El pasado cuando regresa, llega como una grotesca caricatura del presente. Fue en el año 1809 que el arquitecto Francisco Eduardo Tresguerras, al oriente de nuestra ciudad, construyó el primer puente para cruzar el río Laja. A más de 200 años de haberse construido, el puente sigue en pie.

Carretas tiradas por mulas, caballos o burros, hasta el transporte pesado del siglo XXI, el puente del río Laja los cargó con vigor y estética constructiva. El arquitecto Tresguerras, nos heredó una obra ejemplar de ingeniería, pero lo más importante, una lección de integridad y honradez de la que hoy se carece.

He señalado que la obra pública más notable de los últimos 25 años en Celaya, son los puentes de la infamia, porque no solo se ha abusado en los tiempos y costos, sino también en la calidad de su construcción. Al punto que se están derrumbando, y su posible intervención alcanza costos inexplicables.

El puente de Constituyentes y Avenida Lázaro Cárdenas, es el ejemplo de la corrupción porque se invierte dinero para rehabilitar una obra fallida, y peor aún, se modifica y se alteran los costos con los mismos argumentos que dieron origen a la “rehabilitación”. 

Esta es una historia que enferma. En el 2005 se inició la construcción del Puente de Constituyentes en el sur de la ciudad; 14 años después, en el 2019, fuentes oficiales del municipio, señalaron: “el riesgo de la vialidad fue detectado desde la administración pasada (2018-2021), por lo que se contrató al ingeniero Miguel Santa Rosa para que hiciera, en ese tiempo, un DICTAMEN ESPECIALIZADO, el cual costó 450 mil pesos, informó en su momento RODOLFO AMATE TIRADO, entonces director del IMIPE”. 

Con base en ese estudio, en el programa general de obra del 2019 (PGO) se presupuestó 10.5 millones para su rehabilitación, que se suspendió por la llegada de la pandemia. Además, otro proyecto de IMIPE, y del mismo director se realizó debajo de los puentes, fueron obras de ornato y esparcimiento, con una inversión de 10 millones de pesos, que serían demolidas meses después. 

Los puentes han sido una obsesión de los presidentes municipales, por su monumentalidad, su costo, y necesidad ciudadana. Desde la visión político-electoral consideran que les mejora su imagen y rentabilidad electoral por su alta exposición pública, es decir, son visibles por siempre.

El ciudadano Mendoza Márquez, retomó de la administración de la ciudadana Paniagua, varias iniciativas de construcción de infraestructura pública: la construcción del puente deprimido de Avenida Tecnológico con la avenida México Japón; el distribuidor Celanese, que es una inversión privada, producto de la ampliación de la concesión ferroviaria por parte del gobierno federal, y la rehabilitación del mencionado puente de Constituyentes.

Ya siendo presidente municipal, el ciudadano Mendoza Márquez, a fines del mes de junio del 2022, afirmó, “si bien la administración municipal etiquetó 10 millones de pesos para intervención del puente (de Constituyentes), resultan insuficientes y todo quedará en manos de SICOM”, -órgano del Poder Ejecutivo estatal que tiene a su cargo la planeación, programación y realización de la obra pública del estado de Guanajuato-. Subrayó, “no sabemos cuánto será el costo, aún es muy prematuro, no sabemos si sean 100 millones, porque primero se necesita el proyecto ejecutivo y ahí se determinará costos y tiempo de ejecución”. de una administración a otra, hubo un primer salto de 10.5 a 100 millones de pesos.

Con esa declaración se desechaba el DICTAMEN ESPECIALIZADO pagado por el IMIPE, y nadie interpeló el cambio, ni su inversión, dando por hecho, que el IMIPE bajo la dirección de Rodolfo Amate, había cometido errores de cálculo estructural y, en consecuencia, financiero. 

Llama la atención los argumentos para el replanteo del costo de la obra. Afirmaron que la  ”TECNICA” constructiva falló. Le doy un par de datos, hace un par de años la ciudad de Venecia celebró 1600 años de su fundación, sus Palacios, iglesias, y puentes fueron construidos en terreno pantanoso, y hasta la fecha se sostienen sobre palos de madera insertados en el barro, bajo el nivel del agua. En nuestras calles, con el acervo de cientos de años de historia y tecnología, nuestros puentes se caen antes de que un niño llegue a la adolescencia.

En el mes de agosto del 2022, el exdirector de IMIPE, Sergio Martínez León, dijo, “con excepción de sus rampas de acceso, cimentación y pilares, el puente vehicular de Avenida Constituyentes será demolido y repuesto en su totalidad al retirar las estructuras dañadas, ya que deberá de construirse de nuevo el área de rodamiento”. Comentó que “la cantidad de recursos para esto es cercana a los 100 millones de pesos”.

