León, Guanajuato. En Guanajuato faltan por recuperar 40 mil empleos que ocupaban las mujeres en el sector informal.
Al cierre del 2020 se perdieron 145 mil puestos ocupados por mujeres que trabajaban en la informalidad.
Para el inicio de este año, en la entidad se recuperaron 105 puestos de los perdidos por la pandemia de COVID-19.
Antes de la contingencia había registradas 580 mil trabajadoras informales en el primer trimestre del 2020, pero para el primer trimestre del 2021 sumaban 540 mil.
Pese a la generación de empleo quedó un rezago de 40 mil puestos entre ambos periodos, esto de acuerdo con la Encuesta Mensual de Ocupación y Empleo (ENOE) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El inicio de la contingencia sanitaria trajo para Carmela Salazar el desempleo; la mujer de 61 años trabajaba limpiando casas recién construidas en un fraccionamiento cercano al nuevo hospital ubicado en Puerta Milenio.
A principios de marzo del año pasado la empresa para la que trabajaba le dio “las gracias” dejándola sin un ingreso.
Explicó que si bien el trabajo no le ofrecía nada más que el sueldo, pues no tenía prestaciones, ese dinero le permitía salir adelante con los gastos de su casa, al estar a cargo de una nieta de tres años.
Para ella ha sido un año sin que la vuelvan a llamar del trabajo.
Se me ha dificultado mucho, pero le hago la lucha”.
Durante este tiempo se ha dedicado a vender ropa que le donan y con eso reúne un promedio de 800 pesos semanales que resultan insuficientes, ya que debe debe juntar para el pago de la renta del cuarto en el que vive; la mujer tiene 27 años viuda y su esposo no le dejó casa.
La encuesta del INEGI explica que el empleo informal considera a las personas que desempeñan una actividad en una unidad económica no constituida en sociedad y que no lleva un registro contable.
La despiden sin finiquito
La pica de calzado en la que trabajó María Luisa Hernández por más de 10 años no sobrevivió la pandemia.
Desde el año pasado el trabajo que tenía como adornadora de calzado se acabó; la falta de pedidos y pagos del dueño lo llevó a cerrar la fábrica.
Por la situación económica que se vivió no fue posible que le dieran un finiquito conforme a la Ley, su nómina era un recibo sin más datos que el importe del sueldo semanal.
La mujer de 55 años reconoció que por su edad le ha sido complicado conseguir empleo, los ingresos que tenía los sustituyó con un trabajo temporal de planchado de ropa que ahora realiza en su casa.
