Apenas en la entrega anterior, comenté del gran estratega político que ha resultado Andrés Manuel López Obrador, pues con la figura de revocación de mandato, asegura de una u otra forma, el aparecer en el escenario político y, si su imagen para el 2021 es la misma que ahora, su efecto beneficiará a los candidatos incondicionales a su proyecto.
De igual manera comenté que, aun con mis dudas sobre el porcentaje que algunas casas encuestadoras le atribuyen, es innegable su presencia y liderazgo.
Noticia que causó revuelo y fue desmentida por diversos personajes del Movimiento de Regeneración Nacional, fue aquella que mencionó que en sus visitas a los Estados, la Presidencia de la República organizaba aplausos para su líder y abucheos para los mandatarios locales.
Soy testigo presencial de que algunos, no todos, los acompañantes de la avanzada del Presidente, en algunos eventos, iniciaban los abucheos y rechiflas en contra del mandatario local y las porras y vítores para el Licenciado Andrés Manuel.
Desconozco si es cierta o no la estrategia que acusaron algunos actores políticos, sin embargo, siempre será efectiva para posicionar a una persona y continuar con la legitimación bien ganada en las urnas.
Resulta curioso cambiarle el escenario a los políticos, pues una gran estrategia, puede quedar ventilada como una estructura perfectamente planeada cuando en lugares y circunstancias diferentes, los aplausos se convierten en abucheos, pues deja entonces, muchas dudas con relación a la popularidad real de la persona.
Apenas hace 8 días, en un ambiente de fiesta para el rey de los deportes (el béisbol), se presentaba el Presidente de la República a la inauguración de un estadio, en el que jugaron los Diablos Rojos del México (uno de los equipos con mayor tradición y seguidores en el país), en contra de los Padres de San Diego.
Pletórico el escenario, con un estadio lleno a su capacidad y con personas que lejos de ir a un acto político, fueron a disfrutar de un juego deportivo, soltaron re chiflas y agresiones en contra de la persona del primer mandatario.
Lo increíble pasaba, ante un público que lejos de ser invitado a escuchar un mensaje político y que no tiene que ver, en general con alguna mafia del poder, en otras palabras, que son muchos de ellos mexicanos trabajadores y productivos, la popularidad sucumbía ante el ciudadano común.
Este evento nos demuestra que no podemos creer todo lo que vemos, ni juzgar con prejuicios y dureza todo lo que escuchamos, aun y cuando no estemos de acuerdo.
Sumado a lo anterior y ante la petición del gobierno mexicano al español para ofrecer una disculpa por la conquista y sus consecuencias acontecidas hace 500 años, realicé una encuesta en la que participaron más de 650 personas, a través de las redes sociales y el resultado fue que sólo el 25% aprobaba la decisión del Presidente para este acto.
Sin juzgar si es correcta o incorrecta su postura, el mensaje es claro, sin duda alguna es un Presidente muy querido y popular, pero no tanto como algunos medios y personajes intentan hacer creer, y tarde o temprano la realidad alcanza a la ficción, con los resultados políticos que esto trae consigo.
Por hoy me despido, esperando tus comentarios.
Hasta la próxima.
