El Expiatorio, además de recinto religioso es una construcción con gran valor arquitectónico y del cual podrán gozar los católicos que acudan a los eventos de la Semana Mayor.
La idea de su construcción fue del padre Bernardo Chávez, aprobada por el obispo Emeterio Valverde y Téllez. La primera piedra se colocó el 8 de julio de 1920 y se terminó el 20 de marzo de 2012 durante la visita de Benedicto XVI.
Su advocación es el Sagrado Corazón de Jesús, se distinguen en su fachada su rosetón y sus vitrales. Se estableció en la calle Madero, antes conocida como Guanajuato, que era la entrada y salida a México.

Tiene construida una superficie de 3 mil metros cuadrados, con capacidad para mil 500 personas sentadas. Cuenta con una nave principal y dos laterales, así como varias capillas, la más importante, la del Santísimo, expuesto día y noche. Su altura máxima es de 60 metros.
Antes de entrar al recinto sagrado se pueden apreciar tres tímpanos del maestro Poncanelli. Ahí se ve a Jesús tras su muerte, descansando en los brazos de su madre, la Santísima Virgen María y con una inscripción que dice: “Atended y mirad, si hay dolor como mi dolor”.
El tímpano central alude a la aparición del Espíritu Santo a Santa Margarita María Lacoc, y lleva la inscripción: “He aquí el corazón que tanto ha amado a los hombres”.

Al lado se aprecia a Jesus resucitado, con la leyenda: “Resucitó verdaderamente el Señor. Aleluya, aleluya”.
Una de las grandes maravillas del templo son sus enormes puertas, hechas en bronce con bastidores de hierro y hojas de lámina con imágenes bíblicas en alto relieve. En una de ellas se aprecia primero a Jesús en la Última Cena, luego se ve a Cristo en el sepulcro y al fondo Jerusalén, y en la parte superior, Jesús en la cruz y luego resucitado.
Tiene la inscripción: “Que como yo lo he amado, así améis los unos a los otros”.

En otra de las puertas se ve en lo alto la escena de Pentecostés, la figura del Papa Inocencio XII y de Clemente XIII, y la Basílica del Vaticano. Tiene la leyenda: “Yo soy el dador de vida. Y la firma del autor, el arquitecto y escultor mexicano José Carlos Ituarte González, fechada en el año 1970.
En otra de las puertas, antes de la central, hay tres imágenes en alto relieve: La anunciación de la creación del hombre, enseguida la expulsión de Adán y Eva, al pie de estos, el maligno en forma de serpiente, y al final de la puerta, un hombre y una mujer con la esperanza de la redención simbolizados por una estrella y una cruz.
El mensaje inscrito, dice: “Te alabamos, Padre Santo porque hiciste todas las cosas con sabiduría y amor. A Imagen tuya creaste al hombre”.
En una hoja de la puerta principal se aprecia La Anunciación, cuando el arcángel aparece ante la Virgen María para decirle que será la madre de Dios; abajo el nacimiento de Jesús; y concluye con la figura de Cristo, predicando.
También tiene un distintivo en la parte superior, con la frase: “Que por nosotros los hombres por nuestra salvación bajó del cielo”.

Lo enriquecen pinturas, vitrales y esculturas
Entre las esculturas al interior del templo se encuentra la representación de la Virgen María con Jesús en sus brazos. En la parte central, arriba del altar, el venerado Sagrado Corazón de Jesús, iluminado a través de coloridos vitrales, y a sus pies, Jesucristo crucificado.
En la capilla del Santísimo, abierta todo el día para su adoración, se aprecia la tierra, el fuego y el simbolismo del Todopoderoso.
El altar fue trabajado en mármol blanco, el piso de granito Rojo Bonito y Verde Ubatuba, traído de Brasil.

Junto al altar tiene lugar el busto del obispo Emeterio Valverde y Téllez con una placa explicativa.
Un Nazareno de tamaño natural, es acogido al fondo por bellos vitrales. También se aprecian pinturas de las reinas celestes: La Virgen de la Luz custodiada por ángeles, La Guadalupana y la Virgen de Lourdes.
En la capilla del Santísimo sobresale un vitral con la representación del maná en el desierto, abajo trigo y uvas, antecedente de la Eucaristía.
