“Es justicia y no caridad lo que el mundo necesita”.

Mary Wollstonecraft

Cuando un país se diseña a base de ocurrencias o de opiniones inexpertas e inexplicables, al tiempo las cosas irán de mal en peor. La elección del domingo provino de una muy mala idea para cooptar el Poder Judicial, ese que no le hacía caso a lo que decía y dice Palacio. 

Con la información que tenemos a las 9:00 P.M., el aforo de votantes no llega al 7% en Guanajuato y en el país es probable que no supere el 10%. Tomemos este rango antes de que a alguien se le ocurra cruzar y cruzar boletas que no se usaron y tampoco se destruyeron. Demos por bueno que unos 10 millones de personas votaron si el padrón es de casi 100 millones. 

Si por la Presidenta Claudia Sheinbaum votaron casi 36 millones de electores, en la elección de ayer votaron menos de la tercera parte de sus seguidores. La mala idea de nombrar ministros, magistrados y jueces por votación popular se mostró en el resultado. Aún cuando Morena y sus aliados se apropien del Poder Judicial, queda el hueco de 90 millones de personas que decidieron no votar. Algunos por ignorancia, otros porque el método fue complejo por decir lo menos. Muchos confesamos no haber hecho la tarea. Primero porque no creímos en el invento y porque hubiera sido una pérdida de tiempo después del surgimiento de guías precocinadas llamadas “acordeones”. No estábamos preparados para el examen y preferimos no “copiar”. 

Buena parte de la oposición no quiso validar el ejercicio y a otros seguro les dio flojera pensar en seis o más boletas con personajes desconocidos. Los encuestadores oficiales de Palacio debieron tener por anticipado la poca participación. A nuestra Presidenta no le quedaba de otra que seguir con el proyecto. Además, le ayudará a no tener que discutir con juristas leales a la Constitución como la Ministra Norma Piña. Todas las sentencias están ganadas para Palacio. Con todos los poderes en su mano, podrá realizar su proyecto político sin trabas. 

Lo que no sucederá es un avance en las instituciones, ni tendremos un país más democrático, ni la República se verá fortalecida. Regresamos al partido totalitario, salvo algunas consideraciones. Las comunicaciones hacen más fluida la política y, si el PRI duró 70 años, será difícil que Morena aguante más de dos sexenios, al menos como lo conocemos hoy. Desde el principio hay pugnas internas por el poder. Todo partido autoritario tiene que hacer purgas con la decisión de su jefe máximo. Muchos creen que es Andrés Manuel, pero no. Ayer apareció, salió de La Chingada, su rancho en Chiapas, para votar. En poco tiempo veremos que la Presidenta no compartirá el poder, echará a quienes se opongan a sus decisiones, es necesario unificar el poder. Aún cuando López no meta manos, sus personeros dirán que hacen y deshacen con su autorización, más de un pez gordo caerá.
Lo más sorprendente fue la desobediencia de nuestra gobernadora Libia García. Mientras su líder decía no al voto, ella hizo lo contrario. La siguieron algunas de sus gentes. 

El PAN votó dividido. Lo menos que necesita es la división de su partido, sobre todo cuando puede perder el Congreso del Estado en 2027.

Mañana, con más claridad en el resultado, trataremos de entender por qué fue eso. 

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