León, Gto.- El curso de dirección coral en León Guanajuato comenzó en las instalaciones del Museo de Identidades Leonesas (MIL) el miércoles 17 por la tarde con puntualidad y culminará el sábado con un evento en el Teatro María Grever.
Concurrió una veintena de personas, todos relacionadas con la música y el canto, con muchas ganas de aprender. La capacitación está a cargo del experimentado maestro Rafael Rivera, procedente de México. El evento es promovido por el Instituto Cultural de León.
La primera clase arrancó exactamente a la hora programada. Al inicio quedaron algunas sillas vacías que después se ocuparon; inclusive hubo necesidad de agregar al menos dos o tres lugares. Roberto Torres Flores, gestor de los Coros Infantiles Comunitarios, agradeció la presencia de todos, pero solicitó mayor puntualidad.
El maestro, de forma correcta y desenvuelta, se dirigió a sus pupilos y les preguntó si sabían por qué estaban allí. Respondieron afirmativamente. Luego, cada participante se presentó, compartió sus aficiones, sus inclinaciones artísticas y el motivo de su presencia en el curso.

Posteriormente, Rivera acomodó a cada uno según la clasificación de voz: tenores, sopranos, contraltos y barítonos. La mayoría eran mujeres.
Hizo una pequeña relatoría de su carrera en el medio musical. Sobre la apertura del curso señaló: “Será una clase un poco atípica, confío en que todos estudiaron la música. Será un poco el aspecto técnico, pasaremos de un concepto a cantar a otro concepto a marcarle. Si alguien se atora o se pierde, me dice, ‘ya me hice bolas’, le paramos.”
Les explicó técnicas para relajar el cuerpo, para salir al escenario y dirigir en plenitud:
Porque la dirección coral es la transmisión de una energía. Es comunicar a los demás. Debe transmitir seguridad. Si tengo miedo e inseguridad eso voy a comunicar a los demás.”
Luego se hicieron ejercicios corporales para lograr la plenitud: “Es necesario en principio un movimiento suave, pero seguro, y lograr que los demás entiendan lo que queremos musicalmente.” Es fundamental la armonía entre todos.

Los jóvenes obedecieron al pie de la letra cada recomendación. Posteriormente pasaron a conocer y practicar cómo se manejan las ejecuciones; “bamba… bamba… cortito.”
La primera pieza fue La Bamba, donde participaron todas las voces. Se repitió varias veces en distintas composiciones, entre ellas la número 58.
Les marcó a tenores, contraltos y sopranos —hasta lograr la armonía total: “Bamba … bamba” —y la integración de uno y otro tono de voz hasta alcanzar, en un momento, lo alto de la melodía.
Después exploraron otras melodías. Las seleccionadas para esta primera jornada fueron: Cucurumbé, Peregrina, Colás y La Bamba de Ramón Noble.
Algunos pasaron al frente para ejercitar la dirección coral. Fue una jornada exigente, pero fascinante para los asistentes.
DMG
