Es un vestigio de arquitectura barroca en el corazón de Salamanca.. Foto: Alejandro Vizcaíno

Salamanca, Guanajuato .- La llamada “Casa del Inquisidor”, también conocida como “Casa del Diezmo”, es considerada una de las fincas más antiguas de la ciudad, es un vestigio de arquitectura barroca en el corazón de Salamanca.

Se estima que su construcción inició entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, lo que la ubica como una de las primeras edificaciones levantadas en la entonces Villa de Salamanca. Fue edificada sobre la calle Juárez, la primera calle en trazarse en la villa. Actualmente esta vialidad lleva el nombre de Ignacio Allende.

A pesar de las modificaciones que ha sufrido con el paso de los años, el inmueble conserva elementos que revelan la majestuosidad de su pasado: la fachada es de cantera con pilastra y nicho ornamentado, el patio interior de arcada barroca es una composición arquitectónica que asemeja al portal José Rojas Garcidueñas, del Jardín Constitución.

El inmueble tiene más de 250 años de antigüedad. Foto: Alejandro Vizcaíno.

El origen de su nombre sigue siendo motivo de debate, hay quienes afirman que en la finca habitó un miembro del Tribunal del Santo Oficio, lo que explicaría el apelativo popular de “Casa del Inquisidor”. Sin embargo, otros señalan que en Salamanca nunca hubo sede de la Inquisición.

Otros relatos escritos y orales que tampoco están comprobados, refieren que se le bautizó como “Casa del Diezmo” porque fue un lugar donde se recolectó el diezmo para la iglesia.

Hoy, con más de 250 años de antigüedad, la finca luce en estado de abandono. El deterioro de sus muros, puertas y ventanas refleja el paso del tiempo y la falta de conservación, aunque aún se mantiene como un símbolo silencioso de la memoria arquitectónica y cultural de Salamanca.

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