos más”.
De la misma manera, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum prometió en noviembre que por cada arancel, habrá una respuesta equivalente.
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