León, Guanajuato. En Guanajuato la tasa de informalidad pasó de 50.6% a 52.9% al cierre del 2020, un aumento del 2.3% comparado con el mismo periodo del 2019.
Guanajuato cuenta con una población económicamente activa de 2 millones 618 mil personas, por lo que en total son alrededor de 1 millón 418 mil guanajuatenses los que no cuentan con beneficios de seguridad social o prestaciones.
Para la entidad, la meta era reducir el trabajo informal, sin embargo, reprobó. Las cifras que registró Guanajuato al cierre del 2020 son mayores al promedio nacional, que era del 51.1%.
Con estos resultados, el Estado fue calificado en semáforo rojo, en el análisis que hace el sitio México Cómo Vamos.
En el estado de Guanajuato, los resultados del 2020 históricamente han sido los más altos, pues por ejemplo, al cierre del 2018 la tasa de informalidad era del 49.8%, mientras que a lo largo del 2020 la tendencia fue a la alza.
Deja el banco para vender productos de limpieza
Pasar de trabajar en un banco a vender productos de limpieza, fue el cambio que se vio obligado a hacer José Armando Martínez tras la llegada de la pandemia.
En la búsqueda de una mejor estabilidad económica, José Armando comenzó a trabajar por su cuenta, y ahora forma parte de los trabajadores que dejaron la formalidad laboral.
Con 200 pesos, José Armando Martínez comenzó su negocio de venta de productos de limpieza en mayo del año pasado.
El joven de 22 años de edad trabajó dos años como ejecutivo de servicios en una sucursal bancaria, y con la llegada de la contingencia sanitaria, dejó de ser fácil colocar préstamos, ya que los bancos comenzaron a cerrar créditos y solicitar más requisitos.
Sus ingresos estaban ligados a la comisión por colocar préstamos, y de no colocarlos, no se gana nada. Detalló que fue solo un mes el que resistió en esta situación.
Ante ello, puso a la venta los primeros productos en la cochera de su casa, los cuales cabían en una caja de plástico, y las primeras ventas fueron con los vecinos y conocidos, con quienes hacía labor puerta a puerta.
Con el paso de los meses agregó a su negocio una mesa, una estantería y más productos para vender, además de que comenzó una ruta de venta en la colonia.
En su moto acondicionó una canasta cargada con artículos de limpieza, en donde al ritmo de una canción anuncia los productos que ofrece.
El emprendedor está casado, tiene un hijo y con la pandemia tuvo que renunciar a 2 de sus 6 perros.
Ahora, con su nueva labor, su objetivo es continuar creciendo, aunque “no todo es de un día para otro”, reconoció.
“No todo se hace de un día para otro, batalla el que quiere porque opciones y oportunidades hay, simplemente hay que buscarle”.
José Armando Martínez
