Muchas miradas son las que se observan en la exposición “Obra Pictórica”, de Julio Alejandro Díaz Castro, que parecen ver al público. Su temática es el hombre y la humanidad con su rostro real.
En la ceremonia de apertura estuvo el licenciado Gerardo Enrique Partido Vite, director del Museo de la Ciudad, y el discurso inaugural corrió a cargo del ingeniero Jorge Videgaray Verdad, quien compartió: “Para mí es un honor ser el portavoz de los sentimientos de nuestro artista y tener la oportunidad de felicitarle frente a ustedes, por compartir lo que hay dentro de un ser humano como Julio Alejandro Díaz Castro.
La expresión creativa de Julio Alejandro es la de un pintor cuyo don plasma, a través de la tela y el pincel, el retorno del México costumbrista y el retrato de la madurez en el rostro de sus personajes, atreviéndose a mirar a nuestro México profundo”.

Por su parte, el titular del Museo de la Ciudad, Partido Vite, entregó un reconocimiento a Videgaray Verdad, por la labor de impulsar y apoyar a la cultura y al arte, por siempre. “Si habláramos de sus acciones nos llevamos todo el tiempo y no terminaríamos”, dijo en tono amable.
Posteriormente se cortó el listón inaugural, y el artista Julio Alejandro Díaz dio un recorrido para explicar a los asistentes la técnica y temática de cada uno de sus cuadros, en los que utilizó óleo, acrílico, graffiti y grabado.
El artista donó dos obras al Museo de la Ciudad: “Danza”, de 119 x 120 cm y “Tejedora”, de 70 x 50 cm. La exhibición está a disposición del público hasta el 10 de agosto en el Museo de la Ciudad, en Pedro Moreno número 227.

Su obra
Todas sus pinturas tienen dos caras que parten de una sola unidad; se nota el esmero en pulcritud y perfección de las obras.
Empezando el recorrido se pueden ver tres imágenes de niños, tituladas: “Daniela”, “Ángela” y “José”. En las tres pinturas de los pequeños captados en diferentes circunstancias, se refleja el mundo que los rodea, así como el carácter de cada uno.
Luego vienen los rostros de hombres y mujeres, personas indígenas, gente de edad avanzada, autorretratos, celebridades, así como rostros que reflejan alegrías, tristezas y tragedias, en sí, el paso de la vida misma.
Pueden verse dibujos sobre “The Beatles”, en diversas técnicas. “Es parte de mi época juvenil, diríamos ‘locochona’”, comparte el autor sobre la obra.
Otras piezas tienen como tema el COVID, que de forma metafórica presenta colores muy vivos. Viene luego “El pasajero”, un vendedor de aves de ese México de antaño.
Nuevamente el tema de la edad con “Viejita III”. El rostro de una mujer anciana cargando todos sus años, su rebozo y su vestido clásico de la época.
En “Indigena I” se aprecia una tarahumara mostrando su recio carácter. Viene después el color en un autorretrato, de cómo se aprecia hoy el autor y del fin de su tiempo, totalmente inerme y con la luna como trasfondo. Esta última titulada “El sueño eterno”.
Finaliza con dos grabados: “Cuervos” y “Reina del viento”.
Obra realista
De administrador de empresas a pintor, así es la vida del artista Julio Alejandro Díaz, autor de la exhibición Obra Pictórica, que da muestra de su estilo realista.
Me gustan mucho las caras y las expresiones que hay en ellas, en ocasiones abordó el hiperrealismo”, detalló el artista.
Se inició en esta rama del arte a los 14 años. “Un compañero de escuela dibujaba muy bonito, me entró la curiosidad y yo empecé hacerlo. Vi que las imágenes se parecían a lo que dibujaba y le seguí, hasta ahora”, compartió.
Realizó sus estudios académicos en la Ciudad de México. Durante 25 años fue ejecutivo bancario. Vino la jubilación en 2012 y a partir de ahí, se dedicó en cuerpo y alma a la pintura.
En entrevista con AM aseguró que: “La pintura es el reflejo político del país, y andamos de la patada”.
Aunque siempre ha practicado la pintura, tras su jubilación decidió prepararse en la teoría práctica y el maestro Andrés Fernández lo instruyó. Un pintor que ha sido su guía es Fernando Garrido.

Díaz Castro dice que el camino es la disciplina: “Yo tengo como norma trabajar dos periodos diarios de tres horas”.
Actualmente estoy tranquilo. Pienso un tema, planteo y lo voy configurando, no llegó a los niveles de artistas que se autoprograman y los llevan al pie de la letra, pero si tengo orden”, señala y agrega que un cuadro lo produce en 10 días aproximadamente.
Ha participado en seis exhibiciones individuales y al menos en diez colectivas.
Entre los proyectos a desarrollar comparte: “Tengo en mente, el proyecto de cómo Cristo veía los pies cuando estaba crucificado”.
Nunca he entrado a la pintura tipo Dalí o Picasso, explica y respecto a la sacra, comparte: “No se me ha dado. Dios no me ha llamado aún. Apenas empecé a ver la primera imagen de Pedro”.
“A mí me gusta lo clásico, y sobre todo soy un poco Rulfiano pero en la pintura, para proyectar a nuestra gente, tenemos nuestro Comalá, al igual que el jalisciense”, afirmó.
