León.- Antonio Carbajal jugó su último partido el 19 de julio de 1966, un día como hoy. 

Se retiró defendiendo a la Selección Mexicana, fue en una de las catedrales del futbol más importantes del mundo y dijo adiós con su meta intacta.

Mundial de Inglaterra, México se jugaba su pase a la siguiente ronda frente a Uruguay. El Tri de Nacho Trelles necesitaba ganar por dos goles a los charrúas que con el empate tenían el boleto que les prolongaba la vida en esa justa.

Los mexicanos al entrar a la cancha de Wembley.
Los mexicanos al entrar a la cancha de Wembley.

Trelles quitó a Nacho Calderón que había sido titular contra Francia e Inglaterra para darle la oportunidad a “La Tota”.

El homenaje

Al estar en la cancha y escuchar el silbatazo inicial, Carbajal imponía un récord que perduró por 32 años: jugar en cinco Copas del Mundo.

Calderón dijo en su momento que todo había sido planeado para que don Antonio impusiera la marca. “Se merecía ese reconocimiento”, expresó el cancerbero.

Trelles, también en su momento, aceptó que así lo planeó, pero que había tomado la decisión porque sabía que “La Tota”, a sus 37 años, aún estaba en condiciones para defender el arco nacional.

Carbajal portó ese bonito suéter amarillo con el escudo de la selección, saltó a la cancha de Wembley sabiendo que sería su último juego, en algo que solo él sabía.

Héroe sin guantes

“La Tota” es un personaje de anécdotas y no se podía retirar del futbol sin vivir una más.  

Esa tarde, La Tota no colgó los guantes, literalmente los aventó. El “Cinco Copas” siempre jugó a mano limpia, pero esa vez aceptó el préstamo de un par de guantes de uno de los arqueros de Inglaterra, equipo que jugaría después del Tri ese día.

Don Antonio se los puso pensando que le servirían dado el clima de ese país. Sin embargo, en la primera jugada salió a agarrar el balón dentro del área y este se le resbaló casi provocando la caída de su marco. De inmediato se los quitó, “muchas gracias, no me sirven” y listo, siguió en el partido siendo el mismo portero de siempre.

Un empate y adiós

Centro desde la izquierda al área mexicana, remate de cabeza del delantero charrúa y Carbajal reaccionó a dos tiempos, uno para rechazar a una mano y otro para enviar el balón a tiro de esquina. Con esta y con otras jugadas respaldó la decisión a Trelles. 

México pudo ganar por goleada ese juego, pero los centímetros que a veces son largos entre el poste y el destino dijeron que no. El empate fue sin goles y los aztecas dijeron adiós a ese mundial.

Se dio el silbatazo final, Carbajal sincronizó sus brazos moviéndolos en dirección opuesta dando a entender que “ya no más”. 

“Se acabó el partido, contra un equipo de prosapia que había sido campeón del mundo, en una quinta copa mundial y sin que me metieran gol, no lo pensé más”, fueron las palabras de Carbajal al relatar su decisión para un reportaje de televisión.

Carbajal se despide de la afición.
Carbajal se despide de la afición.

Se quitó el suéter para otorgárselo a Guillermo Cañedo de la Bárcena, entonces presidente de la FMF e importante impulsor del futbol mexicano. Le pusieron una gabardina para cubrirlo del frío inglés, pero más que la prenda, fueron los abrazos de los seleccionados mexicanos quienes cobijaron a Carbajal para darle un adiós y un agradecimiento por sus experiencias en el futbol.

Antonio “La Tota” Carbajal salió de Wembley diciendo adiós con esas manos que nunca usaron guantes, con una gabardina mal puesta, pero revestido de un sinfín de historias que le hacen una leyenda viva del futbol.

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