Fátima Ruiz Sotelo se visualiza como arquitecta viviendo en Corea del Sur. Foto: Leopoldo Medina.

Hace cinco años no sabía leer ni escribir, pero su abuelo la enseñó y ahora es declamadora y oradora, además de que ya escribe su primer poema.  

Fátima, quien hoy, en el Día del Niño, cumple felizmente 10 años de vida, inició su acercamiento con las artes en la música, luego acogió la literatura y ahora aprende a dibujar para hacer cómics.

En la Red de Tertulias que es presidida por Josué Morales, ella es bendita entre los adultos, ocupa un lugar a lado de su abuelito Santiago, quien le abrió la puerta a un mundo de grandes ilusiones y fantasías.

Fátima es originaria de Silao y estudia el cuarto grado de primaria. Viste short, playera estampada y chamarra blanca. Lleva lentes rosa y moños del mismo color para hacer juego. Es una pequeña vivaz, su voz es aguda y sueños son grandes, de ellos plática para AM en el auditorio Wigberto Jiménez, de la Biblioteca Central: desea ser arquitecta e irse a vivir a Corea del Sur. Y comparte también cómo ha sido su camino en ámbito literario.

“Yo no sabía nada. Ni leer, ni escribir, pero mi abuelito Santiago me enseñó y desde hace 5 años participó declamado. He ganado varios concursos en mi escuela”.

Es la más pequeña integrante de la Red de Tertulias Literarias y ya prepara su primer poema. Foto: Leopoldo Medina.

Sonríe, aprieta las manos, se mueve en la silla, sus ojos bailan de un lado para otro. Suspira, piensa lo que va a decir, para que no haya dudas: “La verdad, es que yo estaba en la música, pero como que mi voz no es muy buena… bueno no tanto, por eso preferí aprender a leer y escribir”.

Recuerda que su abuelito Santiago le leía los clásicos cuentos mexicanos como La Llorona. En su escuela de la López Mateos, allá en su tierra, ganó el primer lugar en declamación en segundo grado de primaria, y el segundo sitio cuando cursaba tercero.

“He estado en varias ciudades compitiendo: León, Dolores Hidalgo, Irapuato, Celaya y Uriangato”.

Fátima también ha incursionado en el arte del dibujo, en la Casa de la Cultura, su propósito es claro: “quiero aprender a hacerlo porque a mí me gustan mucho las caricaturas de Cómic 2010: Es la historia del fin del mundo, que no es el final del mundo”.

Y es sólo el inicio del camino a convertir sus sueños en realidad, porque el objetivo requerirá de grandes esfuerzos.

“Estoy juntando dinero y aprendiendo palabras en coreano, porque quiero irme a vivir a Corea del Sur”.

Al cuestionarle por qué tan lejos, señala, “es que lo he visto en las series y se me hace muy bonito. Sí está muy lejano, no sé si junté el dinero, pues es mucho para poder ir hasta allá, pero es un sueño que tengo”.

Fátima se visualiza viviendo y trabajando en el país oriental y por ello ha puesto en marcha sus planes.

“Yo quiero estudiar arquitectura, siempre me ha gustado, es que he visto cómo es Corea del Sur, no sé decir porqué me gusta, lo que sí entiendo es que quiero ir. Es mucho dinero pero ya estoy juntando”.

“Por lo pronto, estoy aprendiendo varias palabras (del idioma) llevo como 15 K-Dramas”, agrega.

Fátima se expresa bien, se sitúa donde vive y la dimensión de sus sueños. Mientras tanto se prepara para lograrlo y disfruta su infancia dibujando cómics y recitando poemas. Para lo cual tiene talento.

“Estoy preparando un regalo para mi mamá Andrea, se lo voy a dar en palabras. La quiero mucho”, menciona.

Fátima habla desde el corazón y con mucha ilusión, tiene un mundo por delante para disfrutar. ¡Feliz cumpleaños y feliz Día del Niño!.

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