Irapuato, Guanajuato.- El oficio de la marmolería, dedicado a elaborar lápidas y ornamentos funerarios, es una tradición que poco a poco se extingue en Irapuato, pues los cambios en las prácticas funerarias, como el uso de gavetas o la cremación, han reducido significativamente la demanda de este trabajo que por siglos fue parte esencial de los panteones.
Una tumba como antes solamente se hace para quienes tienen su espacio ya comprado, porque los nuevos ya solamente se entierran en gavetas”, explicó el señor Armando, quien trabaja la marmolería en la calle Carriles, junto al Panteón Municipal de Irapuato.
La construcción de gavetas en los panteones, como el municipal de Irapuato, ha permitido ahorrar espacio, ya que en un solo módulo pueden colocarse hasta cien cuerpos, lo que disminuye la necesidad de construir tumbas tradicionales y, por ende, las piezas de mármol y granito que las acompañaban.
El señor Armando detalló que, tan sólo para hacer una cruz de granito y cemento de unos 50 centímetros, se requieren dos días de trabajo. Mientras que las piezas de mármol son más elaboradas, pues implican cortar, pulir y dar forma al bloque.

Los precios, dijo, pueden iniciar desde los 2 mil 500 pesos y aumentar según el diseño y material. No hay un tope límite de precio, pues cada lápida u ornamento que quiera colocarse en la tumba.
Lo que uno piensa es que en un futuro este tipo de trabajo se va a acabar, al menos aquí, porque ya no hay espacio para hacer una tumba como antes, ahora son gavetas, y esas solamente se pone una placa. A veces ya no la ponen de mármol, sino de otro material”, comentó el señor Luis Guevara, quien aún se dedica a la elaboración de lápidas para tumbas
Aunque cada vez son menos los artesanos que se dedican a realizar lápidas y ornamentos para tumbas, aún algunos, como el señor Armando y Luis, mantienen viva esta labor cerca del Panteón Municipal de Irapuato, que combina arte, precisión y respeto por la memoria de los difuntos.
SS
