Alejandro Romo Méndez con un cristo elaborado en pasta de caña, madera, papel y cuero, de su autoría. Foto: Mary Ochoa y Cortesía

León, Gto.- Alejandro Romo Méndez es un artista plástico leonés que además de distinguirse por sus pinturas y esculturas, destaca porque desde hace más de 20 años se dedica a restaurar principalmente arte sacro, en esta área sobresale su labor con los cristos con que fue recibido el Papa Benedicto XVI en su visita a León, en marzo de 2012.

Para convertirse en artista plástico y en un experto de la restauración, Alejandro recorrió un camino largo, dentro del cual dejó trunca la carrera de Contador, abrió y cerró en León una fábrica de porcelana y cerámica, así como una de muebles. 

“Desde niño fui un apasionado del arte, me gustaba ir a los mercaditos, que me compraran figuritas para Navidad y Semana Santa, con las que armaba nacimientos y ponía altares. Compraba casitas de cartón y las pintaba con pinturas de agua, y picaba papel para el altar”.

Virgen de los Dolores en madera policromada, de su autoría. Foto: Mary Ochoa y Cortesía 

Fue en primaria que Alejandro comenzó con clases de pintura, los maestros empezaron a ver sus aptitudes, siguió sus estudios y entró a la universidad a estudiar la carrera de Contaduría, la cual dejó trunca para dedicarse a lo que le apasionaba.

Me enfoqué a la pintura y tomé diplomados de arte en Guadalajara y CDMX, para solventar los gastos, a los 22 años abrí una fábrica de porcelana y cerámica, luego una de muebles, hacia las dos actividades a la par, pero poco a poco dejé todo para dedicarme de lleno al arte”.

El artista hacía pinturas de varios tamaños y las vendía a la dueña de una galería de San Miguel de Allende quien lo recibía cada mes y le compraba el trabajo que había hecho durante ese tiempo y se lo pagaba de manera inmediata.

A Alejandro no lo define una línea, pinta y utiliza materiales como óleo, acuarela y acrílico; en la escultura talla en madera y también utiliza bronce, actualmente más del 70% de su trabajo lo enfoca a la restauración, para lo que utiliza técnicas antiguas que implican preparar el material que se usaba en tiempos pasados.

La restauración

Restauración del Cristo del Santuario de Guadalupe, en San Diego de Alejandría, Jalisco. Foto: Mary Ochoa y Cortesía 

Este destacado artesano señaló que su trabajo como restaurador arrancó de manera fuerte en el año 2000 cuando entró a trabajar en Guanajuato Patrimonio de la Humanidad, recuerda que lo primero que restauró fue una Cruz atrial en conjunto con un equipo de restauradores.

Era bueno armando piezas y un arqueólogo me jaló a trabajar con él, restauramos una cruz que estaba hecha pedazos los cuales fuimos embonando, fue un trabajo que se me facilitaba, estuve seis meses en Guanajuato sin recibir sueldo”.

Cuando se iba a regresar a León reconocieron su capacidad para restaurar, le pidieron quedarse y le ofrecieron el doble del sueldo que ganaba un restaurador.

“Para restaurar una obra normalmente se da un espacio de un año porque tiene que pasar diferentes etapas, yo pedí que no me pusieran fechas, ni horarios, y en una semana o semana y media entregaba el trabajo terminado, el cual era revisado por el INAH; muchas de las piezas que restauré pasaron sin problema”, comentó.

De Guanajuato regresó a León donde montó su taller, y durante 18 años se dedicó a restaurar el Museo de Arte Sacro, a la par fue contratado para hacer restauraciones de las obras más importantes del Museo de Lagos de Moreno.

Alejandro restaura diversos tipos de materiales: cristal, porcelana, madera, cerámica, metal,  pintura, caballete y escultura, entre otros.

“Incesto”, óleo, 60×90 centímetros. Foto: Mary Ochoa y Cortesía 

En cuanto a qué se necesita para ser restaurador mencionó que vocación.

Más que talento se necesita vocación, eso es algo que pocos tienen, yo no estudié una carrera profesional, pero tengo 20 años de experiencia y me gusta seguir asistiendo a cursos y diplomados ya que de todo se aprende”.

El artista, quien también es coleccionista de arte, ha montado exposiciones en recintos del Instituto Cultural de León, en las Galerías Eloisa Jiménez y Jesús Gallardo, y les ha prestado obras de los siglos XVII, XVIII y XIX.

También ha expuesto en el Museo de la Universidad La Salle, en el Archivo Histórico de Guanajuato y en San Julián, Jalisco.

Su área de trabajo

Aunque la mayor parte de su trabajo lo ha realizado en Guanajuato y Los Altos de Jalisco, también ha hecho restauraciones en Sonora.

“En Los Altos de Jalisco me han dado templos completos, donde he durado dos o tres años restaurando imágenes, pintura, caballete. Acabo de terminar una restauración en San Diego de Alejandría y actualmente trabajo en Jesús María restaurando una piezas importantes”.

También hizo restauraciones de varias piezas del Museo San Gabriel de Barrera y en otros templos de Guanajuato.

Reconocimientos

Madera tallada forrada en hoja de plata y oro. Foto: Mary Ochoa y Cortesía 

Entre sus reconocimientos está haber ganado el primer lugar a nivel estatal en un concurso de arte realizado en Dolores Hidalgo, ganó en la categoría de Escultura en cera, y a nivel nacional ganó el segundo lugar en esa misma categoría.

Trabajos destacados

Ha hecho la restauración de piezas de culto como la imagen de la Virgen Peregrina de San Juan de los Lagos, el cuadro de la vida de Santo Toribio Romo que se ubica entre San Miguel El Alto y Jalostotitlán, en donde también hizo el relicario de la capilla y en donde están parte de los restos del santo.

Tuve el privilegio de tomar de la urna de los restos de Santo Toribio unos pedazos y ponerlos en el relicario que hice para que se quedaran en la primera capilla, fue un hecho histórico en donde estuvieron el obispo de Guadalajara, un notario, abogados y gente del gobierno quienes dieron fe”.

Otras de sus obras de restauración son la del Seminario Diocesano de León y el Seminario San Juan Pablo II de San Juan de los Lagos.

Bosque azul, Óleo con espátula. Foto: Mary Ochoa y Cortesía 

“Restauré los dos cristos que se usaron cuando vino el Papa Benedicto XVI, el que besó cuando bajó del avión y el que estuvo en Catedral cuando ofició la misa, también bordé los reclinatorios que usó durante su estancia en el Colegio Miraflores”.

El artista destacó que realmente no le ha costado mucho trabajo restaurar ninguna pieza ya que usa su criterio para hacer el trabajo.

Destacó que actualmente hay más gente que se dedica a pintar pero son pocos los verdaderos, uno de los pintores de los que reconoce su trabajo es de Oliver Esquivel y de escultores a Ramsés Ruiz

Agregó que hay gente a la que no le gusta la restauración porque se utilizan productos cancerígenos, él lo hace de manera profesional desde el 2003 y cuando trabaja usa guantes y cubrebocas.

La satisfacción que me ha dejado este trabajo es que me pagan por hacer lo que me apasiona, también me emociona ver la expresión de la persona que me encargan una restauración, cómo se ven cuando lo entregan y percibir su emoción cuando lo reciben terminado”, concluyó.

DMG

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