Para algunos, la primaria había quedado inconclusa en su infancia y las asesorías representaron la oportunidad de recordar aquello que aprendieron décadas atrás. Foto: Alejandro Vizcaíno.

Salamanca, Guanajuato.- Lo que comenzó como una terapia se transformó en un logro de vida para diez adultos mayores del asilo La Conferencia, quienes, después de meses de esfuerzo y perseverancia, recibirán su certificado de primaria.

Antonio, Patricia, Martín, Ma. Bernabé, Guadalupe, Dolores, Concepción, Ana María, Magdalena y Juana son prueba viviente de que la edad no es un límite cuando existe la voluntad de aprender. Con vista y oído ya debilitados por el paso de los años, tomaron cuadernos y lápices como si fueran nuevos compañeros de vida y se entregaron a una experiencia que les llenó de orgullo y esperanza.

Para algunos, la primaria había quedado inconclusa en su infancia y las asesorías representaron la oportunidad de recordar aquello que aprendieron décadas atrás. Para otros, fue la primera vez que sostuvieron un lápiz y descubrieron el mundo de las letras y los números. Con entusiasmo aprendieron a escribir su nombre, leer, sumar, restar y dividir.

El Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (INAEBA), a través de su modelo de educación para la vida y el trabajo, fue el aliado en esta travesía. Durante meses, con paciencia y dedicación, promotores y maestras compartieron conocimientos de matemáticas, español, ciencias naturales y sociales.

El aprendizajes es una experiencia que no tiene edad

Ana María Belman, quien recibirá su certificado de primaria, manifestó satisfacción y emoción: 

Es muy bonito porque con esto aprende uno muchas cosas, aprende uno a leer, a escribir, a poner su nombre, a sumar, restar, multiplicar, dividir. Al principio sí se me hizo muy difícil, porque realmente las divisiones no las sabía, y bendito sea Dios, bendita sea la licenciada y la maestra que me dio este estudio”.

Ana María Belman, recibirá su certificado de primaria. Foto: Alejandro Vizcaíno.

 

Por su parte, Ma. Bernabé Uresti compartió entre risas y orgullo:

Gracias a la maestra que nos tuvo paciencia, nunca es tarde para aprender más y volver a recordar todo. Está bien que se vaya a graduar uno, ya viejos, pero nos vamos a graduar”.

Ma. Bernabé. Foto: Alejandro Vizcaíno.

 

El logro también fue celebrado por quienes los acompañaron en este proceso. Maricruz Martínez Muñiz, directora del asilo, expresó:

A ellos les cuesta un poco más de trabajo, pero bendito Dios lo han logrado, estoy feliz, estoy muy satisfecha de lo que han hecho, más que un logro para mí, es un gran logro para ellos, y ellos me lo dicen todos los días”.

Maricruz Martínez Muñiz, directora del asilo. Foto: Alejandro Vizcaíno.

 

Mientras que Norma Salazar, promotora de INAEBA, resaltó el entusiasmo de los abuelitos:

Sí aprendieron mucho, es una satisfacción muy grande, tanto para nosotros, como para el instituto que nos den estas oportunidades y ellos tengan esas ganas de salir adelante (…) muchísimas ganas tienen ellos, están muy entusiasmados cada que hay asesoría”.

Norma Salazar, promotora del INAEBA. Foto: Alejandro Vizcaíno.

 

En el ocaso de sus vidas, estos diez adultos mayores han demostrado que el aprendizaje es una experiencia que no tiene edad. Ahora, con cada letra escrita, cada suma lograda y cada palabra leída, no solo cargan con el peso de los años, también cargan con la satisfacción de saber que siempre hay tiempo para cumplir un sueño.

SS

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