Y reiteró lo dicho oficialmente, “cuando se realizó la obra de este puente, tipo viaducto, se cumplió con la normatividad, el diseño y construcción fue el correcto, se monitoreó la calidad del concreto y armado de los aceros y la estructura se hizo tal cual estaba en los planos”, pero… “habrá una reposición casi completa del puente dañado de Constituyentes que, de no hacerlo, podría causar un colapso con el tiempo”. Con menos de 14 años de uso, y con una carga vehicular de tráfico pesado del 8% el Puente de Constituyentes se les venía abajo-

En noviembre del 2022, el exdirector de Obras Públicas, Marco Hernández, informó que, “ya se cuenta con el estudio técnico para demoler y construir un nuevo puente de Constituyentes, y abundó, “el IMIPE le está dando seguimiento, y el recurso será estatal, de unos 100 millones de pesos, con estructuras prefabricadas, tipo ballenas, y el diseño del puente será diferente”.

A finales del mes de enero del 2023, nuevamente el exdirector del IMIPE, Sergio Martínez León, informó que, “COSTARÁ MÁS DE 100 MDP reponer puente de Constituyentes, porque el estudio determinó que las nuevas trabes aumentarán una tonelada de peso”, y afirmó: “afortunadamente, en la revisión de las estructuras se determinó que la cimentación aguanta el peso”.

En junio del 2023, el ciudadano expresidente municipal, Mendoza Márquez, informó que “una parte de los recursos del préstamo del Gobierno del Estado se destinarán a cuatro grandes obras para Celaya por casi 800 millones de pesos”. Entre esas obras, “la obra más urgente, aseguró, es la rehabilitación del puente vehicular de Avenida Constituyentes cuyo costo se ha incrementado hasta 170 millones de pesos”. Sí, de un diagnóstico y presupuesto de IMIPE aprobado por el H. Ayuntamiento 2018-2021, hubo un segundo brinco, de 10.5 millones pasó a 170 millones de pesos en la administración 2021-2024. En los círculos oficiales y profesionales nadie dijo nada.

Finalmente, luego de haber desmontado las trabes, y después de meses sin ninguna actividad en el puente, de acuerdo con declaraciones de la SOP -antes SICOM-, el Puente ya rehabilitado, se entregaría en el mes de abril de este año, y se invertirían 156 millones 554 mil 840 pesos por parte del Gobierno del Estado.

La danza de los millones, las inexactitudes, la falta de rigor técnico en torno al puente de Constituyentes, y los otros “puentes eternos”, nos plantean en el mejor de los casos, la supeditación política del gobierno municipal al gobierno estatal, la falta de idoneidad de los perfiles de los directores, la incapacidad técnica, la falta de rigor científico, y los afanes políticos de los encargados del seguimiento de la obra pública por encima de los intereses de la población.

Es muy importante considerar lo anterior, porque los puentes mal construidos siguen en la mira. De tal manera, que, en el IMIPE, Obras Publicas, Desarrollo Urbano deben replantearse el fortalecimiento de los cuadros técnicos, y hacer a un lado las recomendaciones, o imposiciones de políticos desempleados, que por su cuestionable desempeño en el servicio público son un lastre, o simplemente aviadores sin mayor oficio ni beneficio para la ciudad.

Precisamente a esta nueva administración -2024-2027-, ya la “besó el diablo”, con los enredos que se hicieron al evaluar los daños y posible retiro del puente peatonal del mercado Hidalgo, pero que finalmente terminó con una manita de pintura y con unos parches de fibra de carbono. Básicamente, el mayor esfuerzo estructural de ese puente es soportar su propio peso, y extrañamente, su construcción data de más de 40 años y sigue de pie. Pero hay aviesas intenciones de retirarlo.

Igualmente, entre los puentes por reparar, como lo registro líneas antes, se encuentra “el PUENTE DE IRRIGACION con Avenida Tecnológico, que se construyó con la misma “TÉCNICA” desechable -igual al de Constituyentes-, y que, a decir del expresidente municipal, si bien no presentaba daños, se reforzaría para evitar daños mayores”. Tenemos en la ciudad puentes desechables, que sin lugar a dudas, pueden ser una jugosa manzana de corrupción disfrazada-.

Es público que esta nueva administración, retoma de las anteriores, la propuesta de construcción de un puente deprimido en la Glorieta de los Fundadores, precisamente a unos metros del Puente del rio Laja, lo cual no deja de ser inquietante sabiendo que el Instituto Municipal de Investigación, Planeación y Estadística del Municipio (IMIPE), ha carecido de liderazgo y de robustez técnica para acompañar con transparencia las obras en las que se invierten decenas de millones de pesos del pueblo. Por ello, es necesario crear equipos técnicos altamente calificados, para evitar la construcción de obra desechable, y darle un seguimiento puntual, transparente a todo tipo de inversión pública. Por ahora, es mucho pedir, pero ya veremos si hay cambio de rumbo, o solo una simulación más. 

Revolcadero. La incapacidad para resolver problemas brilla todas las mañanas, y como la Reina de Corazones, lo resuelve el ciudadano Ramírez con la frase, “que les corten la cabeza”. El barco se hunde entre la adulación y la simulación.

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