Elina Garanca agradece la ovación del público en el Teatro del Bicentenario.. Cortesía del Teatro del Bicentenario.

León, Guanajuato.- La mezzosoprano Elina Garanca ofreció un concierto de gala inolvidable en el Teatro del Bicentenario, donde sedujo al público con su bella voz, canto elegante e inteligencia musical.  

La cantante letona, considerada una estrella de la ópera actual, se ha presentado en los teatros más prestigiosos como The Metropolitan Opera de Nueva YorkLa Scala de Milán, la Staatsoper de Viena, entre otros. 

Ha compartido escenario con los grandes intérpretes y directores de la actualidad. Además, desde el año 2005 es una de las artistas exclusivas del distinguido sello discográfico Deutsche Grammophon.

Así que el Teatro del Bicentenario no pudo empezar mejor el año que con un concierto de esta mezzosoprano de alto nivel.  Y es que el público tuvo el privilegio de escuchar a Elina Garanca en plena forma vocal, en un momento de transición hacia papeles más dramáticos.

El recital forma parte de su gira por México. Su debut en nuestro País fue el pasado 11 de enero en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM, en la Ciudad de México.

Después de su gala en León, ofrecerá dos conciertos más: el 17 de enero en el Teatro Isauro Martínez de Torreón, y el 20 del mismo mes en el Festival FAOT, en Álamos. Posteriormente, viajará a Berlín y preparará sus presentaciones del Metropolitan Opera de Nueva York.

Para los cuatro conciertos en México, la cantante de 40 años diseñó un programa dividido en dos partes. La primera conformada por arias de Tchaikovsky, Mascagni, Saint-Saëns y Donizetti, y la segunda por romanzas de zarzuelas y fragmentos de la ópera “Carmen”.

En este tour por el País, Elina Garanca está acompañada pola Orquesta Sinfónica de Minería y Constantine Oberline, director de estadounidense famoso por su labor en el intercambio cultural entre Rusia y Estados Unidos.

Después de una lectura vigorosa de la “Obertura” de Ruslán y Liudmila de Mijaíl Glinka, la diva continuó el concierto de gala con “Da, chas nastal!…”, de “La doncella de Orleans” de Tchaikovsky.

En esta aria, la mezzosoprano, vestida con una blusa negra y una falda azul, lució no solo un legato perfecto y voz homogénea, sino que conmovió al público por su entrega al drama de Juana de Arco y la música romántica del compositor ruso, llena de lirismo y melancolía.

Luego, la Vocalista del 2010 por la revista Musical America ofreció una muestra de su nuevo repertorio con la famosa aria “Voi lo sapete,  o mamma…” de la ópera “Cavalleria rusticana” de Pietro Mascagni.

Como la traicionada Santuzza, asombró por sus agudos potentes, manejo excelente de los matices y amplio registro de su voz.  Sin caer en los excesos propios del estilo verista, como el grito o el sollozo, su interpretación resultó elegante y apasionada.

Tras una brillante y enérgica “Bacchanale” de la ópera “Samson et Dalila” del francés Camille Saint-Saëns, Garanca cantó el aria más conocida de esta ópera: “Mon coeur s’ouvre à ta voix…”, otro ejemplo de sus nuevos intereses musicales. En un tempo lento, la mezzosoprano cautivó por su fraseo elegante, timbre bello y línea de canto impecable. En suma, fue una enamorada y dulce Dalila.

Para cerrar la primera parte del concierto, la galardonada cantante exhibió un dominio perfecto del bel canto en “O mon Fernand… Mon ârret” de la ópera “La favorite” de Donizetti. En la cabaletta de esta aria, la coloratura se escuchó precisa y los agudos, seguros, como en los primeros años de su carrera.

La música española distinguió la segunda parte del programa con la “Danza número 1” de Manuel de Falla, tres canciones de las zarzuelas “El barberillo de Lavapiés”, “El barquillero” y “El niño judío”; así como el preludio del primer acto, la famosa “Habanera” y “Chanson bohème” de la ópera “Carmen” de Gerorges Bizet.

En las primeras canciones, Elina Garanca, ahora ataviada con un vestido rojo, reveló una sobresaliente dicción en español y un conocimiento del estilo ligero y romántico de la zarzuela; mientras que en las arias demostró por qué es la Carmen de referencia en la actualidad. 

Debido a que no se encontraba en una representación escénica, quizá su actuación resultó un poco mesurada y fría. Incluso cantó sentada en el podium del director la “Chanson bohème”, en la que suele esperarse que la cantante baile un poco. No obstante, musicalmente estuvo perfecta.

Por su parte, Constantine Orbelian extrajo de la orquesta un sonido brillante y potente, además de que tuvo un cuidadoso manejo de los matices, aunque en ciertos pasajes, principalmente en piano, alcanzó a opacar a la cantante.  

Como piezas de propina, Elina Garanca y la orquesta interpretaron la romanza “Carceleras” de la zarzuela “Las hijas del Zebedeo” de Chapí; la canción “Granada” de Agustín Lara y “O mio babbino caro” de la ópera “Gianni Schicchi” de Puccini.

Al final, los asistentes quedaron cautivados por el canto fino y la bella voz de la mezzosoprano, quien sólo agradeció al público con besos al aire y sonrisas.

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