En ti, en mí y en todos habita un ser omnipotente, omnisciente y omnipresente. Es luz y oscuridad al mismo tiempo, inmensurable, fuerte y bello, que decidió personificarse a través de cuerpos humanos para adentrarse a la experiencia que ofrece esta dimensión.

Desde un principio, asumió el riesgo de bajar a profundidades inconcebibles, “desconectándose” de su majestuosidad. Aunque la mayoría no lo recuerda, si así lo deseas, en este momento puedes sentir toda esa potencialidad: tómate un tiempo, cierra tus ojos, respira profundamente y enfoca tu punto de atención en ti.

EL MITO DE LA ASCENCIÓN

¿Qué eres? Eres la divinidad que no necesita ASCENDER, como muchas corrientes espirituales lo sugieren. Es al revés, lo que se requiere es DESCENDER, es decir, bajar hasta esta experiencia humana tu multidimensionalidad.

Así lo recuerdo. No es la primera vez que estoy aquí, así como muchos otros seres que han venido a GAIA con el objetivo de OLVIDAR para RECORDAR; experimentar “el bien y el mal” para evocar sabiduría; unificar “el positivo y el negativo”, para volverse a la luz.

Por ello digo que eso de los MAESTROS ASCENDIDOS ES UN MITO. Lo digo porque no ascendieron; por el contrario DESCENDIERON toda su sabiduría, su multidimencionalidad.

Lo hicieron para cumplir una misión, digámosle, milenaria que se llama el “Ater Tumti” (lenguaje Lemuriano) que significa: “Traer el cielo a la Tierra” y viceversa, como toroides anclando luz (información), codificándola y volviéndola al universo.

Hoy nos toca a nosotros traer “lo que somos arriba aquí, abajo, para llevarlo de regreso”. Ya tuvimos un tiempo largo para hoy completar esta maestría. Es importante centrarnos en nosotros mismos, soltar apegos y reconocer el universo que habita en nosotros mismos, sin intermediarios.

TODOS SOMOS MAESTROS

Hoy todos somos maestros, principalmente, de nosotros mismos; para llegar a esa maestría, necesariamente en estos tiempos de descensión, con más rigor estamos siendo encarados con nuestro LADO OSCURO& no es nada malo.

Eso que llaman “situaciones negativas”, estigmatizadas que nos han enseñado a rehuir, tiene en sí una fuerza vital que viene a enseñarnos: irá, temor, odio, resistencia, frustración y tristezas traen mensajes para ti.

Buscan ser iluminados con tu propia luz, es decir, hacerlas consientes. A mí me han pasado muchas cosas malas, incluso, hace un par de años una de ellas me llevó al borde de la muerte. Hoy le tengo gratitud, pues aprendí mucho de esa situación, pues me despertó de un chingadazo.

Por ello, hoy a muchos les está pasando que esas experiencia se repiten o intensifican. El objetivo no es estar chingandonos, por el contrario, ellas son canales importantes para volver a nosotros mismos.

Esto está muy loco ¿no crees?; como lo he mencionado en otras columnas, no busco que me crean, si algo te abona tómalo y si no deséchalo, no pasa nada. No me creas, por el contrario, vívelo.

NUEVAMENTE GRACIAS. 

Aquí puedes leer la primera parte.

Aquí puedes leer la segunda parte.

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