SI USTED SIENTE que le cuesta trabajo arrancar la semana, imagine ser Mark Carney. El primer ministro canadiense tendrá que jugar el papel de anfitrión… y cuidador del siempre impredecible Donald Trump en la Cumbre del G7.
LA CITA SERÁ EN ALBERTA, donde también llegarán los líderes de Alemania, Francia, Japón, Italia y el Gran Bretaña, que forman el exclusivo club. Y como invitados especiales: la presidenta Claudia Sheinbaum, el ucraniano Volodymyr Zelensky, el indio Narendra Modi… y seguramente un ejército de asesores mordiéndose las uñas.
¿QUÉ PODRÍA SALIR MAL? Absolutamente todo. Basta recordar la última vez que Trump fue a una cumbre del G7 en Canadá, en 2018, fue como ver a Godzilla en una cena de embajadores. Aquello terminó en un desastre diplomático con líderes mundiales jalándose los cabellos y pidiendo refuerzos de paciencia, ante la terquedad del mandatario norteamericano.
Y ESTA VEZ el contexto no podría ser más explosivo: guerra en Medio Oriente con Israel e Irán en modo autodestructivo, la tibieza de EU ante Rusia en Ucrania, Trump tratando a sus aliados como inquilinos molestos. y por si faltara drama, las protestas en su país.
LO IRÓNICO es que todos quieren una “plática privada” con Trump. Traducción: cinco minutos de sonrisas forzadas y la esperanza de que no los humille en público o les imponga un arancel por respirar.
EN RESUMEN: el G7 promete ser más una cumbre de ansiedad que de unidad. Y mientras los líderes intentan sobrevivir al show de Trump, Mark Carney probablemente ya esté buscando en Google: “¿Cómo cancelar una cumbre internacional?”.
***
POR MÁS LEJOS que parezca, el conflicto ++Israel-Irán++ comienza a sentirse en México con el aumento del precio del petróleo, que se disparó más de un 8 por ciento.
EL INCREMENTO presiona a las alicaídas finanzas nacionales, pues la mitad de la gasolina que vende Pemex es importada. A lo mejor nadie se acuerda, pero el sexenio pasado AMLO prometió que justo para estas fechas sólo se importaría el 2 por ciento, lo cual está muy, pero muy lejos de lograrse.
ENTRE QUE la producción de Pemex va a la baja, que sus plantas no producen lo que deberían y que la refinería de Dos Bocas sigue siendo una quimera, el secretario de Hacienda, Édgar Amador, debe sufrir con cada misil que cae en Medio Oriente.
***
ESTE VIERNES se cumple un mes del asesinato de dos cercanos colaboradores de Clara Brugada, y las autoridades siguen sin hallarle la cuadratura al círculo. No se conocen resultados de la investigación a cargo de la fiscal Bertha Luján. Ojalá que pronto den a conocer avances, porque quienes están cerca de las pesquisas saben que han acumulado pistas. El asunto es por qué se tardan en informar del caso.
