Washington.- Un día antes de sentarse con su homólogo ucraniano Volodymyr Zelenskyy en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una segunda reunión con el mandatario ruso Vladímir Putin, redoblando sus esfuerzos para poner fin a la guerra en Ucrania.
El anuncio de Trump se produjo poco después de terminar una llamada con Putin el jueves. No se ha fijado una fecha, pero el presidente republicano dijo que la reunión tendría lugar en Budapest, Hungría.
“Creo que se hicieron grandes avances con la conversación telefónica de hoy”, escribió Trump en las redes sociales. Ambos líderes se reunieron previamente en Alaska en agosto, lo que no produjo ningún avance diplomático y fue una fuente de frustración para el líder estadounidense, que había esperado que su relación de larga data con Putin pudiera allanar el camino para resolver un conflicto que comenzó hace casi cuatro años.
Yuri Ushakov, asesor de asuntos exteriores de Putin, dijo que el presidente ruso inició la llamada, a la que describió como “muy franca y de confianza”. Dijo que Putin le dijo enfáticamente a Trump que vender misiles Tomahawk de largo alcance a Ucrania, algo que el presidente estadounidense ha discutido públicamente, “infligiría un daño significativo a las relaciones entre nuestros países”.
Trump ya tenía programado reunirse el viernes con Zelenskyy, quien ha buscado obtener armas que permitirían que las fuerzas ucranianas atacaran más profundamente en territorio ruso. Zelenskyy ha argumentado que tales ataques ayudarían a obligar a Putin a tomar más en serio las llamadas de Trump para establecer negociaciones directas y poner fin a la guerra.
Trump trata de hacer realidad sus promesas de campaña
El renovado enfoque de Trump en la guerra de Ucrania se produce después de lograr un cese al fuego que podría dar fin a la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, un logro diplomático que celebró con un viaje relámpago a Israel y Egipto el lunes.
Poner fin a las guerras en Ucrania y Gaza fue un elemento central de la campaña de reelección de Trump para 2024, en la que criticó persistentemente al entonces presidente Joe Biden por su manejo de los conflictos.
Sin embargo, aunque se ha producido un frágil avance en Gaza, Trump también se ha sentido frustrado con Vladímir Putin, ya que no ha logrado convencer al líder ruso de mantener conversaciones directas con Zelenskyy.
A principios de esta semana, en Jerusalén, Trump pronosticó que la tregua en Gaza abriría el camino para que Estados Unidos ayude a Israel y a otros vecinos de Oriente Medio a normalizar sus relaciones. El mandatario estadounidense también dijo claro que, actualmente, su principal prioridad de política exterior es acabar con el conflicto armado más prolongado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
“Primero tenemos que resolver lo de Rusia”, dijo Trump, dirigiéndose a su enviado especial Steve Witkoff, quien también ha servido como su principal interlocutor con Putin. “Tenemos que resolver eso. Si no te importa, Steve, centrémonos en Rusia primero. ¿De acuerdo?”.
Trump sopesa Tomahawks para Ucrania
Trump se prepara para recibir a Zelenskyy para conversaciones el viernes, su cuarta reunión cara a cara este año. Después de que su conversación inicial en la Oficina Oval se convirtiera en un intercambio de recriminaciones, ambos mandatarios han forjado una relación más amigable.
Antes de la reunión, Trump ha dicho que considera la posibilidad de vender a Kiev misiles de crucero Tomahawk de largo alcance, algo que, según Putin, dañaría aún más las relaciones entre Moscú y Washington.
Aunque tal acción sería una medida espectacular, podrían pasar años antes de poder proporcionar el equipo y la formación necesaria para que Ucrania utilice los Tomahawk, señaló Mark Montgomery, analista de la fundación para la defensa de las democracias, un organismo conservador con sede en Washington.
El experto dijo que, a corto plazo, sería más útil para Ucrania aumentar sus reservas de misiles de Ataque de Rango Extendido (ERAM, por sus siglas en inglés) y el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército, conocido como ATACMS. Estados Unidos ya aprobó la venta de hasta 3.350 ERAM a Kiev a principios de este año.
El Tomahawk, con un alcance de aproximadamente 1.600 kilómetros (995 millas), permitiría que Ucrania atacara mucho más profundamente en territorio ruso que el ERAM (aproximadamente 460 km (285 millas), o el ATACMS (aproximadamente 300 kilómetros o 186 millas).
“Proporcionar Tomahawks es una decisión política y militar”, dijo Montgomery. “El ERAM tiene un alcance más corto, pero esto puede ayudarles a presionar a Rusia operativamente, en su logística, el mando y control, y su dispersión de fuerzas dentro de varios cientos de kilómetros de la línea del frente. Puede ser muy efectivo”.
Indicios de interés de la Casa Blanca en nuevas sanciones a Rusia
Una legislación en el Senado que impondría altos aranceles a los países que compren petróleo, gas, uranio y otras exportaciones de Rusia está en espera de la aprobación de Trump, en un intento por paralizar económicamente a Moscú.
Aunque el presidente no la ha respaldado formalmente, y los líderes republicanos no planean avanzar sin su apoyo, la Casa Blanca ha mostrado, entre bambalinas, más interés en el proyecto de ley en las últimas semanas.
Funcionarios del gobierno han revisado la legislación en profundidad, ofreciendo ediciones y solicitando cambios técnicos, según dos funcionarios con conocimiento de las discusiones entre la Casa Blanca y el Senado. Eso ha sido interpretado en el Capitolio como una señal de que Trump se toma más en serio la legislación, patrocinada por uno de sus aliados cercanos, el senador Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, junto con el Senador Richard Blumenthal, demócrata de Connecticut.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que el gobierno trabaja con los legisladores para asegurarse de que “los proyectos de ley presentados avancen en los objetivos y autoridades de política exterior del presidente”. El funcionario, que recibió anonimato para discutir deliberaciones privadas, dijo que cualquier paquete de sanciones necesita dar al presidente “flexibilidad completa”.
AM
