Si los ciudadanos o “la gente” no tiene acceso a la información pública, es imposible que haya democracia. El gran triunfo de Vicente Fox y el PAN, fue la apertura de los datos gubernamentales.
Muchos de los cambios operados en el país fueron motivados por periodistas y ciudadanos que tuvieron información de obras, contratos y, en muchos casos, archivos del pasado que se hicieron del dominio público.
Sin embargo, las leyes de transparencia se erosionaron por intereses oscuros desde el gobierno de la 4T en lo federal y del PAN en Guanajuato. Pretextos como la “seguridad nacional” mantienen enterrados los números de las obras más importantes del sexenio pasado. Ni siquiera funcionarios de Obras Públicas tienen acceso al presupuesto de la Refinería de Dos Bocas o el Tren Maya.
Guanajuato parece una calca de lo que tanto se queja Acción Nacional a nivel federal.
Vayan algunas preguntas: ¿Cuánto nos costó la contratación de helicópteros a Seguritech de la Secretaría de Seguridad durante el sexenio de Diego? ¿Por qué se ocultó durante años la inversión en el proyecto Escudo de Miguel Márquez? ¿Por qué nos costó 500 millones de pesos la instalación contratada a Seguritech de 1000 antenas de internet cuando Starlink pudo tener un costo mínimo?
¿Por qué oculta el estado los presupuestos de proyectos que presuntamente justificaron la entrega a particulares de la carretera de cuota Silao-Guanajuato? ¿Están fuera de la ley y se hicieron solo por la voluntad machacona y machuchona de un gobernante al servicio de empresarios?
¿Por qué se cerró la información de 100 mil computadoras compradas a una empresa coyote con un sobreprecio?
El último negocio que hizo Diego Sinhue Rodríguez a nombre del Gobierno es el más negro visto desde que salió AM a la luz pública en 1978. Por eso la intensidad de estas palabras. Porque sentimos que es una tomadura de pelo a “la gente” que hoy se gobierna.
No habíamos sentido tanta indignación desde hace muchos años. Un ataque a nuestra inteligencia, una burla después del autoexilio a Houston. Una pura decepción.
En esta ocasión el PAN no puede sacar el bulto, o pretender que no escucha; no puede defender lo indefendible. Porque este no es un asunto de combate ideológico ni de diferencia de criterios entre el gobierno de “la gente” y la gente. Mientras no veamos los números, la liberación de trazos y la explicación técnica de lo que parece un atraco, seguiremos pidiendo al gobierno que encabeza Libia García, que no lo permita.
Mientras más se prolongue el silencio, la oposición cargará baterías para la siguiente elección, de por sí muy comprometida por el ascenso de Morena.
Es normal que el gobernante escuche a los cercanos, quienes siempre justificarán lo que se hizo. Decir que entregar un bien público a cambio de no tener deuda es una barbaridad por decirlo con gentileza. Porque en el balance de cuentas públicas el estado pierde un activo que ganan particulares y no suma nada.
En términos contables se transfieren 3 o 4 mil millones de pesos al balance de una empresa sin que se compense la cuenta pública. Así de simple y así de sencillo. El contador más novato sabe que eso se refleja en el estado de resultados del erario estatal como una pérdida, porque no hay nada a su favor.
La justificación de que Guanajuato tendrá una nueva carretera es falsa. Quién la tendrá es una empresa de particulares.
Es un verdadero escándalo. Diego no tuvo medida.
