Cinco vidas, cinco historias, una sola realidad en Las Chicas de la Alemán. Foto: Mary Ochoa

León, Gto.- En un rincón de la Miguel Alemán, cerca del Descargue Estrella, cae la noche. Allí, las chicas del placer se reúnen para platicar sus peripecias en un mundo donde la explotación, la prostitución, la violencia, la trata, la extorsión y las drogas han reinado por años… y aún siguen vigentes.

Las mujeres, arregladas, caminan con sus tacones que resuenan en la oscuridad. Sus rostros, pintados o pintarrajeados, ofrecen sus servicios, mientras algunas son vigiladas a la distancia por los “padrotes”.

Este es el planteamiento de la obra “Las Chicas de la Alemán”, presentada en La Cueva de la Loba (Guillermo Prieto #304), con dramaturgia y dirección de Carmen Calderón, de “Julio Castillo Teatro”.

Las protagonistas son cinco mujeres de distintas edades, tal y como ocurre en la propia Miguel Alemán, porque entre las “cariñosas” también “hay niveles”.

El elenco de la obra Las Chicas de la Miguel Alemán, fue ovacionado. Foto: Mary Ochoa

Mónica Moral interpreta a Gloria, una guerrera del talón que no se raja pese a los años. Vianney Núñez da vida a Patricia Piedad, una joven del ambiente que se describe como “buenona, con clase y muy snob”, aunque con una peligrosa debilidad: robar.

Maribel Vera encarna a Amparo, una mujer casada con un padrote que la hunde en la tristeza y el alcohol, marcada por la traición y la explotación. A su lado está Cipriana, interpretada por Pamela Ramírez, quien vivió lo mismo que su compañera y rival.

En el papel de Albina, Kate Bernal se transforma en una chamaca absorbida por los vicios: la “doña blanca”, el vino y la vida con las taloneras.

La obra inicia con Gloria, la mayor del grupo, quien encara al público en tono de arenga política: aunque sean “cariñosas”, también tienen derechos y convoca a formar un gremio que ponga alto a la explotación.

“Somos un mal necesario —afirma—. Hacemos de todo: psicólogas, consejeras matrimoniales, orientadoras. Bautizamos a los que vienen a hacer su primera comunión y a los ancianos los hacemos que funcionen. Hasta los de tarjeta bienestar”.

Respecto a los clientes, Gloria enumera: “Soldados, tenientes, chamacos, albañiles y hasta sacerdotes”. Al mencionar a los últimos, lanza una carcajada: “aunque no lo crean, ellos también vienen aquí”.

En el  papel de Patricia, Vianney Núñez. Foto: Mary Ochoa

Después aparece Patricia, con pantalón rojo y top de escote, dejando ver su “abundante corazón” y su pelo largo con tintes rojizos. Se presenta como la más moderna, fashion, siempre con clientes. Narra una aventura en el piso 40 de un hotel que termina en tragedia, y otra con un sordomudo que la acosó. Su gusto por robar queda en evidencia: primero despoja a Gloria de su bolsa y la esconde en su escote; luego arrebata una medalla a otra compañera. Siempre burlona, llama “dinosauria” a Gloria, “una cariñosa de la prehistoria”.

Amparo, por su parte, cuenta sus “chocoaventuras” mientras espera que su esposo Arturo —padrote de Cipriana— la saque de apuros. Pero la realidad la hunde en el alcohol. Vestida de novia con un traje morado desteñido, entre reflexiones asegura que hará todo por convertir a sus hijos en hombres de bien.

En tono sarcástico, Patricia le espeta: “Usted sígale tomando”.

Luego aparece Albina, quien confiesa su adicción a las drogas y su relación con policías abusivos a quienes, sin embargo, sigue el juego.

Albina (Kate Bernal) platica sus aventuras con policías. Foto: Mary Ochoa

Cipriana revela que su amante la embaucó y la metió en la prostitución: “Había seguridad, pero peligro. En este ambiente se sabe que los padrotes están relacionados con armas y drogas”.

Tras esto, Gloria lanza una reflexión al público: “Por eso pedimos a las autoridades que nos den nuestro lugar. Que a las nuevas no les pase lo que a mí, que empecé muy pequeña. Hasta mi mamá no me dejaba entrar a su cuarto porque sabía que estaba trabajando. ¡Somos humanas, pedimos que respeten nuestros derechos!”.

Aunque son “cariñosas de la Alemán”, también dejan entrever que en outlets de lujo, tiendas departamentales y spas hay mujeres como ellas.

El mensaje es contundente: ¡Justicia!. Esa es la esencia de Las Chicas de la Alemán, una obra que retrata a mujeres que, día tras día, ejercen el oficio más viejo del mundo. El guion está sustentado en investigación de campo, en el lugar donde todavía viven —y resisten— “las bellas de la noche”.

DMG

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