Con información de Julián Pérez
Abasolo, Guanajuato.- Después de más de dos décadas sin una contingencia de esta magnitud, las lluvias atípicas registradas en el municipio de Abasolo y localidades aledañas provocaron un ligero desbordamiento del río Turbio en Abasolo, con afectaciones en Presa de Uribe, Colonia Los Ángeles, La Carroza, Los Sauces, Las Cruces y Refugio de Ríos, esta última la más dañada por la creciente.
El alcalde Job Eduardo Gallardo Santellano informó que desde la madrugada de este viernes encabezó recorridos y operativos en las zonas donde se registraron salidas de agua, entre ellas la comunidad Refugio de Ríos.
A través de su cuenta de Facebook, el presidente municipal señaló que el secretario de Gobierno del Estado, Jorge Jiménez Lona, se comunicó con él y giró instrucciones para que la Guardia Nacional se sume a los trabajos de contingencia.
No hemos determinado evacuaciones por el momento. Hasta girar nuevas instrucciones según se evalúe con los reportes de las autoridades”, señaló el Alcalde en su cuenta.
Supervisión en comunidades
Natalia Gallardo Santillano, presidenta del DIF Municipal de Abasolo, informó que no han recibido reportes de familias que requieran albergue; sin embargo, aseguró que ya se cuenta con espacios listos para habilitar refugios en la cabecera municipal o en zonas cercanas, como escuelas.
“El municipio está preparado, trabajando en coordinación con las autoridades y con el presidente municipal. Las órdenes que se han girado es que en cuanto se requiera se habiliten estos espacios”, finalizó la funcionaria municipal.

Elementos de la Sedena activaron el Plan DN-III-E para sumarse a las labores de auxilio.
Habitantes de comunidades aledañas al río Turbio coincidieron en que, aunque cada año enfrentan problemas por las crecientes, no se había registrado una situación de esta magnitud en al menos 23 años.
Así lo vivieron en Refugio de Ríos
En la comunidad de Refugio de Ríos más de 50 familias resultaron afectadas. Desde la noche del miércoles los habitantes de la comunidad fueron informados de la creciente del río, por lo que solicitaron estar al pendiente ante cualquier contingencia.
La delegada de la comunidad, María Rosa Elia Corona Cabrera, platicó que la mañana de este jueves el agua comenzó a entrar a varias casas.
Ayudamos a la gente a subir sus muebles o sacarlos de sus casas y el jardín de niños fue el que más sufrió, el nivel está muy alto, son entre 40 y 50 centímetros lo que subió”, platicó la delegada.
Suspenden clases
Karla Arellano García, directora del jardín de niños Juan Aldama, señaló que el plantel fue uno de los más afectados, con 50 centímetros de agua en aulas y áreas de juego. Padres de familia ayudaron a resguardar material escolar y mobiliario en domicilios cercanos.
“Pensamos que el agua iba a bajar, porque cada año pasa lo mismo, pero en la noche del jueves los papás querían sacar los muebles porque se dieron cuenta que el agua comenzó a aumentar. Así que la mañana de este viernes llegamos temprano para sacar todo el mobiliario y llevárnoslo a guardar en lo que baja el agua”, relató.

El jardín de niños suspenderá clases y los 12 alumnos continuarán de manera remota hasta que baje el nivel del agua.
Toda el agua que cayó durante estos días al río Turbio viene directamente desde la presa de la comunidad de Joya de Calvillo, la cual se encuentra al 100 % de su capacidad.
Una parte de la carretera estatal que atraviesa la comunidad también se vio afectada por el cruce de agua.
DE VIVA VOZ:
Alrededor de las 9 de la mañana del jueves se nos comenzó a meter el agua a la casa. De inmediato pusimos costales con arena en las puertas. Pero desafortunadamente el agua siguió filtrándose y ya no pudimos hacer nada. Logramos sacar ropa mía y de mis hijos. Afortunadamente tengo un local aquí cerca y alcancé a llevarme el refrigerador, la estufa y la lavadora para ponerlos a salvo”. – Carmen Yesenia Barrera Martínez, habitante de Refugio de Ríos
Subió alrededor de 30 centímetros en mi casa y como pudimos, subimos la estufa y la lavadora en las tarimas. Las otras cosas las alcanzamos a subir a las camas. Se nos metió mucha agua porque hay partes que están más bajas”. – Adriana Corona Ventura, habitante de Refugio de Ríos
Esta agua llega a comunidades de más abajo, afectando comunidades como Trojes de Marañon, San Francisco de la Soledad y Refugio de Ríos. Sabemos que el agua les afectó a sus casas y sus parcelas. Aquí en Joya de Calvillo afectó parte de los cultivos de sorgo”. – Octavio Martínez, habitante de Joya de Calvillo
Así fue la inundación más fuerte que ha vivido Abasolo: ocurrió en 2003 y dejó miles de afectados
La inundación en Abasolo más severa de la que se tiene registro ocurrió en el año 2003, luego del desbordamiento del río Turbio, causado por lluvias intensas y atípicas que se presentaron entre el 26 de junio y el 8 de julio de ese año.
De acuerdo con el Atlas de Riesgos del Municipio y el dictamen técnico de la Comisión Nacional del Agua (CNA), las precipitaciones en la cuenca alta del río Turbio provocaron el colapso del cauce el 10 de julio. Esta situación derivó en una declaratoria oficial de desastre natural para los municipios de Abasolo, Pénjamo, Cuerámaro y Romita, emitida por la Secretaría de Gobernación.
Según el informe de la CNA, la inundación en Abasolo impactó directamente a cerca de dos mil personas. Además, se registraron afectaciones en más de 14 mil hectáreas agrícolas, siendo Pénjamo el municipio con mayor daño en ese rubro.
Las lluvias no solo dañaron zonas agrícolas, sino que destruyeron 16 viviendas y afectaron más de 400 casas. También se reportaron daños en 33 caminos, lo que complicó las labores de atención y rescate.
Sin capacidad de respuesta local
El Gobierno del Estado, entonces representado por el secretario general de Gobierno en funciones de gobernador, reconoció que el fenómeno rebasó la capacidad operativa y financiera estatal. En su petición formal ante la Federación, se comprometió a seguir las reglas de coparticipación financiera del FONDEN y asegurar la infraestructura pública afectada.
La CNA anexó al dictamen una tabla con estadísticas de lluvia entre el 5 y el 8 de julio de 2003, evidenciando que las precipitaciones fueron atípicas e impredecibles, lo que justifica la magnitud del desastre ocurrido en la región.
DAR
