Celaya, Guanajuato.- Cada persona que acude por la vacuna COVID en Celaya tiene una historia que contar, desde que llegaron después de pensarlo mucho por el miedo que hay entorno a las vacunas hasta venir de otros municipios por la poca afluencia de personas.
Temía por reacción de la vacuna COVID
María Trinidad Reynoso acudió a vacunarse porque sus hijas fueron ese mismo día en la mañana y al no ver gente aprovechó.
Por ese motivo, por el temor a ponerse mal, no había acudido cuando fue su turno dentro del rango de edad.
Me daba miedo, pero ya que vinieron mis hijas, me animaron a venir, y todo el proceso fue muy rápido, unos tres minutos tarde en lo que me pusieran la vacuna” resaltó.
Ahora que recibió la vacuna, se siente más tranquila, más segura y en sus propias palabras “se quitó un peso de encima” y que si le llega a dar la enfermedad de COVID-19, no la tomará tan desprevenida.
Les voy a decir a todos mis conocidos que vengan a vacunarse, no pasa nada, no duele” finalizó.
Vino de otra ciudad por vacuna COVID
Rosario Roque, vive en Villagrán y decidió venirse a vacunar a Celaya porque se enteró que había poca gente y aprovecho.
Vine a vacunarme principalmente para cuidar mi salud y evitar los contagios, ya esperaba la vacuna, y es que no alcancé en el municipio en donde vivo, había demasiada gente, y por cuestiones de trabajo decidí venir hasta acá porque dijeron que era más rápido”, contó Rosario Roque.
Señaló que el servicio, trato y atención fue excelente y además de muy rápido.
La pandemia me afectó más en lo laboral, básicamente ha bajado mucho y sobretodo la economía, vi que muchos locales y negocios fueron cerrando y se vieron afectados, incluso yo, en un tiempo me dedique a vender postres por el miedo a estar contagiado o contagiar a más personas” relató.
Ella no tuvo acercamiento directo con el COVID-19, pero sí supo del caso de dos familiares que no están en el estado y fallecieron debido al COVID.
El COVID es real, y necesitamos hacer conciencia para poder evitar los contagios y cuidarnos a nosotros mismos y a nuestras familias, y venganse a vacunar, es muy rapìdo, y no duele”.
Mis hijas me dijeron “¡ay, mamá!, ve, no se siente nada”, y la verdad no se siente nada, yo tenía miedo de sentirme mal después de la vacuna”, dijo María Trinidad.