León, Gunajuato. El cuarto en el que vive Jesús Quezada está armado de lámina, retazos de madera y tiene piso de tierra. 

Los ingresos semanales del hombre de 70 años varían de 60 a 300 pesos semanales según lo que venda en el tianguis de Lomas del Sol.

“Sus chacharas”, incluyen de todo; fierro, ropa, zapatos, electrodomésticos, bases de cama y cuanto producto llega a sus manos donado.

Su realidad es similar a la de 2.6 millones de personas que viven en situación de pobreza en Guanajuato, 42.7% de la población en 2020. 

Jesús Quezada llegó a León en 1957 tras la muerte de su padre, uno de sus tíos los trajo de Lagos de Moreno Jalisco. A partir de entonces se quedó a vivir en la entidad.

Vive en la colonia el Peñón desde hace dos años, el lote donde vive se lo prestaron,ahí armó cuatro cuartos, dos de ellos los usa para él y sus tres hijas menores de edad;  los otros dos cuartos los tiene disponibles para renta.

Todos tienen las mismas características en las que cabe una cama individual y un buró, el suelo es de tierra que con un costal encima se convierte en piso.

Todo el espacio en esta temporada de lluvia se convierte en lodo, sumado a las goteras… la propiedad tiene luz pero no cuenta con agua ni drenaje.

Jesús antes vivió en la colonia La Carmona, cuando se separó de su primera mujer vendió la casa, “uno no piensa, así es” recordó.

Recibe ayuda en un comedor de la colonia le dan tres tuppers con frijoles, también en la Farmacia de Similares recibe una despensa que destina a sus tres hijos que están en edad escolar. 

Cuando Jesús trabajó como obrero, a los 23 años era acabador de calzado en la empresa Coqueta. Su último trabajo como obrero fue en un taller de calzado cuando tenía 40 años, después solo de vigilante.

Estudió hasta segundo de primaria, entró desfasado, tenía diez años y le daba pena ser de los más grandes, decidió desertar de la escuela.

En ese entonces su mamá era empleada doméstica.

Jesús vivió con 3 mujeres y tuvo 12 hijos, recordó que en sus años de juventud era muy enamorado y le gustaba bailar. Hoy le quedan pocas ganas.

Comparten lote, viven tres familias

El lote donde vive Norma Angélica Pineda Velázaquez lo comparte con tres familias y doce niños. 

Este espacio es propiedad de su suegra, ahí viven tres parejas; cada una con un cuarto armado con tarimas de madera y láminas, el suelo en algunos espacios es de cemento y tierra. 

Angélica vive en la colonia Ampliación Medina su vivienda la conforman tres cuartos contiguos que sirven de cocina, un cuarto para la pareja y uno más para los hijos.

Ella se dedica al hogar, su pareja es maestro albañil, su casa no tiene servicios, se surten de agua de pipa y la luz la toman de un diablito que abastece a toda la colonia, anteriormente vivió en las colonias San Bernardo y León Uno. 

Recordó que hace una década contaba con ayuda del programa oportunidades pero se lo quitaron, en ese entonces le daban mil 800 pesos de ayuda.

A la gente que no tiene necesidad es a la que ayudan”, lamentó .

La mujer de 37 años, detalló que al quedar embarazada de su segundo hijo sus papás dejaron de apoyarla y tuvo que salirse

Las parejas que tuvo no le ayudaron y se vio en la necesidad de dedicarse al sexoservicio por un par de años.

En aquel tiempo trabajó igualmente limpiando casas y lavando ropa ajena.

Es feo que por la necesidad de trabajar te debes de aguantar”, recordó todavía apesadumbrada.

Su actual pareja la recibió con sus tres hijos, desde que están juntos se ha hecho cargo de ellos.

Se queda sin empleo

Tras el accidente de su esposo en el que fue atropellado, la familia de María Alejandra Heredia Rodríguez recibe mil quinientos pesos semanales para los gastos de la casa.

La familia de Alejandra está compuesta por su esposo y tres hijos, ella vive en la colonia Lomas de Medina desde hace dieciocho años. 

La propiedad en dónde vive es de su mamá, la comparte con ella y tres de sus hermanos, desde que decidieron mudarse de la colonia San Felipe de Jesús. 

La casa está hecha de ladrillo y techo de cemento, pero no cuenta con drenaje ni agua.

Comentó que para tener agua paga el servicio de pipa que le cuesta 150 pesos,  con eso llenan tres barriles. Para obtener luz se cuelgan de un diablito.

Hasta hace seis años Alejandra trabajó en un despacho de cobranza telefónica, cuando nació su primer hijo se dedicó al hogar.

Su esposo trabajaba en un taller de calzado, hace seis meses lo atropellaron y desde entonces ha estado en recuperación.

La persona involucrada en el accidente se hizo cargo de los gastos médicos, igualmente el dueño del tallen en el que trabajaba les da semanalmente 1,500 pesos que representa una parte del salario que ganaba.

 

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