Así es, no existe el pigmento azul en nuestros ojos, y esa tonalidad apareció hasta el Neolítico, cuando la humanidad ya realizaba pastoreo de ganado y agricultura.
Así es, no existe el pigmento azul en nuestros ojos, y esa tonalidad apareció hasta el Neolítico, cuando la humanidad ya realizaba pastoreo de ganado y agricultura.