CDMX.- Gerardo Esquivel,  subgobernador del Banco de México, propuso ayer un enérgico programa de apoyo a empresas y trabajadores, para evitar que la crisis económica que provoque la pandemia de Covid -19 traiga al País daños irreparables.

En un texto titulado “Pandemia, confinamiento y crisis: ¿Qué hacer para reducir los costos económicos y sociales?“, que compartió en su cuenta de Twitter, Esquivel propuso apoyar a trabajadores, empresas y “abandonar viejas ideas”

En primer lugar, plantea un seguro de desempleo inmediato para todos aquellos trabajadores formales que perdieron su empleo a partir de marzo.

El seguro consistiría en el pago del 60% del último empleo, con un tope de hasta tres salarios mínimos y el cual podría otorgarse por un periodo de hasta 3 meses.

Cónyuge de la Secretaría de Economía, Graciela Márquez Colín, Esquivel se define en Twitter como “Economista (UNAM, Colmex, Harvard). Menoscabador de fines. No se confundan, mi corazón late a la izquierda”.

Plantea también un programa de protección de ingresos para los trabajadores formales que no sean despedidos, pero que acepten una reducción salarial transitoria de acuerdo con su empleador.

El programa cubriría la diferencia entre el salario acordado y el 75% de su salario anterior, con un tope de hasta 4 salarios mínimos.

En cuanto a las micro, pequeñas y medianas empresas que no opten por despedir o reducir el salario de sus trabajadores, señala que “se les podría otorgar un diferimiento en el pago de sus contribuciones a la seguridad social hasta por 4 meses. Las empresas que despidan trabajadores o reduzcan sus salarios, no serían elegibles”.

Para las pequeñas y medianas empresas de sectores especialmente afectados por la contingencia sanitaria (los restaurantes, por ejemplo) “se debería diseñar un programa especial de apoyo para el pago de rentas u otros gastos fijos”.

En lo que hace a los trabajadores informales que pierdan ya sea su empleo o sus ingreso por la contingencia sanitaria, “debería existir la posibilidad de que optaran por acceder a uno de los créditos que ha anunciado el Gobierno o que se incorporaran a un programa emergente que les otorgaría un salario mínimo hasta por tres meses”.

Esquivel plantea que las dos primeras medidas deben concentrarse en un principio en aquellos sectores considerados como no esenciales, que son los más afectados por el cierre de actividades.

Mientras que la tercera medida estaría diseñada para los sectores esenciales, los cuales, al menos por ahora, siguen parcialmente activos.

La cuarta medida estaría diseñada para aquellos sectores que serán especialmente afectados por la contingencia y cuyo retorno a la normalidad puede tardar más por la naturaleza de sus actividades.

La quinta medida estaría orientada a los trabajadores informales.

Esquivel señala que todas estas propuestas, sumadas al programa de créditos anunciado por el Gobierno, cubrirían a un sector muy importante de la población.

“Una estimación simple de los costos de estas medidas adicionales sugiere que podrían fluctuar entre 0.8% y 1.2% del PIB” nacional. “Este costo es perfectamente asequible para un País como el  nuestro. No aumentaría significativamente la deuda y no se convertiría en una carga insostenible para el futuro. Su costo estaría acotado y los beneficiarios estarían claramente definidos. No sería un rescate de empresas inviables ni se trataría de un despilfarro de recursos públicos”, sostiene el Subgobernador.

Esquivel, que comienza la parte final de su ensayo sosteniendo que son correctas las medidas anunciadas hasta ahora por el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero que serán insuficientes, aseguró que un programa de emergencia como el que propone ayudaría a reducir los costos personales y sociales de la crisis económica que se avecina y evitaría la quiebra de muchas empresas, lo que haría más viable el retorno a la normalidad.

“La crisis que viene no será similar a la de 1994-1995. Esa crisis fue terriblemente costosa: el aumento de la pobreza y la destrucción de la riqueza fueron enormes. A ello contribuyó, entre otras cosas, la inflación que lo acompañó. Ahora de una cosa podemos estar seguros: la crisis no vendrá acompañada de un proceso inflacionario”.

Concluye Esquivel, que puntualiza que el ensayo refleja únicamente su posición personal y de ninguna manera representa del Banco de México o de su Junta de Gobierno:

“A pesar de ello, el costo económico y social de la contracción que se avecina no será menor. Para minimizar este costo se requerirán acciones decididas y soluciones novedosas. Sin embargo, como dijera Keynes, la dificultad a veces no reside en desarrollar nuevas ideas sino en abandonar las viejas. Las circunstancias actuales lo exigen”.

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